"La derecha debe proyectar ser algo más que la eterna pausa mientras la izquierda se rearticula"
Para el director del Instituto de Estudios de la Sociedad, profesor de la Universidad de Los Andes, viñamarino y exmilitante de la UDI, Daniel Mansuy (39), el escenario actual que enfrenta la derecha, bajo el alero del ex Presidente Sebastián Piñera, es "muy favorable".
"Su desafío esencial pasa por proyectar a la derecha al menos durante dos períodos presidenciales", indica el máster en Filosofía y Ciencia Políticas, quien aún se pregunta si el favorable escenario del sector "se debe a méritos propios o a los errores del adversario".
-¿A qué cree que se debe?
-Tiendo a pensar que hay mucho más de lo segundo. Entonces, si la derecha quiere aprovechar la oportunidad que tiene, debe realmente ser capaz de elaborar diagnósticos y propuestas mucho más sofisticadas de las que han sido necesarias hasta ahora. Mi duda es si la dirigencia tiene conciencia de ese hecho, o simplemente va a vivir un baño de exitismo al ganar las presidenciales y olvidará lo esencial del desafío, que pasa por proyectarse al menos durante dos periodos presidenciales y ser algo más que la eterna pausa mientras la izquierda se rearticula.
-Usted plantea que hay problemas sociales que la derecha aún no los entiende, y el exministro Harald Beyer dice que el programa de Piñera es muy conservador. ¿Hacia dónde debe girar?
-A mi entender, la derecha debe abandonar dogmas que le han impedido tener una comprensión política acabada de lo que ocurre en el país.
-¿Cómo cuáles?
-Uno de ellos ha sido el economicismo, vale decir, la idea de que en último término los problemas políticos son económicos. Mientras la derecha no logre ver la dimensión específicamente política de muchas de nuestras dificultades, no tendrá demasiada proyección.
-Pero la propuesta natural de la derecha está sustentada justamente en el aspecto económico.
-Es que tampoco creo que sea razonable reemplazar el economicismo por el individualismo liberal, o por el progresismo como lo propone Beyer, si es que lo entendí bien. Yo creo, más bien, que la derecha debería ser fiel a sus fuentes intelectuales, que guardan más relación con la idea de nación, con la articulación colectiva y con la dignidad de la persona. La derecha no tiene por qué ser un clon liberal del PPD para tener éxito. Creo que ese sería más bien un éxito del PPD.
-¿De esa manera se acercarían más al centro?
-Yo no sé si aquello que todos llaman el centro político tenga una densidad como la que suponemos. No creo que el problema de Piñera esté en el centro. Después de todo, él es un hombre más de centro que de derecha. Su problema está en la capacidad de convocar, de cautivar, y que el voto que gane sea de adhesión y no de mero rechazo a la izquierda.
-Patricio Fernández dijo que Piñera seguía hablando del país como si fuese una empresa. ¿Le ha costado alejarse de su origen?
-Me parece que el comentario de Patricio Fernández apunta a una debilidad objetiva del candidato: le cuesta mucho hablarle al país en cuanto masa espiritual, y se siente muy cómodo dirigiéndose a los intereses de los individuos. Es algo que no ha superado, pese a sus esfuerzos, y que le volverá a traer dificultades si gana.
-En esta renovación, ¿qué espacio tiene el ala más dura de la derecha, asociada a la senadora Jacqueline van Rysselberghe?
-Un gobierno siempre tiene que estar fundado sobre un equilibrio, en el que todos se sientan parte. Es evidente que, en ese plano, la UDI tendrá que jugar su papel, acorde con su fuerza electoral. Ahora bien -y aquí es precisamente donde se muestra el talento político-, ésta no es una cuestión aritmética ni es un juego de suma cero. La capacidad política consiste en saber convocarlos a todos a un programa común, a un desafío compartido, en cuyo despliegue se puedan construir las confianzas necesarias para proyectar a la derecha. Si todos andan mirando sus pequeñas cuotas de poder, y el Ejecutivo preocupado de distribuirlas matemáticamente, temo que el gobierno será un desastre.
-¿Y Evópoli? Tienen una posición valórica contraria a la UDI...
-Nunca he terminado de entender la obsesión que tiene la derecha por desangrarse en las cuestiones mal llamadas valóricas. En esos temas yo no he visto mayores diferencias entre la UDI, RN y el candidato. Todos se opusieron al aborto, y son partidarios del matrimonio entre hombre y mujer. Puede haber matices, pero se dan dentro de un marco común.
-Pero en Evópoli es distinto.
-Evópoli tiene una posición distinta, pero es clara minoría al interior de la coalición. Darle demasiada importancia a estos temas es simplemente dispararse en el pie, y esterilizar políticamente al sector.
-¿Qué futuro se le ve a José Antonio Kast, con su mensaje más conservador, y a Jaime Bellolio, siendo más liberal que el resto?
-Lo de Kast depende de la votación que obtenga. Creo que cualquier cosa sobre los cinco puntos, sobre todo si se acerca a los diez, le da la posibilidad de construir un referente que puede tener su importancia en el futuro de la derecha, y en la articulación para el futuro. Y Jaime Bellolio, para mí, es uno de los jóvenes más talentosos y promisorios de la política chilena, y nunca he terminado de entender por qué la UDI histórica lo bloqueó cuando estaba dispuesto a cargar con una mochila bien pesada después del caso Penta. Es evidente que sus relaciones con la directiva no son las mejores, pero yo espero sinceramente que tenga un espacio destacado, ya sea dentro o fuera del partido.
-¿La región de Valparaíso será uno de los pocos bastiones que seguirá más ligado a la derecha conservadora como se le conoce?
-Me parece que las cosas en la derecha van a quedar bien semejantes, y quizás más a la derecha con la posible derrota de Lily Pérez. Hasta donde uno puede ver, los dos senadores más o menos seguros del sector son Francisco Chahuán y Andrea Molina, y ninguno de ellos tiene un perfil demasiado progresista. Incluso, veo que tienen altas expectativas de conseguir tres senadores, lo que sería un golazo gigante. Es paradójico lo que ocurre, porque si hacemos memoria este sistema electoral se lo debemos a Lily Pérez. Ella inventó el quinto cupo, y todos pensamos que fue un traje hecho a la medida. Las vueltas de la vida.
-Cuando la alcaldesa Virginia Reginato se retire, ¿se acabará la tradición y el conservadurismo que caracteriza a la región?
-Es que no estoy tan seguro que esa categoría sea la dominante para explicar el fenómeno Reginato. Más que una dimensión especialmente conservadora, yo veo allí un tejido denso de redes clientelares.
-¿Cómo así?
-Creo que la articulación con redes vecinales y subsidios de todo tipo la ha mantenido en el poder, además de su carisma personal. Es como un feudo, como un caudillo municipal difícil de desbancar porque esas redes son muy sólidas. Mi impresión es que hay muy poco de un proyecto político o de una articulación de fondo con perspectiva nacional.
"Si todos miran sus pequeñas cuotas de poder, y el Ejecutivo anda preocupado de distribuirlas matemáticamente, temo que el gobierno será un desastre""
"Más que una dimensión especialmente conservadora, yo veo (en la Municipalidad de Viña del Mar) un tejido denso de redes clientelares" "Es paradójico porque este sistema electoral se lo debemos a Lily Pérez. Ella inventó el quinto cupo, y todos pensamos que fue un traje a la medida""
"No sé si aquello que todos llaman el centro político tenga una densidad como la que suponemos. No creo que el problema de Piñera esté en el centro"