Las decisiones tomadas por el alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp, y el diputado Gabriel Boric -ambos del Movimiento Autonomista y, en consecuencia, del Frente Amplio- de aceptar las respectivas invitaciones cursadas por La Moneda a las comisiones para trabajar en seguridad e infancia (dos de los cinco grandes acuerdos nacionales propuestos por el Presidente Sebastián Piñera el mismo día de su asunción al poder) han sido recibidas de distinta manera. Sobre el parlamentario, con resquemor -y, en algunos casos, duras críticas- por integrantes del conglomerado e incluso de algunos partidos de la otrora Nueva Mayoría. En cuanto al alcalde, ni siquiera la aguda diputada Pamela Jiles levantó la voz para quejarse por su presencia en una reunión convocada por el oficialismo.
De hecho, señeras figuras del socialismo, como la presidenta de la Cámara de Diputados, Maya Fernández, y el exintendente de La Araucanía y hoy senador, Francisco Huenchumilla, se desembarcaron rápidamente de las comisiones, misma determinación que posteriormente adoptó el exministro del Interior y también senador, José Miguel Insulza, argumentando que "aunque no estoy totalmente de acuerdo, seguiré la posición del Partido Socialista".
En ese contexto, las opciones tomadas por Sharp y Boric -con todos los riesgos y malinterpretaciones que éstas puedan suponer, hablan, primero, de una madurez política pocas veces vista dentro de su joven sector y, segundo, del compromiso mayor que ambos tienen y asumirán en función de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos a través de un mejor pasar para los niños y de cautelar la seguridad de nuestras ciudades.
En estas mismas páginas, el parlamentario aclaró que la crisis del Sename es una prioridad y que sería una "mezquindad" restarse de esta iniciativa, entendiéndola como un espacio de diálogo abierto a la sociedad civil y no como una instancia prelegislativa.
Por su parte, la apuesta de Sharp pareciera ir un poco más allá de la mera mesa de propuestas sobre el tema de la seguridad en el país, con la clara intención -como lo adelanta el propio jefe comunal en la edición de hoy- de ampliar su abanico temático (desarrollo del borde costero, nuevas políticas de vivienda y una Ley de Puertos, entre otras) de influencia en el Ejecutivo para así cambiar la mirada centralista sobre Valparaíso y darle a la ciudad el trato privilegiado que, a su juicio, requiere.
Es de esperar que lo segundo no nuble el empeño inicial, cual es intentar todos juntos dar la batalla contra la delincuencia y garantizar seguridad en todas las comunas del país. Si se consigue un avance en esa materia, lo restante vendrá por añadidura.