El miércoles pasado se realizó el primer Desayuno Análisis del 2019, organizado por El Mercurio de Valparaíso y el IST, cuyo tema principal fue: "Desafíos de la regionalización y elección de Gobernadores Regionales", en el cual expusieron cuatro senadores y cuatro diputados de la "bancada regionalista".
La descentralización política y administrativa del país, que se nos viene, está caracterizada principalmente por: la elección popular de los Gobernadores Regionales, que reemplazarán a los actuales Intendentes Regionales, designados por el Presidente de la República, estos Intendentes serán reemplazados por "Delegados Presidenciales", con menos atribuciones; la segunda característica importante del proceso es la "Transferencia de Competencias" hacia los Gobiernos Regionales, esto significa que algunos Ministerios y Servicios Públicos como: vivienda, transportes o turismo, entre otros, deberán desprenderse de algunas actividades en que son competentes, para que se desarrollen en la respectiva Región, esto sin dudas representa una cierta pérdida de poder de la Administración Central.
Transferencias de competencia
Hay dos modalidades: el Presidente de la República debe iniciar, por oficio, el traspaso de algunas competencias, de ciertos ministerios y servicios públicos, a algunas Regiones, no a todas; la otra forma es que el respectivo Gobierno Regional solicite al Presidente de la República que le traspase una determinada competencia, esto lo evaluará un Comité Interministerial de Descentralización, integrada por los Ministerios del Interior, Hacienda y Secretaría General de la Presidencia, considerando los recursos disponibles y personal necesario, privilegiando las competencias que tengan clara aplicación regional, es decir, son transferencias tuteladas.
Una transferencia de competencias podrá incluir la adaptación, priorización y focalización de instrumentos nacionales a las políticas Regionales, o la ejecución directa de los instrumentos y sus recursos.
Descentralización y burocracia
Existe el temor de que la descentralización pueda traer una mayor burocracia, corrupción e ineficiencias, especialmente en aquellas Regiones que no cuenten con el suficiente capital humano capacitado, porque ha ocurrido que, luego de capacitar a los funcionarios, cuando cambian los Intendentes, se cambian a todos esos funcionarios, y se tiene que volver a capacitar; el Estado es el peor empleador, por lo tanto se requieren concursos públicos, estabilidad funcionaria y evaluaciones, para retener los talentos en las Regiones.
Descentralización e inversiones regionales
Uno de los efectos más importantes de este proceso es que las decisiones, respecto a las inversiones públicas, deberán ser discutidas y aprobadas en los Gobiernos Regionales, donde el Gobernador Regional, al ser elegido, estará más legitimado y empoderado para liderar y agenciar políticamente los proyectos de inversión pertinentes a cada localidad.
En la actualidad se dispone del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR) que es un 7 % de la inversión pública nacional, lo que va a ser insuficiente, por esto se está solicitando incrementar este fondo a un 15 %, en el corto plazo, para llegar a un 30 % en el año 2030; de lo contrario, la descentralización se frustrará.
Un tema muy sensible es la posibilidad de establecer impuestos regionales, por ejemplo a actividades portuarias, mineras, forestales u otras, cuyos recursos se queden mayoritariamente en las respectivas Regiones, y no se vayan a Santiago, mientras que otros plantean que no son necesarios estos impuestos, bastaría una mejor redistribución de recursos, desde los ministerios hacia las Regiones.
Se dice que Santiago es la capital minera de Chile, o Las Condes es su capital energética, porque las empresas tributan allí, y no en las Regiones donde producen, tampoco las empresas privadas toman decisiones gerenciales en la Regiones, porque acá ya no están los gerentes.
Descentralización y expectativas
Desde 1541, con la llegada de Pedro de Valdivia, hasta nuestra Independencia, pasaron cerca de 270 años de colonización, centralismo monárquico español, luego sólo 200 años de República Independiente, pero centralista, por lo tanto estamos ad-portas de iniciar un cambio cultural, no se dejará atrás el centralismo, y sus vicios, sólo con elegir al Gobernador Regional, este es un proceso lento, no sólo tendrán que adaptarse las estructuras de los Gobiernos locales, sino que también la dirección de las empresas y los habitantes de las Regiones, se trata de una transformación cultural, que tomará tiempo, con avances y retrocesos, que debe iniciarse, pero sin fallar por apresurarse.