Tito Beltrán lleva la ópera hasta la Quinta
Obertura. El tenor y la soprano Patricia Cifuentes cantaron en un show que recordó el incendio porteño.
Un brindis en medio de la galería y dos grandes intérpretes líricos chilenos bastaron para que el Monstruo recibiera con aplausos ensordecedores la noche inaugural del 54º Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, que en su obertura - la única que se realizará en las seis noches - tuvo circo, animaciones, música clásica y fue dedicada a los damnificados del gran incendio del 14 de febrero en Valparaíso.
El gran protagonista en esta oportunidad fue el público, pues pocos minutos después que comenzara un show realizado por el Circo del Mundo -que tuvo guiños al cineasta Tim Burton y del cual poco se pudo entender en un comienzo-, los artistas tomaron una gran foto al público la que hizo aparecer rostros de personas en la pantalla principal del escenario, simulando a todos quienes ven el Festival en vivo o por la televisión.
Brindis de la traviata
Inmediatamente después comenzó a sonar "El brindis" de la ópera "La traviata" de Verdi, pieza interpretada por la Orquesta Sinfónica de Chile, dirigida por Francisco Rettig.
Fue en ese momento cuando súbitamente se iluminó la galería desde donde se asomó el tenor Tito Beltrán y la soprano Patricia Cifuentes - quien ganó el concurso viñamarino Dr. Luis Sigall mención canto- interpretando juntos la pieza musical con luces de colores sostenidas por quienes los acompañaban, haciendo parte de la obertura a todo el público presente y dejando claro el concepto de esta versión del certamen.
El final del espectáculo fue la interpretación con fuerza de "La traviata" junto a los aplausos del público, iluminado por los grandes focos de la Quinta.
Luego ingresaron al escenario los animadores del evento, Eva Gómez y Rafael Araneda, quienes afirmaron que la primera y única obertura que se realizará en este Festival estaba dedicada a las 286 familias damnificadas por el incendio del pasado 14 de febrero en Valparaíso, que afectó a las zonas de Rodelillo, Placeres y San Roque borrando todo rastro de viviendas.
Esto, en medio de la insistencia del público por el tradicional beso de los animadores, el que finalmente no se realizó.