El conflicto sobre el término de la concesión actual que explota el sistema de parquímetros en Valparaíso podría tener una salida feliz y constructiva, más allá de la posible judicialización del caso.
Tras lograrse el término del contrato con la actual empresa operadora, Don Javier S.A., la Municipalidad de Valparaíso aplicaría una fórmula mediante la cual los ingresos derivados de esa operación beneficiarían al Cuerpo de Bomberos.
La idea -sostenida por este Diario desde 2016-, aplicada inicialmente en la comuna sureña de Frutillar y replicada en Limache, es de toda lógica y justicia: los ingresos por explotar un espacio público como son las calles, deben beneficiar a instituciones de servicio público.
Este principio innovador se ajusta perfectamente con un postergado reconocimiento a los voluntarios por el servicio que prestan a la comunidad. "La ciudad tiene un gran deuda con los Bomberos", recuerda el alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp. Gran deuda con dramáticas manifestaciones como aquel sacrificio de decenas de voluntarios que combatían un siniestro el 1 de enero de 1953.
Esta iniciativa exige para su aplicación varios pasos. Lo primero es terminar el contrato con el actual operador, cierre complejo pero ineludible. Despejado ese punto, es necesario un acuerdo municipal para hacer participar a los bomberos en la explotación y operación del sistema de cobros. Para ello hay que diseñar un modelo de negocios transparente y eficiente que se convierta en un canal de ingresos seguro y permanente para el Cuerpo.
Se trata de algo nuevo que exige prolijidad para mantenerlo y, quizás, convertirlo en un modelo que se extienda a otras ciudades del país.
En concreto, el reciente fracaso del sistema de cobro en Viña del Mar y el propósito de insistir en la modalidad, es también una oportunidad para extender este nuevo modelo de operación a la Ciudad Jardín.
En la Municipalidad de Valparaíso se cuenta ya con apoyo transversal a esta iniciativa, lo cual, es de suponer, también se compartiría en Viña del Mar.
Y pensando en grande, es posible llevar esta modalidad a una norma legal para así asegurar, al menos en parte, el financiamiento de los cuerpos de bomberos, sometidos a una creciente demanda de ayuda en variadas emergencias.
Dentro de este escenario se debe esperar un fuerte lobby de empresas que se podrían ver afectadas, presiones que deben ser resistidas teniendo a la vista el bien común, el sacrificio de los voluntarios y la condición mendicante que muchas veces deben adoptar para financiar su valiosa tarea. Y, finalmente, a los usuarios se les haría menos duro pagar por el derecho a estacionar si en ese desembolso hay un beneficio a Bomberos.