Secciones

La historia de los franceses que se tomaron el corazón del cerro Concepción

valparaíso. Los tres mosqueteros de Almirante Montt, en menos de una cuadra tienen sus restaurantes y una galería de arte.
E-mail Compartir

Se consideran aventureros y, por distintos motivos, tres franceses llegaron en los últimos años hasta el cerro Concepción para desarrollar diversos proyectos. Se enamoraron, conocieron el idioma y se relacionaron con la comunidad del sector, en la cual se sienten plenamente integrados. En apenas una cuadra de la calle Almirante Montt, dos chefs instalaron sus respectivos restaurantes y un cientista político, especializado en cultura, montó una galería de arte para atender a los cientos de turistas nacionales y extranjeros que recorren uno de los cerros más coloridos del puerto.

Philippe Grandgeorge (restaurante "Filou de Montpellier"), Antony César ("Le Pastis") y Bertrand Coustou (Galería de arte Bahía Utópica), no imaginaron que a miles de kilómetros de su Francia natal se conocerían y cultivarían una amistad, al mismo tiempo que centran sus esfuerzos por mejorar y potenciar los atractivos de este cerro patrimonial.

Son los tres mosqueteros de una cuadra cargada de historias de inmigrantes, donde estos franceses se han convertido en la nueva oleada de colonizadores, tomándose un trozo del barrio de callejuelas de adoquines. Extrovertidos y con un español cargado de chilenismos, lo que da cuenta de sus influencias criollas, disfrutan también de la vida en familia.

el pionero

El primero en llegar al barrio fue Philippe (47 años). El 98 arribó junto a su mujer y un hijo desde su natal Montpellier. Se considera el pionero del ahora multicultural barrio, que hace 15 años no tenía a ninguno de los cerca de 75 restaurantes, fuentes de soda y comercio que actualmente amenazan con saturar el sector.

El "Filou de Montpellier" se ubica en la estratégica esquina de Almirante Montt con Urriola, donde los principales platos son tradicionales del país galo. "Cuando llegué acá no había nada, el papá de mi señora era cocinero de la marina mercante, estaba en Montpellier cocinando y quisieron volver a Chile. Me llamaron y me comentaron que este cerro estaba siempre lleno de turistas paseando y que no había nada donde comer, así que tras un año y medio vendimos todo lo que teníamos allá y nos instalamos acá", recordó.

El local era una pequeña fuente de soda, donde vendían menú a "luca" y los principales clientes eran estudiantes de música y unos cuantos parroquianos. Para hacer dinero vendía anticuchos todos los viernes, ahora el local se amplió y los clientes son por lo general extranjeros o santiaguinos. Respecto al crecimiento comercial del sector, reconoce que existe una saturación, lo cual implica mejorar el producto para enfrentar la competencia. Actualmente viaja cada seis meses a Montepellier, donde permanece los veranos a cargo de un restaurante en un pueblo cercano a la ciudad.

Sobre la gran cantidad de franceses establecidos, que ya suman seis en la misma cuadra, asegura que "la gente lo encuentra chistoso, incluso algunos nos dicen en broma que cambiemos en nombre de la calle por avenida Francia o celebremos el 14 de julio. Es como una invasión de "franchutes"", reconoce con humor, ya que entre ellos tienen una excelente relación.

llegó como turista

Bertrand Coustou (43) llegó hace ocho años desde París. Tras realizar múltiples labores y dejando atrás sus estudios de ciencias políticas arribó a Valparaíso, donde conoció a su mujer y se encantó con la calidez de su gente.

Es el dueño de la galería "Bahía Utópica", donde ofrece cuadros de diversos artistas y recuerdos. "Llegué como turista y me gustó altiro, su onda, la gente, fui muy bien recibido desde el principio. Acá la gente te sonríe, te habla, existe una relación social que le gusta mucho a los franceses y se siente más en casa. De a poco hice mi grupo de amigos", relató.

Estudioso de la historia porteña y su cultura, describe a la ciudad como cosmopolita, que le rememoró el puerto de Hamburgo donde viajaba constantemente en su juventud. "Valparaíso es un lugar donde siempre llegaron extranjeros y eso lo hace distinto a otras ciudades de Chile, con influencia de muchos inmigrantes", afirmó.

confía en progresar

Antony César (37) está empeñado en sacar adelante su gran apuesta, el restaurante "Le Pastis", que le ha implicado una importante inversión para independizarse.

Su arribo al puerto desde Toulouse fue en 2007, por una propuesta laboral como chef por parte de compatriotas, pero la experiencia no fue buena. Luego pasó por el Turri, Termas del Corazón y ahora como empresario. Acá se casó con una chilena y tuvo un hijo. Afirma que la temporada no ha sido del todo buena, pero confía en salir adelante.

"No sabía que me iba a encontrar con tantos franceses en esta cuadra, compartimos bastante y nos apoyamos, ahora sólo espero lograr una gastronomía de calidad y entregar una buena atención a todos", relató este chef que también busca formar a nuevos profesionales.

Bertrand Coustou LLegó hace 8 años a Valparaíso desde París y hace 5 se instaló con la galería de arte "Bahía Utópica", realizando diversas exposiciones.

Antony César Chef que el 2007 llegó al puerto por motivos laborales. Trabajó en distintos locales y en octubre pasado se instaló con el "Le Pastis".

Philippe Grandgeorge De profesión Chef, llegó hace 15 años al cerro Concepción donde fundó el restaurante "Filou de Montpellier", en recuerdo de su ciudad natal.