"El Presidente dijo que el presupuesto para ciencia iba a mejorar; el país está esperando que cumpla"
La primera tarea que deberá enfrentar el recién designado ministro de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, Andrés Couve, será "ordenar la casa". Así lo observa el Premio Nacional de Ciencias, director del Centro Interdisciplinario de Neurociencia de Valparaíso (CINV) y profesor titular de la Universidad de Valparaíso, Ramón Latorre, cuya larga experiencia en el ámbito le permite avizorar los próximos pasos del ministro, las dificultades que enfrenta la materia y los desafíos que se hacen impostergables por el bien del país.
- ¿Por qué cree que en Chile aún se valora poco el quehacer científico, aunque en los últimos años se han visto logros importantes, como en el ámbito astronómico?
- El problema ha sido de divulgación. Fundamentalmente, creo que los científicos han valorado poco este aspecto, que implica hacer que la ciencia sea accesible a la ciudadanía. Pero estamos aprendiendo y dentro de los centros Milenios entre otras instituciones, vemos que los investigadores están saliendo a la calle. Y en ese contexto, también están tratando de comunicar sus hallazgos de la mejor manera posible. Todos los avances que se han producido en ciencia, se inician por la curiosidad, a partir de lo cual, pronto empiezan a aparecer las aplicaciones, guiadas por esa misma inquietud. Bajo ese escenario, estamos aprendiendo a generar un discurso y conversar con los medios y periodistas, a fin de que ellos transmitan los conocimientos a la sociedad, desde un punto de vista referido a la utilidad o a lo estético.
- Dado ese proceso, ¿cómo evalúa la implementación de un Ministerio de la Ciencia?
- Chile necesitaba una institucionalidad de la ciencia hace mucho tiempo, porque el país tenía científicos, pero no ciencia. Teniendo a Conicyt dentro del Ministerio de Educación, el sistema tenía poco acceso a las altas esferas de Gobierno, a fin de intervenir en presupuesto y constituir, realmente, una ciencia organizada. Desde ese punto de vista, no hay duda de que el Ministerio de Ciencias era una necesidad para Chile.
- ¿Considera adecuada la elección de Andrés Couve Correa como ministro de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación y de Carolina Torrealba como subsecretaria?
- Creo que ésta fue una buena y valiente elección por parte del Gobierno, porque escogió a dos personas que realmente entienden de ciencia de una manera amplia. Ambos han trabajado en esta área y la han proyectado a las diferentes esferas de la sociedad. Otra fortaleza de las nuevas autoridades, es el acercamiento que han logrado con el ámbito empresarial, mediante el cual, la ciencia y la innovación pueden abrir un campo fértil para el desarrollo de Chile, en el que también hay transferencia de tecnología y conocimiento a la sociedad.
- ¿Qué debilidades identifica en el proceso?
- Las debilidades se enlazan más bien con haber permitido que hubiera una ley para crear un Ministerio, sin financiamiento. Eso nunca se negoció. Por eso mismo, una de las dificultades que va a enfrentar el Ministro es el arreglo del presupuesto del Ministerio, en el que faltan alrededor de mil millones para que empiece a funcionar. Ésa es la debilidad más grande, el tema del financiamiento. Sin embargo, cuando el Presidente Piñera nombró a Andrés Couve y Carolina Torrealba, señaló en su discurso que el presupuesto iba a mejorar y yo creo que el país está esperando que él cumpla con su palabra.
- ¿No le parece contradictorio que se nombre a un ministro de Ciencia sin el presupuesto adecuado?
- Es una contradicción y espero que el Presidente tome eso en cuenta y contribuya a mejorar el panorama del Ministerio de Ciencias, de tal manera, que pueda funcionar. Lo más importante que tendrán como tarea ahora, es crear un reglamento eficiente y flexible, mediante el cual, se puedan saltar los primeros obstáculos. Sin embargo, una vez que eso pase, se encontrarán con una seria barrera de presupuesto que si no se mejora ocasionará serios problemas de aplicación y funcionamiento de la misma institucionalidad.
- Y en esa línea, ¿cuáles deberían ser los principales desafíos que debería abordar Couve en su trabajo como ministro?
- Ordenar la casa, sin duda. Pero hay muchos desafíos. Considerando que Conicyt se traslada al nuevo Ministerio, el primer reto, es cómo poder organizar esa agencia para manejar la ciencia en Chile. ¿Qué pasa con los proyectos Fondecyt, los Milenios y los diferentes centros y proyectos que financian la ciencia en estos momentos? El gran desafío es crear una agencia que sea flexible, muy falta de burocracia y que le dé un espacio a nuestros científicos. Hay centros de excelencia que son buenísimos. El mismo Fondecyt es un programa que ha sido sumamente exitoso. ¿Cómo se maneja eso para que se pierda la burocracia que existía? El Ministerio debiera ayudar a disminuir la burocracia, nuestro principal enemigo.
- ¿Confía que haya un cambio en la relación del Estado con la ciencia y la investigación en Chile?
- No tengo ninguna duda que la relación va a cambiar, porque un ministro tiene el oído del Presidente de la República, algo que nunca pasó con un Presidente de Conicyt. Y, teniendo en cuenta que no se han desarrollado iniciativas que permitan el funcionamiento adecuado del aparato científico desde la formación de los Institutos Milenios, el gran desafío que tendrá el Ministro es cómo se crean nuevas plataformas que sean realmente revolucionarias para cambiarle el pelo a la ciencia en Chile. Porque estamos muy atrasados en todo y es de suma importancia tratar de ponernos al día.
- Ustedes, asociados a una universidad pública (UV), han buscado una fórmula para desarrollar investigación científica. ¿Qué dificultades han encontrado en ese camino?
- Nosotros estamos dentro de una Universidad pública y a éstas las tratan como si fueran ministerios, con todas las reglas de una burocracia inmensa, que hace engorroso desde las compras de material a las contrataciones de nuestro personal. Pero eso no es culpa de las directivas o rectores, sino de cómo las universidades públicas están construidas en su base organizacional. Ése ha sido el principal escollo. Ahora, ¿cómo hemos sobrevivido? Principalmente, porque los Institutos Milenios crearon esta fórmula en que uno debe ser una organización sin fines de lucro, situación que nos ha permitido movernos con cierta libertad frente al problema burocrático de la Universidad. Y esta institución lo ha entendido perfectamente, permitiéndonos hacer ciencia de la manera más rápida y libre posible. Pero la razón por la cual hemos sido exitosos dentro de la región y también a nivel internacional, -reconocidos por la revista Nature y los institutos Max Planck por ejemplo-, es que la Universidad de Valparaíso ha estado siempre detrás de nosotros apoyándonos.
-Existe actualmente cierta disputa respecto de si Chile podría alcanzar el desarrollo con su actual economía extractiva o si requiere un salto tecnológico. ¿Cuál es su visión sobre ese punto? ¿Cómo aporta o no un ministerio de las ciencias a ese cometido?
- Mi visión es que ningún sistema extractivo puede dar un salto al desarrollo. El desarrollo se obtiene produciendo más y mejor conocimiento, y para eso necesitamos un Ministerio de Ciencia que funcione muy bien y que promueva el desarrollo del conocimiento. ¿Qué significa esto? En todos los países desarrollados este salto se da a través de una combinación equilibrada entre ciencia básica y los productos de la misma, que son fundamentalmente las innovaciones, la ciencia aplicada, o las vacunas. Esto, como el caso del Instituto Milenio en Inmunología e Inmunoterapia, que dirige el Dr. Alexis Kalergis, y gracias al cual, se logró desarrollar una vacuna contra el virus sincicial. En nuestro caso, gracias al estudio de unas proteínas de membrana que permiten a la célula comunicarse con su exterior, podemos llegar a entender los procesos inflamatorios, que por lo demás, están involucrados en prácticamente todas las enfermedades. Así es que ese equilibrio entre la ciencia básica y aplicada debe estar siempre presente, para poder dar el salto al desarrollo.
- También se ha planteado que Valparaíso, por su convergencia universitaria, podría transformarse en un centro científico. ¿Son realistas esas perspectivas? ¿Qué debe pasar para que ocurra?
- En primer lugar, creo que debemos darle un espacio más amplio a la ciencia y a los científicos. Entre nuestra universidad y otras, como la Santa María o Católica, creo que podríamos desarrollar grandes conocimientos y avances en la región. Pero para eso necesitamos una iniciativa más grande, y que en vez de un proyecto milenio, hayan tres o cuatro de los nuevos centros que está programando el nuevo Ministerio. Ésa es la manera de hacerlo. Otro aspecto, es lograr que las Universidades contraten más científicos y les den mayor espacio y medios para desarrollarse, y postular a grandes proyectos. Así podremos llegar a convertirnos en una región que sea un faro de la ciencia en Chile o una ventana que mire al mundo, y a través de la cual, el mundo también nos mire a nosotros.
"Chile necesitaba una institucionalidad de la ciencia hace mucho tiempo, porque el país tenía científicos, pero no ciencia""
"El gran desafío que tendrá el Ministro es cómo se crean nuevas plataformas que sean realmente revolucionarias para cambiarle el pelo a la ciencia en Chile. Porque estamos muy atrasados en todo""
"El desarrollo se obtiene produciendo más y mejor conocimiento, y para eso necesitamos un Ministerio de Ciencias que funcione muy bien y que promueva el desarrollo del conocimiento""