Academias europeas de ciencias piden cambiar la dieta y la política agrícola
El Consejo Asesor de las Academias Europeas de las Ciencias (EASAC) recomendó ayer, principalmente a Europa pero también al resto del mundo, cambiar su dieta y sus políticas agrícolas, además de abogar por disminuir el consumo de proteínas animales, tanto por motivos de salud como para proteger el medio ambiente ante el cambio climático.
En un documento en el que han trabajado científicos de toda Europa, las academias piden una "acción urgente" en favor de la seguridad alimentaria y la protección medioambiental e insta a la clase política a aprovechar las oportunidades que brindan la ciencia y la investigación.
Subrayan así, por ejemplo, la necesidad de modificar los patrones de consumo de alimentos y llaman al fin de los "incentivos perversos a los precios para consumir dietas altas en calorías".
Además de mejorar los sistemas de seguridad alimentaria, el mundo necesita, según los académicos, reducir los desperdicios alimentarios a nivel local y regional con nuevos enfoques en el procesamiento de alimentos.
Piden apoyo a la investigación agraria para impulsar la competitividad y una bioeconomía sostenible, sobre todo considerando que Europa es un continente dependiente de las importaciones de alimentos y sucedáneos para satisfacer sus necesidades.
Esa dependencia hace al viejo continente vulnerable a las fluctuaciones de los mercados y además tiene un impacto en muchos países en desarrollo, más afectados por el cambio climático y la degradación medioambiental, advierten los científicos, que abogan por el estudio de los factores que influyen en la volatilidad de los mercados y el comercio justo.
Las Academias subrayan también el rol que puede tener el sector ganadero en la mitigación de los gases de efecto invernadero (GEI), con modelos de producción más sostenibles, y reitera la importancia de modificar la demanda de esos productos.
En este contexto proponen tres alternativas a las proteínas animales tradicionales: los alimentos de los océanos -con una explotación sostenible de los recursos-, la carne cultivada en laboratorio y los insectos.
"Se necesita investigar cómo aumentar la aceptación de los consumidores de alimentos y dietas innovadores", destacan en su documento, en el que se considera que Europa no debe bloquearse ante las oportunidades que permiten mejorar la productividad con menor impacto ambiental, como la edición genómica.
A su juicio, los avances en investigación genética van a ser "cruciales" para el futuro de la alimentación y la agricultura en Europa, por lo que las instituciones políticas deben capitalizar esos logros científicos para la salud animal, la productividad y los cultivos.
de las emisiones de gases invernadero a nivel mundial son producidas por la industria del sector ganadero. 14,5%