150 años | 9 de septiembre de 1867

Miles de carretadas de piedras en fuerte

Uno de los diarios de Santiago informa sobre una curiosa estadística en la construcción del fuerte "Valparaíso" de este puerto. Asegura que fueron empleadas nada menos que 75.000 carretadas de piedras. Agrega que, aunque la cifra parece extraordinaria, es preciso ver la edificación la fortaleza porteña para comprender dicho cálculo.

100 años | 9 de septiembre de 1917

Piden no instalar fondas el "18" en Viña del Mar

Las Sociedades Unión y Defensa del Trabajo y la Federación de Carpinteros y Ramos Similares de Viña del Mar, pidieron al alcalde de la comuna que no autorice fondas en fiestas patrias, "por ser perniciosas a los intereses de las clases trabajadoras y la moral pública" y además, "infringe la ley de alcoholes que prohíbe la venta de bebidas en días festivos".

50 años | 9 de septiembre de 1967

6 millones de dólares para construir casas

WASHINGTON, 8 (AP). Fue firmado hoy el crédito de seis millones de dólares para la construcción de viviendas en Chile. En el acto, el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Felipe Herrera, se refirió a la explosión urbana en el Hemisferio Sur y advirtió que la tasa de crecimiento demográfico en A. Latina es la mayor en la historia del mundo.

La reconstrucción de la Av. España es una obra ineludible, como también serán ineludibles las molestias que provocará la realización de los trabajos que se prolongarán por seis meses con una inversión pública de $ 5.290 millones de pesos. La promesa es que las obras se acometerán con una política de 24/7, es decir, faenas durante las 24 horas del día durante toda la semana. Sólo se consulta alteración de ese ritmo en Navidad, Año Nuevo e inicio del año escolar.

Las bases para los trabajos están siendo analizadas por la Contraloría y, de aprobarse, se procederá a licitación y posterior adjudicación, para comenzar las obras en la segunda quincena de noviembre.

Entre las medidas que suponen sacrificios para los usuarios se encuentran limitaciones de pistas, pese a que se mantendrán dos por sentido y la restricción de dos dígitos de placa patente para vehículos particulares, con lo cual bajará la carga de tránsito. Se anuncia, además, reforzar los servicios de Merval y establecer facilidades de estacionamiento de vehículos en Viña del Mar. Este punto es importante cuando está en marcha un proceso de cobros por estacionar en toda la Población Vergara. Así, habría que conciliar esa medida, que supone costos para los automovilistas, con la necesidad de dar facilidades de estacionamiento para sus vehículos.

Por otra parte, es necesario incorporar el uso de vías alternativas por los cerros Recreo, Esperanza, Placeres y Barón, que pueden contribuir a aliviar la situación, al igual que el circuito Variante Agua Santa-Santos Ossa, extenso pero practicable. Todo ello exige buena señalización y también información para los conductores, considerando que estos trabajos se acometen en temporada veraniega con alta presencia de visitantes.

Dentro de este escenario se debe insistir en el mejoramiento del transporte público y en la colaboración general de la comunidad asumiendo sacrificios ineludibles.

Esencial en esta trascendental intervención urbana es una transparente y prolija selección de las empresas ejecutoras considerando su capacidad técnica y económica para evitar que se produzcan esos frecuentes abandonos de obras públicas, resultado de la incapacidad de algunos adjudicatarios. Todo ello sumado a un permanente control de los trabajos.

Finalmente, mirando al futuro, hay que insistir en la obvia recomendación del destacado urbanista Marcial Echenique, quien aludiendo a la "increíble" falta de vialidad en Valparaíso, recomendó, más allá del mejoramiento de Av. España, la creación de una "segunda calle paralela que conecte los cerros con el centro de la ciudad", solución que reconoce costosa, pero de comprobado éxito.

Todos queremos y debemos valorar el crecimiento de la economía, pero ello no autoriza para que los expertos y los políticos, cuyas opiniones sobresalen en la voz pública, lleguen a decir que todo lo demás se debe subordinar a ese objetivo. Tales opiniones tan asertivas le atribuyen efectos mágicos en el sentido que el crecimiento por sí solo tiene la solución a las demandas por más y mejores trabajos, mayor bienestar, además de sus efectos en estabilidad social y política.

En el año 2000 el decil 1, el más pobre, tenía un ingreso per cápita de $20.040 y el decil 10, el más alto, tal ingreso era de $801.000. Entre 2000 y 2015 los ingresos del decil 1 crecieron en un 145 % real, mientras que los del decil 10, lo hicieron en 30%. Por lo tanto, la desigualdad entre ellos disminuyó, pero en términos absolutos los hogares del primero incrementaron su ingreso en $29.000 y los del decil 10 lo aumentaron en $239.000, casi nueve veces más.

Por otra parte, si uno observa la evidencia empírica, no siempre revelada por las estadísticas económicas, queda claro que hay también otras paradojas que cuestionan gravemente el discurso o la narrativa del crecimiento. En el periodo que más ha crecido nuestra economía se dan a su vez tres fenómenos que no pueden asociarse al crecimiento de modo causal, porque tal vez no son más que coincidencias negativas. En ese mismo periodo es cuando más se ha incrementado el endeudamiento de cientos de miles de jóvenes para poder estudiar; en segundo lugar, también es fácil advertir que las pensiones de jubilación llegaron a ser intolerables para la mayoría, no obstante la prosperidad supuestamente general. Otra coincidencia, que no es lo mismo que un efecto necesariamente, es que los niveles de desigualdad de salarios tienden a estabilizarse o consolidarse, sin que se modifiquen por los efectos positivos del crecimiento.

Tampoco es fácil de explicar que el país haya buscado resolver esos problemas y se esté en ese camino, pero que las propuestas de solución sean miradas con recelo por quienes creen que lo importante es el crecimiento. Las fórmulas provienen de procesos institucionales, que no han derivado de los efectos sociales de la economía, sino de la política, y de esa política que es acusada de no favorecer el crecimiento.

En el contexto de estas paradojas puede explicarse también la sucesión de verdaderos conceptos de culto en ciertos discursos de la economía. Recordemos que hace unos años la palabra mágica era "mercado", todo se resolvía invocando ese concepto. Luego vino la noción de "emprendimiento", que heredó los poderes animistas del ícono intelectual anterior y cuyo desgaste simbólico hizo necesario sustituirlo. En el último tiempo hemos transitado a venerar el "crecimiento", otra panacea de la pretendida neutralidad científica de esa economía que olvida explicar las malas coincidencias antes señaladas.

Aldo Valle

Rector Universidad de Valparaíso