Felipe Larraín pide paciencia para la labor del Gobierno
DICHOS. Titular de Hacienda dijo que no se han generado "expectativas exageradas". ESCENARIO. Así lo estimó el presidente del BC, Mario Marcel.
El ministro de Hacienda, Felipe Larraín, descartó ayer que el Gobierno del Presidente Sebastián Piñera haya generado expectativas exageradas respecto del devenir económico, aunque reconoció que la gente espera que los resultados de la actividad "lleguen a su bolsillo" .
"No siento que se hayan sembrado expectativas exageradas, lo que pasa es que cuando las cosas empiezan a andar bien, y tal vez porque a nuestro Gobierno se le exige más en materia económica, entonces la gente dice 'bueno, esto me tiene que llegar al bolsillo' y a veces eso tiene un rezago entre que se manifiesta el crecimiento y que se generen más empleos", explicó en entrevista con radio Cooperativa.
Sobre la frase del ministro de Desarrollo Social, Alfredo Moreno, respecto de que "la economía ha respondido bien, pero el impacto sobre la gente común y corriente se ha demorado más de lo que uno habría esperado", el jefe de las finanzas públicas aseguró que no se trata de una crítica, sino que "es una constatación de un problema".
"Si usted mira lo que está pasando en todo el mundo es que hay una dificultad en la creación de empleos, porque justamente por la revolución tecnológica se generan incrementos de productividad y métodos de producción nuevos, la economía digital prescinde a veces de trabajadores, ¿entonces nos cuesta más que antes crear empleos?... Sí", respondió el secretario de Estado.
Felipe Larraín dijo esperar que haya más creación de empleos durante el segundo semestre "y especialmente empleos asalariados privados, que es el de mayor calidad".
El jefe de Hacienda agregó que "entiendo la impaciencia, entiendo la exigencia, nosotros seguimos trabajando, pero hay que entender que lo importante no es la velocidad ni la cantidad de las reformas, sino que la calidad de las reformas que se hacen".
"Lo único que puedo decir es que vamos a tener novedades importantes y novedades muy positivas en las semanas y meses que vienen", puntualizó sobre los próximos pasos del Gobierno.
Respecto de las críticas de la propia coalición oficialista respecto de profundizar el mensaje comunicacional ligado a la actividad económica del país en distintos aspectos, Larraín agregó que "en el cómo comunicar hay un desafío, pero yo creo que hay algo práctico". Según él, "hay un desafío de comunicar mejor, de estar con la gente, entender sus problemas y de trabajar".
Chile es la economía menos afectada por crisis en la región
El presidente del Banco Central, Mario Marcel, afirmó ayer que entre las seis mayores economías latinoamericanas, la de Chile ha sido "la menos afectada" en los tres últimos periodos de volatilidad que han afectado a la región.
Lo anterior "no es fruto del azar, sino de un largo proceso de aprendizaje y perfeccionamiento de políticas macroeconómicas", aseguró Marcel, al exponer en la tercera conferencia anual que la agencia Moody's celebró en Santiago.
En un plano general, Marcel manifestó que el ciclo de recuperación tras la crisis financiera internacional y de la Zona Euro parece estar concluyendo, con lo cual se ha acercado también el fin de las políticas monetarias expansivas que los Bancos Centrales del mundo desarrollado han aplicado por casi una década.
Este proceso se ha vuelto más incierto con la aplicación de una política fiscal procíclica en Estados Unidos, lo que ha reducido su sincronía con Europa y Japón, presionando precios claves, advirtió.
Y aunque las expectativas de crecimiento y condiciones financieras siguen positivas, se hacen más escasas las sorpresas positivas en países desarrollados, las bolsas se ven volátiles y las percepciones de incertidumbre aumentan, añadió Marcel. Pese al bajo ritmo de crecimiento desde 2014, "los fundamentos macroeconómicos de la economía chilena se mantienen sólidos".
Con la inflación bajo control
Marcel destacó que la inflación se ha mantenido bajo control (2,7%, en 2016; 2,3%, en 2017; 2,5%, en junio de 2018), lo que ha permitido que la política monetaria sostuviera una orientación acomodaticia, la que el Central espera mantener hasta que el IPC converja a la meta.