Caleta Portales concentró las preferencias post festividades
VALPARAÍSO. Tradicional balneario y feria pesquera bullía de gente en busca de recetas para componer el cuerpo.
Cervezas heladas a mil pesos, mariscales callejeros y en restaurantes, y chapuzones en el mar fueron parte de las recetas contra la resaca que llegaron a buscar a Caleta Portales cientos de porteños y turistas luego de la noche de Año Nuevo, algunos de los cuales seguían enfiestados.
Uno de los vendedores que deleitaba a los ávidos comensales con cebiches de pescado y mariscales es Carlos, quien no quiso dar su apellido, pues aclaró que sólo estaba ayudando. Poco antes del mediodía esperaba que la clientela comenzara a llegar en mayor cantidad a partir de la hora de almuerzo, puesto que "la gente está recién empezando a bajar, pero igual se ha vendido algo. El cebiche y el mariscal son los productos que más pide la gente".
Precisamente, uno de sus clientes, Alberto Leiva, disfrutaba de un cebiche de reineta junto a su polola. "Estuvimos hasta las 5 y media de la mañana y ahora vinimos a componer el cuerpo acá, porque es una tradición que tenemos de todos los años. Vivimos en el cerro Esperanza, así que nos queda cerquita, y con esto quedamos listos para seguir con lo que resta del día", comentó, mientras degustaba su receta anti resaca.
"Nosotros venimos seguido a Valparaíso, y venimos acá siempre por el cebiche, por las comidas frescas, así que vinimos a comprar algunas cositas para ver qué podemos cocinar al mediodía. Nos encantan los mariscos, el pescado fresco. Nosotros venimos de Mendoza, una provincia que no tiene mar, entonces siempre llegamos acá a consumir lo fresco", comentó el argentino Saúl Sulaimán, quien llegó a ver los fuegos artificiales junto a su señora.
Si bien Valparaíso y Viña del Mar son destinos habituales para el matrimonio trasandino, esta fue la primera ocasión en que pudieron presenciar el espectáculo de fuegos artificiales, lo que los dejó maravillados. "Lo pudimos disfrutar anoche (lunes) con mi esposa, así que la pasamos muy bello", recordó.
Pero los mariscales y cebiches no eran la única opción en la clásica caleta porteña, puesto que también había sierra ahumada, empanadas, completos y sandwichs, mientras que varios optaron por un chapuzón en la playa, que incluso presentaba abundancia de carpas con personas durmiendo.
pesos era el valor en que ofrecían cervezas individuales nacionales e importadas, en plena caleta. 1.000