Sorpresa. Molestia y desilusión. Ni el brillo de los fantásticos fuegos de artificio que coronaron la magnífica ceremonia de inauguración de los Juegos de la XXVII Olimpíada pudo aminorar el tremendo golpe que causó la negativa del tenista Marcelo Ríos a cumplir con su asignada tarea de ser el abanderado olímpico de Chile.
Ayer, cuando en Chile eran cerca de las dos de la madrugada, una llamada efectuada desde Orlando (Estados Unidos) por el padre del tenista, Jorge Ríos, a la delegación chilena en la Villa Olímpica, específicamente a la ataché de prensa, Angela Grisar, fue determinante.
El empresario le indicó a la profesional que por el hecho de que el Comité Olímpico no le había conseguido entradas para que la madre y la hermana del especialista pudieran entrar al estadio a presenciar este acto de apertura, él llamaría a su hijo para que no participara.
A los pocos momentos, el mismo deportista comunicó oficialmente al Jefe del Area Técnica del COCh, Jorge Núñez, que no estaría en el desfile. Acto seguido, el Jefe de Misión en Sydney, Rodrigo Sánchez, fue también informado.
Ante la urgencia, se designó a Nicolás Massú como abanderado. Y así se salvó una situación en extremo bochornosa.
Que la nominación de Marcelo Ríos como abanderado fue una decisión errada, como muchos lo expresaron en su momento, ya no es posible dudarlo. Pero al menos, es una lección: la bandera debe portarla quien la merece. Y ayer, el número uno del tenis chileno no cumplió con el requisito.
‘‘PENSE EN MI FAMILIA’
Obviamente, Marcelo Andrés Ríos Mayorga no tenía muchas ganas de hablar del escándalo que había protagonizado, pero anoche (tras la práctica matinal del sábado en Sydney) se refirió brevemente a lo ocurrido. ‘‘La decisión la tomé cinco minutos antes de partir al estadio y no se puede decir que no pensamos en desfilar, porque a mí me daba lo mismo. Lo que puedo asegurarles es que sentí que me pasaron a llevar y pensé más en mi familia que en otra cosa. Es una falta de respeto que hagan venir a mi hermana ya mi mamá y a última hora les digan que no podrán entrar a la inauguración’’, señaló Ríos, quien afirmó estar ‘‘muy motivado’’ para competir en Sydney.
Al consultársele si había conversado con Ricardo Navarrete, presidente del COCH, el jugador comentó: ‘‘Sí, hablé con él y se portó muy bien. Dijo que me entendía y hablamos por tres o cuatro minutos. Yo me la jugué por mi familia porque encontré que le habían faltado el respeto’’.
En tanto, Jorge Ríos Jarvis también entregó su versión. ‘‘No entiendo cómo, siendo Marcelo Ríos el abanderado de Chile, habiendo viajado su familia para verlo en un momento tan importante y habiéndome preocupado personalmente con tanto tiempo por las entradas, al final su familia no pueda entrar al estadio para verlo. No lo entiendo y no estoy dispuesto a aceptarlo. Pido que no culpen a Marcelo por lo que ocurrió. Yo tomé la decisión de que no desfilara y asumo la responsabilidad completamente’’, comenzó diciendo.
–¿Qué gestiones realizó para conseguirse las entradas previamente a su solicitud?
‘‘Todas las posibles’’.
–¿Existió algún compromiso formal u oficial de parte del COCh para entregarle las entradas?
‘‘Más que un compromiso, considero que era una obligación del COCh entregar las entradas’’.
–Desde Sydney se manifestó que el problema se suscitó debido a que el compromiso original se había pactado con Julio Riutort, anterior director de Digeder...
‘‘Eso no tiene nada que ver’’.
–¿Está conciente que la ausencia de Marcelo Ríos en la ceremonia de apertura de los Juegos será muy perjudicial para su imagen? ¿Cómo piensa que podría revertirse ese escenario?
‘‘Esa pregunta no tiene respuestas. Cada cual hará juicios morales y lo interpretará a su manera’’.
–¿Marcelo Ríos cuestionó en algún momento su determinación?
‘‘Ante mí no cuestionó la decisión’’.
–¿Jugará en Sydney?
‘‘Eso nunca se ha puesto en duda’’.