"A las mujeres les piden ser rentables, pero el fútbol masculino está subsidiado por el estado"
Brenda Elsey, académica de la Universidad de Hofstra de Nueva York, ha dedicado gran parte de su carrera como historiadora a investigar las relaciones políticas y culturales que genera el fútbol en la sociedad.
Con una sonrisa, reconoce que no tiene demasiado talento en la cancha y siente que es "mejor para pensar en el fútbol que para jugarlo".
Uno de sus libros, "Citizens and Sportsmen: Fútbol and Politics in Twentieth Century Chile", es un punto cardinal para quienes pretenden entender las redes que se generaron en nuestro país a partir de un campo de juego y una pelota.
Este jueves, en el campus Viña del Mar de la Universidad Adolfo Ibáñez, Elsey participará en el seminario "El fútbol y otras prácticas deportivas como fenómeno social en Lationamérica", junto a historiadores chilenos que han dedicado sus investigaciones al tema.
La investigadora norteamericana, quien se declara simpatizante de Fernández Vial y dice admirar los esfuerzos de los hinchas de Wanderers y Colo Colo por devolverle protagonismo a la comunidad dentro del club, explica que su ponencia en nuestro país estará más ligada a temas de género.
"Mi presentación representa una pequeña parte de un libro titulado 'Futbolera: género, sexualidad y la política del deporte femenino en América Latina', que saldrá este año. Los argumentos generales del libro son que la ausencia de la historia de las mujeres en ciertos campos, incluido el deporte, ha servido para negarles el acceso a recursos sociales, culturales y economicos", explica.
- Según sus investigaciones, cómo y dónde surge la práctica del fútbol femenino en nuestro país.
- Encontramos que las mujeres están jugando, informalmente, a fines del siglo XIX. Con base en memorias de mujeres y comentarios de periódicos, sabemos que se vuelve muy común en la década de 1910, especialmente equipos organizados por maestros de educación física y para la década de 1920 las mujeres están formando clubes en sus lugares de trabajo, sindicatos, vecindarios e informalmente en los clubes deportivos. Sin embargo, las mujeres que juegan al fútbol enfrentan la mayor resistencia, incluso de otras deportistas. Un caso muy interesante de una iniciativa de las mujeres para formar una asociación estable tiene lugar en Valparaíso. En 1927, las deportistas inauguraron la Asociación de Deportes Femeninos (ADF) en Valparaíso. Las miembros de la ADF compitieron en torneos de baloncesto, natación, tenis de mesa, atletismo y voleibol. En una entrevista con Los Sports, la secretaria del ADF, Azucena Villanueva, declara -sobre fútbol femenino- que "todo tiene sus límites". En los últimos párrafos de la entrevista, el autor escribió que la conversación con Villanueva felizmente "distaba mucho de ser una conferencia sobre feminismo".
- Su trabajo más reconocido en nuestro país se refiere a la influencia de la política en el fútbol y la forma en que el deporte contribuyó a la sociedad civil en Chile. Sin embargo, usted también ha investigado sobre temas de género en el deporte de América Latina. Cómo ve la relación política entre mujeres y actividad futbolística en el continente.
- Desde mediados del siglo XX, los movimientos feministas han ampliado lo que llamamos política. La desigualdad de género es una característica fundamental de la sociedad, desde el derecho constitucional hasta la adquisición de propiedades, pero también el género es fundamental para comprender cómo funcionan el capitalismo, la explotación, la violencia y el autoritarismo. Creo que mi trabajo sobre las mujeres, aunque es más comparativo que mi investigación anterior, está preocupado por cuestiones similares, la relación entre la práctica cultural, la sociedad civil y la política. La exclusión brutal de las mujeres del fútbol en la región donde supuestamente es una parte central de la identidad nacional y la cultura es simbólica, pero también inmediatamente social. A medida que los clubes se convirtieron en vehículos para la política local, la organización sindical y la sociabilidad, las mujeres perdieron un papel en esto. Las primeras feministas de principios del siglo XX en Chile se quejaron, estaban muy conscientes de que esto estaba sucediendo. También sucede de maneras más obvias, como en Brasil, donde el fútbol femenino fue legalmente prohibido desde 1941 a 1981. Las mujeres no dejan de jugar, pero las comunidades de futboleras continúan reuniéndose bajo tierra. Estructuralmente, la FIFA y las federaciones nacionales también amenazan a los equipos de hombres por ayudar a las mujeres. Cuando México alberga la segunda Copa Mundial Femenina Independiente en 1971, la Federación Mexicana y la FIFA amenazan con multar a cualquier club por prestar sus campos a mujeres. Hoy en día sigue habiendo poco apoyo para el fútbol femenino y la discusión generalmente es sobre el mercado. Los periodistas, funcionarios y directores de clubes frecuentemente sugieren que las mujeres necesitan saber cómo venderse y hacer que su deporte sea rentable. Sin embargo, sabemos que el fútbol masculino está subsidiado por el estado, ya sea para rescatar a los clubes de la bancarrota o para mantener los estadios. Uno puede estar de acuerdo o en desacuerdo, pero en cualquier caso, mantiene a las mujeres en un estándar completamente diferente.
- La selección chilena de fútbol femenino ha salido segunda de la Copa América y clasificó al Mundial, pero en este país no existe liga profesional y la mayoría de las jugadoras deben emigrar para poder vivir del deporte.
- Las únicas ligas profesionales en Latinoamérica están en Brasil, Colombia y México, las dos últimas están en sus primeras temporadas y Brasil apenas puede mantenerse con vida. Las ligas nacionales en el fútbol masculino latinoamericano también están sufriendo, ya que la atención al fútbol europeo, donde el talento global reside mayoritariamente, solo aumenta.
- ¿Considera que la FIFA de verdad hace un esfuerzo para propiciar el crecimiento del fútbol femenino?
- Yo creo que las mujeres tuvieron sus exitos mayores cuando se organizaron colectivamente e independientemente de las asociaciones deportivas tradicionales. Hay personas dentro de la FIFA que han defendido el fútbol femenino, como Moya Dodd, sin embargo, creo que la FIFA típicamente subdesarrolla el fútbol femenino. Sin embargo, en comparación con las confederaciones como CONMEBOL, la FIFA se ve progresista en términos de sus iniciativas con jóvenes y mujeres económicamente desfavorecidas. Fue solamente luego de realizar una huelga en 2017 que las futbolistas argentinas lograron cobrar un estipendio para capacitación que les debían. El éxito de la selección femenina chilena en la reciente Copa América también se debe a su increíble iniciativa. En 2016, después de ser relegadas, formaron un sindicato de jugadoras, que es único en la región. Estos movimientos tienen un carácter transversal y se han visto potenciados por un revitalizado movimiento feminista de alcance latinoamericano.
- ¿Qué rol cumplen la prensa y los medios de comunicación en la discriminación de las mujeres en el deporte?
- En general, los medios deportivos son esenciales para discriminar o ignorar a las mujeres atletas, periodistas y fanáticas. Piense en lo que sucedió cuando Grace Lazcano comenzó en el Canal del Fútbol el año pasado. En Argentina, donde estoy en este semestre, fue más fácil para mí averiguar qué desayunó Carlos Tévez que encontrar el resultado de Argentina versus Venezuela en la Copa América Femenina.
- ¿Cómo percibe las diferencias que existen respecto al fútbol femenino en Estados Unidos con el resto de América Latina?
- El fútbol nunca fue el deporte nacional en los Estados Unidos, entonces el fútbol femenino no provocó la ansiedad que provoca en América Latina, donde es un deporte mucho más central a las identidades nacionales. La mayor diferencia ha sido la aprobación del Título IX en 1972, que es una ley federal integral que prohíbe la discriminación por motivos de sexo en cualquier programa o actividad educativa financiada con fondos federales. Esto significaba que los programas atléticos de la universidad tenían que proporcionar deportes para hombres y mujeres con los mismos recursos. Esa es la gran diferencia, porque las mujeres atletas tenían una infraestructura para desarrollarse y competir hasta la edad adulta, lo que nunca había sucedido antes.
"Admiro lo que grupos de miembros de Santiago Wanderers y de Colo Colo están haciendo para tratar de revitalizar la membresía de los clubes y hacer que sus actividades sean significativas para las comunidades que los rodean"."