"Llegué a la música por el asombro que la propia vida fue provocando en mí"
Fernando Ubiergo vive con intensidad los 40 años del triunfo de "El Tiempo en las Bastillas", en la competencia internacional del Festival de Viña del Mar en 1978. El cantautor porteño sigue en plena actividad, subiéndose a distintos escenarios en todo el país.
Este miércoles, Ubiergo abrirá el primer ciclo de Conversatorios Musicales que organiza la Fundación Dr. Jorge Kaplan, en conjunto con la Corporación Cultural de Viña del Mar. La cita es en el auditorio de la entidad, en calle Cancha 220, frente al Hospital Gustavo Fricke, a partir de las 19 horas.
- ¿Cuándo surge esta invitación al conversatorio?
- Aproximadamente entre fines de agosto y principios de septiembre, ellos me contactaron y me explicaron la idea de un ciclo de conversaciones que van a hacer con distintas personas, entiendo que de ámbitos diferentes. Me solicitaron participar en esta conversación, que abordaría temáticas relacionadas con canciones de mi propio repertorio: el autismo, la vejez, el aborto. Hay distintas temáticas que están planteadas en esas canciones y que podrían ser parte de esta conversación, que es una conversación abierta con unos doctores que van a moderar y es un diálogo abierto. Tengo una cierta expectativa porque en estas cosas, más que un monólogo donde esté hablando, creo que se va a interactuar con muchas preguntas y respuestas.
- ¿Qué le parece esta instancia que se generó?
- Me parece muy interesante. De partida, agradezco a la Fundación Kaplan. Tuve la oportunidad de conocer al Dr. Jorge Kaplan, primero como todos al ser uno de los primeros médicos en el mundo que hacía trasplantes de corazón. Creo que era en mi preadolescencia o adolescencia donde lo conocí de ese modo. En la historia de la ciencia chilena fue una figura muy connotada, un baluarte que quedará para siempre, sin duda. Posteriormente tuve la oportunidad de conocer personalmente, conversar con él y constatar su tremenda condición humana. Todo eso hizo para mí que esta invitación fuera mucho más amable, porque la figura del Dr. Kaplan me resultaba muy cercana.
- Este año está lleno de simbolismos por los 40 años de su triunfo en el Festival de Viña del Mar con "El Tiempo en las Bastillas". Ya con el paso del tiempo, ¿cómo recuerda ese momento?
- Visto a estas alturas, objetivamente, desprovisto de cualquier cuestión emotiva, me da la impresión de que ese momento del Festival marcó un cénit en la historia de la competencia. Lo digo con la máxima discreción, no exagero si digo que es lejos la canción chilena que alcanza una repercusión que la llevó a ser la más importante de toda su historia. Es una canción que nace en la competencia y la figura que canta ahí, dos meses antes, estaba en la universidad y no lo conocía nadie. Lo hablo en tiempo pasado porque la condición que tuvo el Festival de Viña en su aspecto competitivo se deslavó con los años, pero no por una razón de una mala gestión, sino que es un fenómeno esperable y que sucede con todos los festivales del mundo. Con el advenimiento de las nuevas tecnologías, a partir de los años 70 y 80 con la masificación de la televisión y la incursión del videocassette, las personas empiezan a tener sus propias formas de conectarse con la música. El remezón final e inevitable viene con la televisión por cable e internet, que modifica para siempre la relación entre las personas y la música popular. En este fenómeno los festivales se ven afectados, porque las personas tienen la posibilidad de acceder a muchos contenidos musicales que los que le ofrecía la radio y la televisión. Y por otro lado, los compositores tuvimos la oportunidad de conectarnos con el público ya no sólo con la competencia de un festival o a través de una compañía de discos que graba nuestros temas y los difunde por la radio, sino que a través de internet.
- ¿Qué otro momento de su carrera recuerda con bastante cariño? ¿Los triunfos en los festivales de Benidorm y la OTI?
- En esa época los festivales monopolizaban el panorama y los países competían, incluso recuerdo que antes había hasta cadena nacional para transmitir el Festival de la OTI, pero no solamente en Chile, en toda América. En ese sentido, el haber ganado Benidorm en España, la OTI internacional en México y Viña del Mar antes y en ese momento, cada uno representó un impulso y una partida fuerte. En el caso de España, yo no fui a Benidorm desde Chile, fueron coincidencias de la vida porque yo vivía en España, me había contratado el sello multinacional Hispavox y que años después fue comprada por la EMI, grabando para esa compañía ellos me dicen "ganaste el Festival de Viña, ¿por qué no vamos al Festival de Benidorm?". Cuando vino el Festival OTI yo deseo enviar una canción, pensando que México en sí mismo era un tremendo mercado y yo envié "Agualuna", con la tremenda suerte de que ganó ese festival y producto de eso se abrieron las puertas para que pudiera hacer presentaciones y publicar discos. Sin duda, cada uno de estos festivales contribuyó de manera importante y están vinculados a la primera etapa de mi carrera, los primeros cinco a siete años. De ahí en adelante no fui más a festivales, porque ya no existía ese propósito de poder ocupar estos trampolines para tener acceso a otros mercados. Ahora, en lo puramente humano, personal, emotivo, Benidorm fue muy importante, la OTI fue muy importante, era la primera vez que Chile ganaba cualquiera de estos festivales.
- De todas las canciones de su vasto repertorio, ¿cuál podría estar vigente en estos días, atendiendo a los temas que preocupan a la población?
- Si la memoria no me falla, respecto del tema de la migración hay una canción muy relevante pero que es desconocida y que aún no ha sido grabada, pero sí se le puede encontrar en YouTube y se llama "Farah", que es el nombre de un niño de algún país de África del norte que cruza con su madre el mar Mediterráneo en medio de una tormenta y es la madre la que le habla a Dios y le pide, en el fondo, que le quite el miedo en los ojos de Farah. Esta canción la escribo por todo lo que me provoca la situación que me cuentan dos de mis hijos que han trabajado en ACNUR (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados), la segunda ONG más importante del mundo que se preocupa directamente de los refugiados, y por medio de ellos tuve más información, que sin duda fue sensibilizando también mi pensamiento y mi sentir respecto a esto. Hay una realidad, desde el punto de vista de los desplazamientos humanos forzosos, tremenda y dramática que aborda esta canción, que como en muchos otros casos, voy a un caso particular para abordar una cuestión que no es el caso de uno, sino de miles. Lo mismo sucedió con "Cuando Agosto era 21", canción que escribo en 1978; las primeras canciones que yo partí escribiendo tenían mucho que ver con el planeta, como, por ejemplo, "El tiempo del botón", que era el temor a una guerra nuclear en un mundo que todavía era bipolar muy marcado, con las dos grandes potencias. Otras canciones tienen que ver con la violencia intrafamiliar, con el suicidio y la muerte de jóvenes, el autismo y la tercera edad. Yo escribo, no porque haya ido a una academia a estudiar música o composición, creo que llegué a ella por el asombro que la propia vida fue provocando en mí y la música me permitió un canal de expresión para poder manifestar mi percepción respecto al mundo, que de alguna forma defino como terrible, aunque amo la vida y encuentro maravilloso al mundo.
"No exagero si digo que ('El Tiempo en las Bastillas') es lejos la canción chilena que alcanza una repercusión que la llevó a ser la más importante de toda su historia""
"En este fenómeno los festivales se ven afectados, porque las personas tienen la posibilidad de acceder a muchos contenidos musicales" "Con el advenimiento de las nuevas tecnologías (...) las personas empiezan a tener sus propias formas de conectarse con la música""
"
Sólo creo que son porquerías. No son campeonas, creo que son unas perdedoras, no me caen bien"
rose mcgowan, actriz, sobre su cambio sobre el movimiento #MeToo