Una respuesta para el problema de la incontinencia urinaria
progreso. Tratamiento kinésico ofrecido por profesionales de la Universidad de Valparaíso ha permitido resolver con éxito este problema, que afecta a una de cada tres mujeres mayores de 60 años
Definida por la International Continence Society como "la queja respecto de cualquier escape involuntario de orina por parte un paciente", la incontinencia urinaria es un trastorno sumamente incómodo de sobrellevar. Aunque no se trata de un problema de riesgo vital, sí acarrea consecuencias indeseadas: limita la autonomía de las personas que la padecen, reduce su autoestima, y deteriora significativamente su calidad de vida, incluso más que algunas enfermedades crónicas como la diabetes o la hipertensión arterial: para tratar de paliar el problema, las personas con incontinencia urinaria suelen desarrollar hábitos de comportamiento que significan incomodidad o alteraciones en el comportamiento, como reducción en la ingesta de líquidos, aislamiento y retracción social, o la utilización de absorbentes y adquisición de una determinada frecuencia de micción.
Mujeres
"Existen tres tipos de incontinencia: la de esfuerzo, que se manifiesta con pérdida de orina al toser, estornudar o hacer cualquier ejercicio físico; la de urgencia, que consiste en la pérdida de orina producida por un incontrolable deseo de orinar, y la mixta, que combina las dos ya descritas. Es un problema común sobre todo entre las mujeres, a nivel mundial afecta entre un 25 a 45% de la población femenina. En Chile, en tanto, afecta a un 33% de las mayores de 60 años, aunque también puede ocurrir a más temprana edad", explica la kinesióloga Karin Jerez, académica de la carrera de Kinesiología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Valparaíso.
Atención integral
En respuesta a este problema de salud, la carrera de kinesiología creó en el año 2006 el Policlínico de Rehabilitación de Piso Pélvico, que funciona en el Hospital Carlos van Buren y que realiza aproximadamente mil atenciones cada año. En dicho espacio se realiza atención integral de dicha patología, que se fundamenta en el entrenamiento de los músculos pélvicos y abdominales, terapia con aparatos médicos, como electro-estimulación y biofeedback muscular, y corrección de hábitos nocivos para la vejiga. Según explica la especialista, los tratamientos que se entregan en esta instancia han logrado una mejoría cercana al 70% entre las pacientes con incontinencia urinaria atendidas. "La incontinencia urinaria afecta la calidad de vida de quien la padece dado que genera alteración de la capacidad física, estado emocional y relaciones sociales, entre otras. Por estas razones es que debe ser tratada en forma precoz y por profesionales de salud competentes en el área", señala la kinesióloga, quien es además la responsable del mencionado policlínico y a quien se puede consultar en el correo karin.jerez@uv.cl.
Prevención
Según explica la profesora Jerez, existen algunas determinantes básicas que es importante conocer, para poder corregir una serie de hábitos que son perjudiciales para el adecuado control de la orina. Así, explica, en relación a la ingesta de líquidos, debemos saber que existen ciertas sustancias irritantes de la vejiga, fundamentalmente la cafeína, las bebidas carbonatadas o bebidas "cola" y el alcohol, entre otros. "También es una mala idea tratar de tomar poco líquido para ir a orinar menos, dado que esto hace que la orina se vuelva más densa y estimula mayor eliminación. Lo ideal es tomar 1,5 a 2 litros de líquido, sobre todo durante las primeras horas del día y nunca cerca del horario de dormir", señala.
También es posible adoptar conductas preventivas a partir de los hábitos miccionales. En este sentido, la especialista advierte que no es conveniente pasar muchas horas aguantando las ganas de orinar, ni tampoco tratar de orinar muy seguido o por precaución (sin tener deseo), debido a que eso predispone negativamente a la vejiga.
Actividad física
Otro aspecto que es necesario cuidar tiene relación con la actividad física que se realiza: existen ciertos entrenamientos que, en la mujer, pueden generar debilitamiento de los músculos del piso pélvico, que son los encargados de controlar la orina. "Hay una serie de ejercicios que pueden ser nocivos, sobre todo aquellos que implican realización de fuerzas excesivas, como pesas o entrenamiento en máquinas de musculación, y los ejercicios de rebote o saltos, como el step y gimnasia aeróbica. Lo mismo ocurre con los típicos ejercicios abdominales que se enseñan en los gimnasios. Sin embargo, esto no significa que sea conveniente suspender la actividad física por completo, sino asesorarse por un profesional competente en rehabilitación de piso pélvico, dado que el aumento de peso corporal producido por el sedentarismo está directamente relacionado con la incontinencia de esfuerzo", sentencia.
"La incontinencia urinaria afecta la calidad de vida de quien la padece dado que genera alteración de la capacidad física, estado emocional y relaciones sociales".
Karin Jerez,
Académica UV.