"La gente de Valparaíso no es de otro equipo, sino sólo de Santiago Wanderers"
Con 38 años, Arturo Sanhueza es el último jugador en actividad que fue parte del plantel campeón de Santiago Wanderers en la temporada 2001. Desde Calama, en donde es el capitán de un Cobreloa que busca revivir sus mejores años en el fútbol profesional, el volante recuerda lo que fue su paso por el Decano, la euforia de los hinchas y los problemas administrativos y económicos que sufrió la institución justo después de conseguir su tercera estrella en la Primera División.
"El cariño de la gente de Valparaíso me sigue emocionando. Me ha tocado estar en la zona varias veces después de mi partida y los hinchas te hacen sentir muy bien, me pone orgulloso el haber logrado pasar a la historia del Decano del fútbol chileno", afirma de inmediato, no olvidando, casi como una anécdota, que su primer contacto con Playa Ancha fue en la última fecha del torneo 2000 cuando llegó junto a Everton para perder la categoría en el coloso de subida Carvallo.
"Tras mi paso por Viña del Mar regresé a Fernández Vial. Estando allá, don Reinaldo Sánchez y Jorge Garcés me hablaron para que viniera a Wanderers y desde el primer minuto en Mantagua supe que iba a ser un jugador importante para un grupo extraordinario", reconoce quien por aquella época acababa de cumplir los 22 años de edad.
- Tiene buenos recuerdos de su paso por Valparaíso.
- Los recuerdos son hermosos. Imagínate, fue el primer campeonato de mi carrera y la forma en que se dio, con el equipo que se dio, con el Decano del fútbol chileno y como es la gente de Valparaíso, gente muy sacrificada y entregada por la institución. La verdad es que es un título que en todo momento marcó mi carrera.
- ¿Cuál fue la clave de ese plantel para alcanzar el éxito?
- Era un grupo en que habían jugadores que venían con un pasado y que querían conseguir un objetivo. Se dio todo, eran buenos futbolistas y extraordinarias personas. Había un gran camarín, una institución que en ese momento no tenía problemas y con mucha gente en el estadio. Con el tiempo se fue dando una hermosa comunión que tuvo su punto máximo con el estadio Nacional y una gran caravana entre Valparaíso y Santiago.
- Acá en Valparaíso no se olvida la dupla que logró conformar con Jorge Ormeño.
- Más allá de una buena dupla en el mediocampo, con Jorge (Ormeño) logramos conformar una bonita amistad y la verdad es que siempre nos mantenemos en contacto. Nosotros sabíamos que la función en cancha era recuperar balones para dárselos a Jaime (Riveros), con la posibilidad de jugar y disparar desde larga distancia. Cada uno sabía muy bien lo que era su pega y eso ayudó para tener una fluidez en el mediocampo, lo que para cualquier equipo es fundamental para pensar en ser campeones.
- La relación de ese equipo con los hinchas fue muy especial.
- Recuerdo que cuando llegué, jugamos un par de amistosos con equipos paraguayos y siempre sentimos el apoyo de la gente. La barra de Los Panzers es muy especial, siempre te está apoyando porque lo he dicho muchas veces, la gente de Valparaíso no es de otro equipo, sino sólo de Wanderers, y eso se siente. Recuerdo un partido que fuimos a jugar a Coquimbo y el estadio estaba lleno de wanderinos, como Playa Ancha y luego en Sausalito... siempre era lo mismo.
- ¿Cuánto pesó la influencia de Jorge Garcés en aquel plantel?
- Más que la influencia de Jorge Garcés, quien sí fue muy importante, siento que la clave para el éxito de ese equipo, fue la forma en que estaba conformado su cuerpo técnico. César Contreras y José Cantillana fueron trascendentales para nosotros. Tampoco se puede dejar de olvidar a Juanito Olivares, o a los paramédicos y utileros. La cara visible era el "profe" Jorge (Garcés), pero tras él había un enorme cuerpo técnico.
- Luego vino su primera experiencia internacional con Santiago Wanderers en Copa Libertadores de América.
- Así es. La Copa Libertadores fue una muy bonita experiencia. Jugar con un Boca Juniors, campeón del torneo y empatar en La Bombonera y ganar en Viña fue grandioso. Más allá de tener mala suerte y no avanzar en la competencia, creo que estuvimos a la altura de los requerimientos.
- Sin embargo, lo que vino después fue feo. La forma en que se desarmó ese camarín no fue la adecuada para un campeón.
- Lo que vino después no le gustó a nadie, con sueldos impagos, cambios de presidente, viajando en no buenas condiciones y, claramente, sumando jugadores que no eran los adecuados para el momento futbolístico que se encontraba viviendo la institución. Tras el título, en vez de avanzar se fue retrocediendo y llegamos a un punto en que muchos de quienes habíamos salido campeones tuvimos que buscar mejores horizontes.
- ¿Hubo en algún momento la opción de regresar al Puerto?
- Sí, hubo la posibilidad después que salí de Colo Colo, pero por distintas razones no se pudo dar y por ello es que hoy sólo me queda ser un agradecido del momento que me tocó disfrutar con la camiseta del Decano. No te miento si te digo que me hubiese gustado volver, no sólo por la calidad de vida en Valparaíso o Viña del Mar, sino por lo que es Santiago Wanderers. De todas formas, sigo pendiente de lo que vive la institución, especialmente cuando estuvieron Jorge (Ormeño), David (Pizarro), el mismo Moisés (Villarroel) o Silvio (Fernández), a quien tuve la posibilidad de llamar para desearle toda la suerte del mundo.
- ¿Cómo ve al Santiago Wanderers 2017?
- En la parte deportiva, siento que Santiago Wanderers tiene un técnico de mucha proyección, un entrenador al que los jugadores le creen mucho y que, hasta el momento, ha podido dejar su sello... se nota a lo que quiere jugar. Administrativamente, no sé como se maneja la sociedad anónima que concesiona al club, pero ciertamente, la gente de Valparaíso se merece lo mejor.
"Tras el título, en vez de avanzar se fue retrocediendo y llegamos a un punto en que muchos de quienes habíamos salido campeones tuvimos que buscar mejores horizontes para nuestras carreras""
"Más que la influencia de Jorge Garcés, quien fue muy importante, siento que la clave para el éxito de ese grupo fue la forma en que estaba conformado su cuerpo técnico. César Contreras y José Cantillana fueron trascendentales para nosotros""