"No en pocas oportunidades se han recibido denuncias sobre uso excesivo de medicamentos"
Branislav Marelic
Director nacional del INDH, sobre el CREAD de Playa Ancha, del Sename
"El referéndum no se podía celebrar porque es liquidar la soberanía nacional"
Mariano Rajoy
Presidente de España, por intento separatista en Cataluña
En medio de controversias judiciales y de la dilatada postergación de la licitación para la explotación del Casino de Viña del Mar, la comisión de Patrimonio del Consejo Regional ha solicitado al Consejo de Monumentos Nacionales que otorgue la calidad de Monumento Histórico al edificio de la tradicional casa de juegos. Acertada solicitud, pues el inmueble tiene una condición precursora, hasta revolucionaria, en el desarrollo del turismo del turismo nacional.
La creación de una casa de juegos de azar fue aprobada en ley de excepción, exclusivamente para Viña, y con el objetivo de consolidar a la comuna como polo turístico y para recaudar recursos para su desarrollo y beneficio de la población.
La propuesta, planteada ya en 1910, fue desestimada por el Presidente Pedro Montt, pero resucitó mediante acuerdo municipal tomado en sesión secreta en 1913 que postulaba un balneario y un casino en terrenos aledaños a 6 Norte. Se hizo pública la idea en una ceremonia que contó con la presencia del Presidente Ramón Barros Luco. Fuertes ataques desde el Diario La Unión. El proyecto siguió durmiendo hasta febrero de 1928 en que la Ley 4.283 autorizaba el primer centro de juegos de azar del país que comenzó a funcionar provisoriamente en el balneario de Recreo. El local actual, obra de los arquitectos Alberto Risopatrón y Ramón Acuña, edificio de estilo ecléctico avanzando hacia el racionalismo, se inauguró el 31 de diciembre de 1930 con una gran fiesta.
Su funcionamiento, pese a polémicas, recursos judiciales, amenazas de cierre y cambios legales, deja al final del día un saldo positivo para Viña del Mar y constituye ejemplo precursor en turismo que logró derrotar gruesos muros de prejuicios.
Ahora el tema Casino ha vuelto a los estrados judiciales, pues las bases de la licitación elaborada por la Superintendencia de Casinos de Juego (SCJ) son objeto de recursos por eventuales interesados, abriéndose la posibilidad, entre otros aspectos, a que nuevos operadores del juego legal en Viña del Mar puedan funcionar en otro recinto, dejando de lado el tradicional edificio de Avenida San Martín.
Con razón sostienen los consejeros regionales que la mantención del Casino en su sede actual reafirma un sello típico de la ciudad. Ese sello no se puede perder con posibles cambios de local o intervenciones que desvirtúen las características que marcan el precursor edificio de avenida San Martín.
Esas características quedarían aseguradas con la condición de Monumento Histórico, dando mayor valor al edificio que, por otro lado, a partir de las bases de la SCJ, debería conservar la exclusividad de sede para los juegos de azar de Viña del Mar.
En las pasadas fiestas patrias se hizo la prueba de instalar en el plan porteño, dos grandes estrellas de cristal iluminadas. Una se colocó en el Banco Nacional y la otra en el almacén de los señores Rose Innes y Compañía. Su efecto fue magnífico y a varios comerciantes que les agradó, piensan hacer encargo de ellas para el próximo año.
El último obstáculo que cierra el paso al camino costero que se construye entre Montemar y Concón, una puntilla de cerro, va a ser eliminado este domingo, por medio de la explosión de una formidable carga de 120 quintales de pólvora. El Presidente de la República, desde Santiago apretará un botón, enviando una señal eléctrica que generará la explosión.
Emocionantes fueron los funerales que tuvo ayer el vicealmirante (R) Víctor Oelscker Stoecker, quien fue sepultado en el mar. Altas autoridades civiles, de la Armada, de Carabineros y ex jefes de la Armada, asistieron al acto que se efectuó abordo del destructor "Cochrane" que transportó los restos del vicealmirante a 10 millas mar afuera, frente a Valparaíso.
Comienzo con esta pregunta a propósito de los tan famosos huracanes Irma y María, los que de manera hostigosa han sido cubiertos por los medios chilenos. A primera vista la ocurrencia de estos hechos pareciera no afectarnos directamente. Sin embargo, debemos recordar que tratándose de Irma, uno de los países afectados por dicho huracán fue Haití, y me tomo de este punto para hacer referencia a que probablemente entonces tengamos un coletazo en Chile.
Si bien la intensidad de los huracanes no depende únicamente del cambio climático, se ha señalado que el mismo -y de cuya existencia no dudo-, ha permitido incrementar la potencia de Irma y María debido al alza de la temperatura en los océanos. Pues bien, ante los cambios que ha venido sufriendo el planeta en relación al clima, se ha producido también una nueva categoría de refugiados, los llamados "refugiados climáticos", aludiendo a todas aquellas personas que se han visto forzadas a dejar sus territorios debido a que las condiciones que alguna vez permitieron el asentamiento humano han desaparecido.
Esto ha pasado en territorios donde por ejemplo se han producido largos periodos de sequías, el hundimiento de islas o territorios, el aumento en la cantidad e intensidad de las tormentas, o la desertificación. Al respecto, la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 y su Protocolo de 1967, de los cuales Chile es parte, no consideró la situación de las personas que deben dejar su hogar debido a las perturbaciones ambientales, incluidas aquellas producidas por el cambio climático.
Si bien la Convención sobre los Refugiados no hace mención expresa a este tipo de refugiados, perfectamente al momento de solicitar asilo podrían enmarcarse dentro de una "expresión amplia" que contempla dicha convención y que fue recogida textualmente por la Ley 20.430 en Chile que establece disposiciones sobre protección de los refugiados, el denominado "grupo social determinado", dentro del cual -y bajo determinadas circunstancias- perfectamente podrían encajar las personas afectadas por el calentamiento global o bien por desastres naturales, como el terremoto ocurrido el martes pasado en México.
En este nuevo contexto, se torna necesaria la creación de herramientas y reglas en el Derecho Internacional para enfrentar este desafío, ue además deben estar destinadas a ayudar a los estados a hacer frente a esta realidad, más aún si se tiene en consideración que hay estudios que proyectan que para el 2050 el número de refugiados afectados por el cambio climático podrían ser mayores a los refugiados tradicionales.
Chile, como parte de un mundo globalizado debe comenzar a prepararse para enfrentar los desafíos del futuro en este sentido, y estar a la altura no solo para ayudar y recibir a los refugiados climáticos, sino que también en la elaboración de políticas públicas serias respecto de los nuevos retos que deberemos afrontar como sociedad.
Karina Uribe Peña
Abogada, profesora Escuela de Derecho UV