De acuerdo con el reciente estudio del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), titulado "Desigualdad Regional en Chile: Ingresos, Salud y Educación en Perspectiva Territorial", cuyas principales variables fueron desmenuzadas ayer en este mismo espacio, el organismo internacional elabora conclusiones que, a todas luces, deben ser tomadas en cuenta.
Primero, advierte que la próxima elección de gobernadores de 2020 marca un importante punto de inflexión en torno a la desconcentración política del país y, por consiguiente, el impulso de iniciativas para el desarrollo sostenible e inclusivo del territorio.
Asimismo, se deduce una creciente y muy positiva convergencia territorial y avances en todas las regiones. En otras palabras, todas las regiones incrementaron su nivel de desarrollo humano y, de la misma forma, se redujo la brecha interregional, la pobreza y el porcentaje de trabajadores con ingresos bajos, a la vez que se incrementó el nivel educativo y los resultados de Salud.
Respecto de los nuevos desafíos de desarrollo, estos debieran apuntar a los bajos salarios, mejores recursos sanitarios, un aumento de la cobertura en los primeros años de la educación preescolar (algo que muchos consideran como el pecado original de la Reforma Educativa), la calidad de la educación escolar y una mayor diversidad de la oferta educativa en la educación superior.
El informe del PNUD plantea los siguientes desafíos: a) Combinar políticas universales con políticas territorialmente focalizadas para "no dejar a nadie atrás"; b) Compensar las desventajas derivadas de estructuras productivas disímiles (algo que ya había sugerido el presidente de la Sofofa, Bernardo Larraín Matte, respecto de la descentralización y traspaso de competencias); c) Potenciar alianzas entre actores privados, estatales, académicos, sociales y no gubernamentales; d) Fortalecer la inversión pública y la descentralización fiscal en regiones; e) Abordar las desigualdades de género y étnicas para un desarrollo territorial inclusivo; f) Garantizar una distribución de recursos sanitarios territorialmente pertinente; g) Desconcentrar el capital humano avanzado (la mentada "fuga de cerebros"); h) Fortalecer la calidad y diversidad de la oferta educativa regional; e i) Incentivar la producción de datos subnacionales, algo en lo cual la Fundación Piensa, cuya encuesta de calidad de vida se entrega esta semana, lleva un largo y provechoso trabajo, incluso con índices comunales.
Finalmente, el PNUD reconoce un manifiesto avance, el cual no debe ser ralentizado por motivos políticos ni coyunturales para la corrección de las desigualdades.