Principio básico para ganar una batalla es que todas las fuerzas estén de acuerdo y que exista un objetivo claro que se mantenga en el tiempo. Ideas elementales que deben dominar la lucha que se libra desde hace tiempo en la ciudad contra el comercio ilícito y la delincuencia ligada a esa actividad, que ha llevado a una alarmante situación de desorden e inseguridad. Hasta ahora la lucha no ha tenido resultados y el gran derrotado es Valparaíso.
Pero pese a las caídas no se ha perdido el ánimo de lucha y, gran avance, las autoridades responsables se comprometen a actuar en forma coordinada. Lo destaca Boris Kúleba, vocero de los vecinos de la llamada "zona roja", al afirmar que "todas las autoridades deben hacer un esfuerzo por ponerse de acuerdo para enfrentar este problema con altura de miras, ignorando sus diferencias ideológicas".
Compromiso que asume por Twitter el alcalde Jorge Sharp, anunciando que "comenzamos una nueva planificación de fiscalizaciones, coordinadas y definidas con @Carabdechile, cuyo objetivo es ordenar de forma permanente el plan de Valparaíso (…) Estas acciones serán acompañadas de medidas de apoyo a todo el comercio". Hay que confiar en que esta promesa a través del ciberespacio no se la lleve el viento como tantas otras sobre la materia.
También reafirma su voluntad de combate la gobernadora de Valparaíso, María de los Ángeles de la Paz, quien insiste en la coordinación y cooperación en conjunto con la Municipalidad.
Y en lo que es coordinación no bastan las palabras, pues en la lucha contra comercio ilegal y delincuencia hay muchos responsables: Municipalidad, Gobernación, Carabineros, Investigaciones, Servicio de Salud, Impuestos Internos… En fin, organismos públicos cada uno con sus facultades y campos de acción. Y ahora también se suman en forma activa los vecinos con sus denuncias y demandas. Ellos, en último término, son las víctimas del desorden que a toda hora generan ambulantes y otras expresiones de ilegalidad y riesgo, como cocinerías callejeras, locales clandestinos o contaminación acústica.
Ese clima de desorden que se ha tomado importantes sectores de Valparaíso, como el eje Uruguay, la subida Ecuador o la plaza Aníbal Pinto, entre otros, castiga al comercio establecido, a residentes, visitantes y también afecta al entorno urbano con daño a la propiedad pública y privada, incluso devaluándola en términos económicos. Por eso la compartida voluntad de ordenamiento no puede ser flor de un día, debe mantenerse como tarea permanente, coordinada, sin calculadora electoral ni pauta ideológica, fijando como objetivo claro la urgencia de rescatar la dignidad y seguridad de la ciudad en beneficio de vecinos, visitantes y actividad en general.