En medio de un discurso negativo y crítico resultan paradojales y sorprendentes los resultados de una encuesta regional que muestra generalizada satisfacción de la población en calidad de vida. El estudio señala que un 55% de los entrevistados dice ser "feliz", a lo que se suma un 29% que afirma ser "muy feliz".
La encuesta, realizada por la Fundación P!ensa y la Caja 18, cubrió siete provincias de Valparaíso y su resultado podría parecer asimétrico con otras cifras del mismo estudio que consignan quejas sobre transporte público, seguridad, equipamiento urbano, educación y salud. La explicación estaría en lo que afirma Gonzalo Lira, director de la Escuela de Sicología de las Universidad de Valparaíso. Postula que "resulta del todo posible que, consultadas por 'factores objetivos' de calidad de vida, las personas realicen evaluaciones negativas, e interrogada por sus niveles de felicidad (componente subjetivo), expresen calificaciones satisfactorias". En suma, la encuesta muestra una personal "felicidad escondida".
Pese a otros resultados negativos, el coordinador de Opinión Pública de P!ensa, Jaime Lindh, destaca en el índice de felicidad "un mayor optimismo en lo laboral" y consigna también como factor "un importante nivel de bienestar individual, en cuanto a las libertades que se tienen para tomar decisiones".
El concepto de "libertad" es muy amplio, pero identificarlo como un valor es importante, más allá del alcance que se le otorgue, pues cubre desde decisiones materiales hasta culturales, pasando por lo religioso y político.
Destaca en el estudio la pertenencia regional de entrevistados: sólo un 32% se trasladaría a otro punto del país.
En salud, el 61% está satisfecho con su salud física y el 78% con la mental, leve aumento en relación años anteriores. Menor es la calificación en situación económica, ya que sólo un 44% confiesa conformidad.
La encuesta fue realiza con entrevistas presenciales a 1.650 personas residentes en zonas urbanas entre el 29 de julio y el 20 de septiembre de este año. El margen de error de la misma es de +/- 2,41%.
Es cierto que tras experiencias nacionales a internacionales el prestigio de las encuestas ha decaído, pero en grandes números se acercan a la realidad, en especial cuando no son relativas a temas de gran contingencia, como es el político. Sin embargo, si sacamos punta al lápiz, podríamos llegar a conclusiones de alcance político, como sería la aceptación del estigmatizado "modelo". Con otra mirada, hay que evitar que estos resultados positivos nos lleven a la autocomplacencia, pues junto a satisfacciones personales permanecen con fuerza problemas que afectan colectivamente a la calidad de vida, como justamente lo precisan estudios de P!ensa.