Con los niveles de violencia más altos en 20 años México celebrará elecciones
VOTACIÓN. Hasta este 16 junio se contabilizaron 120 homicidios de personas que aspiraban a un cargo público.
En medio de un clima de gran inseguridad, quizás el más crítico de los últimos años, los mexicanos participarán este domingo 1 de julio en los comicios federales, donde aparte de elegir al próximo Presidente de la República, también lo harán por legisladores.
Y es que según los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), el mes de mayo de este año se convirtió en el más violento en México desde que se tiene registro. Según este informe, en 1998 se registraron 2.890 víctimas de homicidio en 31 días, lo que significa que cada jornada fueron asesinadas 93 personas. Pero además, según el último informe de la consultora Etellekt, la suma de políticos asesinados durante la campaña electoral en México no ha dejado de crecer desde que comenzó oficialmente el proceso el pasado 8 de septiembre de 2017.
Hasta este 16 junio, se contabilizaron 120 homicidios de personas que aspiraban a un cargo público. El aumento de violencia, que se atribuye al narcotráfico y el crimen organizado, ha generado una percepción casi generalizada en la población de que la impunidad prevalece sobre la justicia.
Entre asesinatos y desapariciones constantes -casos como Tlatlaya y Ayotzinapa- femicidios y asesinatos de periodistas y actores políticos del actual proceso electoral, México busca en las urnas una salida para comenzar su recomposición.
Santiago Aguirre, subdirector del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, dijo que en los últimos 12 años México ha registrado un total de 200 mil asesinatos y 35 mil desaparecidos. Cifras "similares a la (de países) que enfrentan conflictos armados internos; pero en México no tenemos un conflicto armado interno declarado como tal".
Estos niveles de violencia, señala, "no son propias de una democracia, ni de un entorno de normalidad (...), requiere medidas excepcionales y éstas deben pasar también por revisar lo que se ha hecho en los últimos 12 años".
La guerra contra el narcotráfico, que fue iniciada en la presidencia de Felipe Calderón (2006-2012) y continuada por el Mandatario Enrique Peña Nieto, ha desatado una crisis de violencia que parece no tener fin.
El Presidente Calderón decidió emplear a las Fuerzas Armadas para combatir a los carteles de la droga y en tareas de seguridad del fuero común, cuando las tasas de homicidios no habían activado las alarmas. Peña Nieto intentó desmarcarse de esta estrategia al principio de su mandato aunque jamás retiró a los militares de las calles y muy pronto se repitió el esquema de Calderón para combatir la violencia del narcotráfico.
El punto de quiebre del sexenio de Peña Nieto en materia de inseguridad y derechos humanos ocurrió durante el segundo semestre de 2014, con los casos de Tlatlaya y de Ayotzinapa. El 30 de junio de ese año, en Tlatlaya, Estado de México, 22 presuntos delincuentes murieron tras enfrentarse con militares, ocho de ellos después de ser capturados, según la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
En medio de un clima de impunidad que desalienta a la ciudadanía, los cuatro candidatos presidenciales apenas han tocado el tema y no han revelado su estrategia para reducirla. "Es posible que en los próximos seis años las cosas no mejoren y al contrario, la situación podría empeorar", advierte Ixchel Cisneros, directora ejecutiva del Centro Nacional de Comunicación Social (Cencos), quien junto con Aguirre espera que la presión ciudadana sea el catalizador que México necesita para exigirle a quien alcance el liderazgo del país una rendición de cuentas y que haya juicios por los crímenes del pasado.
Este 1 de julio habrá elecciones en México para elegir Presidente y legisladores. 1