N uevamente el Festival Puerto de Ideas recala en Valparaíso. La oferta del pensamiento que se presenta esta vez cubre un amplio campo con temas culturales de permanente vigencia y también con aspectos fundamentales en el desarrollo de la vida humana como es el medio ambiente.
Tienen espacio además el análisis político y económico, el mundo digital con sus amenazas y las crisis institucionales de hoy, como la que estremece a la Iglesia Católica.
Puerto de Ideas, que convoca a figuras del pensamiento nacional e internacional se desarrollará en 11 sedes que en cierto modo encierran una simbología: desde una antigua cárcel hasta la Catedral Anglicana, precursora de la apertura de nuestro país a nuevas concepciones religiosas.
Y en ese sentido no se puede dejar de lado esa condición pionera justamente en el mundo de las ideas que son el motivo del Festival que se inicia en noviembre.
En Valparaíso aparecen en el siglo antepasado manifestaciones espirituales diferentes que irrumpen en una sociedad predominantemente católica, con una Iglesia que tenía la condición de credo oficial. A ello se suma también en esta ciudad la aparición de centros de pensamiento masónicos. A la vez, la misma Iglesia oficial convertía a este Puerto en su base de operaciones para la evangelización de la Oceanía, labor asociada a la atención material de importantes grupos humanos, entre ellos los habitantes de la Isla de Pascua.
Estos aspectos a partir de ideas fuerza y muchas veces de la confrontación de ellas, son parte de la historia de Valparaíso, donde generalmente se destaca, merecidamente, la creatividad empresarial en el comercio, la banca, los ferrocarriles, la industria, las comunicaciones o el intercambio internacional.
Puerto de Ideas busca incentivar las expresiones del pensamiento. Pero en esa tarea Valparaíso, con toda su tradición, material y espiritual, no puede ser solo el escenario del encuentro, sino que con sus habitantes y sus instituciones, también debe ser protagonista, superando sus ruinas y dejando de ser una curiosidad o un trofeo político del momento.
El encuentro, breve en el tiempo, debe proyectar ideas, sin caer en la consigna fácil que aprisiona y frena el pensamiento, y tomar el ejemplo de aquellas grandes figuras que serán evocadas, como Humboldt, el padre de la ecología, a 250 años de su nacimiento; Magallanes, el navegante sin fronteras o Leonardo, el inagotable creador, cuando se cumplen 500 años de su fallecimiento.
En lo local y lo regional, Puerto de Ideas es una oportunidad abierta para pensar, para pensar en grande rompiendo aquellas barreras que aparecen insalvables pero que son el resultado de nuestras propias limitaciones, egoísmos o ambiciones inmediatistas.