"Recomendaría (a Martínez y Sharp) que dejaran la cosa pequeña, porque eso no ayuda a la gente"
"La cohabitación política puede ser muy conflictiva o de buena convivencia", comenta Marcelo Trivelli, exintendente de Santiago, en esa época militante DC, y quien en función de ese cargo debió mantener un "fair play" con el entonces alcalde de Santiago, Joaquín Lavín, de la UDI. Todo, agrega, va a depender de que cada cual se ciña a las atribuciones institucionales que tiene cada cual y que no se debieran topar. "Los temas están absolutamente delimitados entre una institución que es la intendencia y el gobierno regional, ambas del Ejecutivo, y las alcaldías, y por lo tanto, más bien lo que pudiera darse es una pugna política por liderazgo", indicó la exautoridad, quien se encuentra alejado de la política contingente y que en pocos meses más se viene a vivir a Valparaíso.
- ¿Cómo fue esa cohabitación con Lavín?
- Haciendo recuerdos, en la Región Metropolitana fue un poco distinto. Joaquín Lavín venía de haber competido en una presidencial y haber sacado el 49% y medio de los votos, y haber sido electo alcalde con una tremenda mayoría. Yo, cuando me nombraron intendente, era en términos políticos un perfecto desconocido. Por lo tanto, eso fue determinante en términos de que yo entendía que mi rol era entenderme con los cincuenta y tantos alcaldes de la Región Metropolitana.
- Jugó un rol mediático como intendente y se relacionó con un alcalde también mediático. ¿No hubo ahí una suerte de pugna?
- Muchas veces he usado la analogía de que fue como un duelo de esgrima entre caballeros, porque nunca hubo entre nosotros ni descalificaciones ni nada por el estilo. Incluso más, cuando Lavín inauguró las playas al lado del Mapocho, armamos equipos de paletas y jugamos en equipos contrarios donde ganamos nosotros. Yo tomé eso con humor porque en la política uno tiene que saber relacionarse con los otros y sentí que Lavín estuvo en la misma parada. Nunca recibí una señal de descalificación de parte de Lavín. De otras personas sí, pero de parte de Lavín, nunca.
- Quien había sido el alcalde de Santiago hasta entonces, Jaime Ravinet, dijo, a propósito de la cohabitación, que era "una pelotudez". Esto en el sentido de que Lavín no representaba amenaza para Ricardo Lagos, elegido Presidente. Luego llegó usted a la intendencia....
- No, no comparto un juicio así porque el trabajo del Ejecutivo es muy distinto, tanto en lo político como en lo institucional, al trabajo del alcalde. Cuando el intendente quiere hacer cosas que le corresponden al alcalde o viceversa, obviamente que pasa a ser una pelotudez. Es una pelotudez tratar de meterse en el trabajo y en las responsabilidades del otro.
- ¿Entonces no hubo competencia entre Lavín y usted?
- No he dicho eso. Dije que nos llevamos bien y que la contienda fue de guante blanco y fue respecto a visiones que teníamos de la ciudad, pero guardando siempre el respeto por la atribuciones del otro. Y en aquellos espacios donde había espacios de colaboración, así lo hicimos. Por ejemplo, en seguridad ciudadana, desde la intendencia hicimos un programa que se llamó seguridad capital para disminuir delitos de connotación pública en el centro histórico. Para eso la municipalidad colaboró y redujimos los delitos en más del 50%.
- ¿Esa cohabitación política y los puntos de vista distintos no afectaron el desarrollo de la comuna?
- Creo que todo lo contrario. Creo que ambos, en nuestros respectivos trabajos, potenciamos el resultado.
- En Valparaíso estamos viendo una "cohabitación" algo compleja entre el intendente Jorge Martínez y el alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp. ¿Qué les recomienda?
- Lo primero es que cada cual se aboque a cumplir el mandato institucional que tiene, que son distintos y se mueven en ámbitos diferentes. Lo segundo, es que las autoridades políticas, sean del signo que sean, tienen la obligación de responder a la ciudadanía y no a intereses particulares, porque las presiones que reciben los alcaldes son enormes y ahí cada cual, desde su perspectiva, tiene que ser capaz de resistir esas presiones y abogar por la ciudadanía.
- ¿Una mala o compleja cohabitación impide o frena el desarrollo, en este caso de la comuna de Valparaíso?
- O sea, que el intendente le haga zancadillas al alcalde o que el alcalde le haga zancadillas al intendente -aunque es más probable que el intendente le haga zancadillas al alcalde- lo encuentro lamentable porque los que pagan el pato son los habitantes de la ciudad.
- El intendente Martínez criticó la poca disposición de Sharp para atender las prioridades del gobierno y cuestionó la gestión de seguridad del municipio. Y Sharp acusó al intendente en la Comisión de Seguridad de Piñera de estar haciendo gallitos.
- Yo llamaría a dejar la cosa chica porque los únicos perjudicados son los ciudadanos. Y en el ámbito de lo que es la política, en una ciudad hay muchos más puntos de encuentro que de desencuentros. Me reuní con la intendenta de la Región Metropolitana, Karla Rubilar, y le dije que había un espacio tremendo de colaboración porque creo que el tema político de la Región Metropolitana es un tema inexplorado. No es tema porque con el centralismo del país las políticas de cada área metropolitana quedan atrás. Creo que el éxito de una autoridad territorial como es un intendente o un alcalde es hacer una buena gestión en el territorio.
- Pero en esta tensión que existe en la cohabitabilidad política, ¿a quién le corresponde dar mayores señales de buena convivencia para un futuro desarrollo?
- Creo que ambos. No quiero aparecer como un exintendente santiaguino metiéndome en política interna de Valparaíso porque no me corresponde. Más que un tema particular de si es Sharp o Martínez, puedo decir que sí hay espacios de colaboración. El alcalde Alcaíno dijo en un momento que "desde la alcaldía de Santiago no se ve La Moneda". Quiere decir que las autoridades locales no debieran meterse a opinar de política nacional. Ser respetuosos de las atribuciones institucionales que tiene cada cual. Ahora, si Martínez ha cuestionado la política de seguridad de Sharp, bueno, al alcalde no le corresponden las políticas de seguridad de la comuna que son materia del Ejecutivo. Puede colaborar sí. Y al revés, los temas que tienen que ver con lo urbano le corresponden al alcalde. Si uno tiene claro eso las cosas se facilitan enormemente.
"Más que un tema particular de si es Sharp o Martínez, puedo decir que sí hay espacios de colaboración. Lo importante es ser respetuosos de las atribuciones institucionales que tiene cada cual" "Con el centralismo del país las políticas de cada área metropolitana quedan atrás. Creo que el éxito de una autoridad territorial, como es un intendente o un alcalde, es hacer una buena gestión en el territorio""