ESTRÉS LABORAL: cuidado de las personas en la organización
ESTADÍSTICAS: Las enfermedades mentales representan alrededor del 40% de las enfermedades laborales.
Las denuncias por enfermedades mentales en Chile, asociadas con el trabajo, se han incrementado desde el año 2013, según el Informe de Estadísticas de Seguridad Social, 2017, y representan alrededor del 40% del total de enfermedades laborales (Superintendencia de Salud, 2016). El 26% de las licencias médicas en Chile son por depresión, situando a Chile como el país más depresivo del mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). La mayoría de las patologías mentales asociadas con el trabajo derivan del estrés laboral, una respuesta física y emocional dañina generada por un desbalance entre las capacidades o recursos de la persona, y las tareas a cumplir (National Institute for Occupational Safety and Health).
El trabajo aporta ingresos que ayudan a cumplir objetivos personales y familiares, construir redes profesionales y sociales, y ser un miembro activo en la sociedad. Pero también es una fuente principal de estrés emocional (American Psychological Association, APA). Los principales síntomas asociados con el estrés, según la Clínica Mayo, son: dolor de cabeza, fatiga, insomnio, asociados al cuerpo; ansiedad, irritabilidad, falta de concentración, vinculados al ánimo; y comer en exceso, consumir alcohol y retraimiento social, relativos a la conducta. El estrés laboral afecta el desempeño de las organizaciones, explicando cerca del 50% del ausentismo, y el 40% de la rotación del personal.
Estrés laboral
"Nuestro deber, como hombres y mujeres, es proceder como si no existieran límites a nuestra capacidad. Somos colaboradores en la creación" (Teilhard de Chardin; 1881-1955). Algunas personas pueden considerar el estrés, en cuanto sentimiento de tensión física o emocional, como una fuente de impulso para emprender ciertas acciones o conductas; pero esto puede arruinar sus vidas. El asumir más tareas de aquellas que se pueden realizar bien, responder de forma exagerada a la percepción de trato injusto, o extremar esfuerzos para intentar revertir bajas recompensas monetarias o no monetarias (APA); puede dañar seriamente la salud y deshacer todo lo alcanzado.
El estrés laboral es una condición marcada por el agotamiento emocional, y actitudes negativas o cínicas hacia los demás o uno mismo, que pueden ocurrir en todo tipo de trabajos. El estrés laboral puede conducir a la depresión, una enfermedad grave que muchas veces se relaciona con problemas cardiacos, accidentes cerebrovasculares, obesidad, diabetes, y también algunos tipos de cáncer (APA). Y como todo en salud, el énfasis debiera estar en la prevención.
Prevención e intervenciones
La prevención del estrés laboral debe comenzar a nivel primario. Es decir, modificar las causas del estrés, o la percepción de la persona sobre los factores estresantes. Por ejemplo, implementar programas para evitar todo tipo de acoso en el trabajo. Y también, de reestructuración cognitiva (Beck, Emery & Greenberg, 2005), que buscan enseñar a la persona a replantearse situaciones estresantes como desafíos, más que amenazas, y/o ayudarlas a verificar la validez o utilidad de ciertos pensamientos que pudieran ser más bien irracionales. Las secundarias, buscan cambiar la respuesta del individuo al estrés psico-físico. Por ejemplo, programas de acondicionamiento físico, meditación, nutrición, o administración del tiempo. La terciaria (o final), involucra a profesionales médicos, consejeros, y se enfoca en el manejo de la angustia o la depresión.
El cuidado de las personas en la organización debe ser compartido. Muchas veces el manejo del estrés laboral queda en manos del colaborador. La organización debe ser capaz de diseñar procedimientos para detectar, o anticiparse a situaciones dañinas. Se debiera revisar la extensión de las jornadas laborales, los niveles de sobrecarga o presión, los potenciales efectos en la vida personal, si el colaborador participa o no en las decisiones que lo afectan, los niveles de apoyo psico-social, y la eficiencia de la gestión (Michie, 2002). Muchas veces también, el colaborador no se atreve a compartir sus dolencias por temor a limitar sus oportunidades. La buena relación, la comunicación y la confianza con colegas y superiores son esenciales. El cuidado de las personas en la organización, es tanto por las buenas relaciones humanas como por sus efectos en la productividad.