Correo
Altura de edificación
El arquitecto Iván Poduje expresa que Valparaíso se transformará en una "ciudad aldea" con la nueva normativa que limita la construcción en altura. Es una expresión asertiva y muy esperada por los ciudadanos del Puerto.
Seguramente está de acuerdo con los guetos que se construyen en Santiago "para la clase media" y que significan grandes ganancias para las inmobiliarias. Prefiero vivir en una "aldea" o incluso en una choza que en un espacio saturado de torres de mal gusto, diseño mediocre y pésima construcción, ideales para la "clase media", según el parámetro de algunos arquitectos.
Personalmente, vivo en el cerro Las Delicias, rodeado de tres edificios de 22 pisos y 15 pisos, autorizados por la anterior gestión municipal, y sigo de cerca los conflictos que ha generado el proyecto del parque Pümpin. Espero que volvamos a la sensatez, al respeto por el ciudadano y su territorio... el espacio de la dignidad.
Pedro Osses González
Caos urbano
Un concepto realista y poco esperanzador para nuestro querido Valparaíso. Nuestra Ciudad Puerto, que "encanto y desencanta". Con nostalgia pensar en ella como "la Joya del Pacífico", que creó tanta admiración y atracción a muchos visitantes o turistas que por distintos medios llegaron a conocerla y quedaron "atrapados por su encanto", entre los cuales me incluyo, con la siguiente decisión de asentar raíces en esta bella y singular fisonomía territorial. Con sus lugares construidos con y sin planificación urbana.
Esta bella cuidad, que hace mucho tiempo se le eligió como impulso de la descentralización, tomándose la decisión de trasladar y asentar aquí al Poder Legislativo. Desde ese entonces, se auguraban prometedores proyectos que agregarían valor y aumentarían el potencial a la Joya del Pacífico. Posteriormente, se le postuló y logró adquirir el título de "Patrimonio de la Humanidad".
La realidad urbanística: una ciudad que a pesar de su encanto y potencial, sigue atrapada en el estancamiento y deterioro, por la desidia del aparato público. Si bien es cierto, ha habido atisbos de progreso, con iniciativas como la construcción del nuevo acceso al puerto, que es una obra de ingeniería notable, de ahí no hemos avanzado casi nada. Los resultados que visibiliza el ciudadano-habitante, empleado, obrero, dueña de casa, es decir, el ocupante que debiera sentirse orgulloso de su ciudad, es una "sensación de abandono".
Se deterioraron cada vez más los barrios patrimoniales, con una ley de patrimonio sin presupuesto. Se construyó indiscriminadamente (y se sigue haciendo) edificios con una altura y ubicación "aberrantes", en los cuáles se ha dejado al vecino enclaustrado; edificaciones en algunos lugares con un paupérrimo acceso, por sólo nombrar un ejemplo: cerro Barón, que bien se podría pasar a llamar "cerro Encerrón". ¿Hay esperanza de modernización y conservación inteligentes?
Marcelo Miranda Mena
Fin del jubilazo
Muchos recordarán la millonaria jubilación de Myriam Olate -esposa del exdiputado Osvaldo Andrade-, cuya pensión en Dipreca llegaba a $ 5,6 millones mensuales, luego de una serie de maniobras poco éticas, con sólo 20 años de trabajo en Gendarmería.
Pero finalmente esa pensión fraudulenta llego a su fin, pues la Corte Suprema dictaminó que no corresponde, como lo sentenció en su momento la Contraloría y dejando nulo el fallo de la Corte de Apelaciones, que dio validez a dichas pensiones.
Incluso la Sra. Olate deberá volver al Sistema AFP y regresar los dineros en exceso percibidos.
Pero ahora es tiempo de que el Gobierno ponga fin a todo este tipo de irregularidades, siendo urgente una reforma estructural al sistema de reparto de las Fuerzas Armadas, donde las nuevas generaciones entren directamente a una AFP y que para los actuales uniformados el traspaso sea voluntario.
Eduardo Jerez Sanhueza
Nicolás Maduro
Al ver las fotografías que nos llegan desde Venezuela sólo queda exclamar: ¡Tan grande que se ve Nicolás Maduro y tan pequeñita que se ve la constitución!
Jaime García Covarrubias
Cariola y el feminismo
La diputada Cariola dijo que gran parte de las iniciativas anunciadas por el Gobierno, ya eran proyectos de ley que estaban "durmiendo" en el Congreso. ¿No fue ella parte de un gobierno que en cuatro años tampoco hizo nada por despertar esas iniciativas? El facilismo de responsabilizar al otro, de no hacerse cargo de la propia falta de convicción, es uno de las mayores fallas de nuestra democracia.
Le recomendaría a la diputada que se dedicara más a sumar y aportar en la solución de un problema que nos implica a todos, en vez de buscar marcar un punto por mera odiosidad ideológica. La falta de equidad con respecto a la mujer no es un tema para hacer un festín político, e inventar discrepancias. Esperamos un debate con altura de miras.
Esteban Montaner Rodríguez