Valeria Barahona V.
"Uno pensaría que (los perros callejeros) son más resistentes al frío que los humanos porque el pelaje les permite aislarse de las temperaturas extremas, lo que no deja de ser cierto, pero igual sienten frío. Y las bajas temperaturas favorecen la aparición de algunas enfermedades infectocontagiosas como la tos de las perreras o el parvovirus. Los perros están más vulnerables en estas fechas", aclaró el profesional. Algunas personas, ante ello, deciden "vestir" a los perros que viven en la calle con capas, cuellos e inclusive chalecos, ante lo cual Chávez advirtió que estas soluciones no son muy recomendables: "Puede ser que el perro se habitúe a usar esa ropa, pero muchas veces puede dificultar la comunicación entre ellos. Por ejemplo, cuando se les paran los pelos si están molestos. Si otro perro no puede ver esa señal, genera confusión".
En caso de lluvia, "el pelaje de ellos tiene la capacidad de recuperarse rápidamente cuando se humedece, pero si encima tiene una capa que se ensucia, se embarra y demora en secarse, eso atenta contra su bienestar", dijo el veterinario.
Refugios callejeros
Los refugios construidos en las calles, "si bien la norma los prohíbe" señaló Chávez, "tampoco podemos desentendernos del bienestar de esos perros porque en definitiva nosotros somos responsables directos de que estén en las calles. Yo creo que esos refugios no resuelven el problema, pero al menos le entregan al perro en condición de calle una opción más óptima", aunque, a juicio del docente, la clave es "preocuparse del manejo sanitario del perro, porque en invierno los animales se enferman igual que nosotros y también necesitan de medicinas preventivas. Entonces, probablemente lo que necesita más ese perro es recibir sus vacunas para prepararse para las enfermedades. Esa es una ayuda concreta".
El también docente de la casa de estudios trabajó por años en narrar la trayectoria y el contexto histórico e intelectual donde se originaron las ideas del lógico austríaco, Kurt Gödel (1906-1978), reconocido por intentar comprender los fundamentos de las matemáticas, trabajo que le valió el premio Albert Einstein, en 1951.
Goles mezcló diversos géneros literarios y tramas, tiempos, y espacios para dar cuenta de la vida de Gödel: la Viena nazi de los años 30's; la pulcra y refinada Princeton de los 40 y cómo era Santiago en los 70, para dar cuenta de cómo el genio austríaco desbarató la tradición matemática. Además, el autor incorporó sus propias vivencias como científico, dando forma a una historia marcada por los nexos entre conspiración, ciencia y poder.
"Todo lo que aparece en este libro soy yo", afirmó el Premio Nacional sobre "La conspiración de Babel", que en la ciudad jardín fue presentado por el prorrector de la UAI, Claudio Osorio, quien destacó la trayectoria de Goles, al pasar por las cátedras de teoría informática, matemática discreta, sistemas complejos y teoría de autómatas.
Ciencia y poder en
"La conspiración de Babel"
MUNDO universitariO
Se acerca el invierno y, pese a la sequía, los amantes de los animales saben que es una época complicada para ellos, especialmente para los que no tienen hogar. Los perros callejeros sufren con las bajas temperaturas y muchas veces la gente busca protegerlos mediante ropa y refugios, sin saber qué tan efectivas son estas iniciativas, por lo que el profesor de veterinaria de la Universidad Santo Tomás, de Viña del Mar, Gonzalo Chávez, entregó algunas recomendaciones al respecto.
Uno de los grandes momentos de la televisión abierta de fines de los años 90 fue el programa Enlaces, por TVN, donde el Premio Nacional de Ciencias Exactas (1993), Eric Goles, explicaba en términos simples teorías matemáticas como el azar en los juegos. Siguiendo aquella narrativa, el ingeniero presentó en la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI), de Viña del Mar, su libro "La conspiración de Babel", publicado por LOM.