Uno de los tres firmantes del acuerdo que certificó en diciembre de 1991 la defunción de la Unión Soviética, el bielorruso Stanislav Shushkévich, no sale de su asombro desde que supo que ese histórico documento ha desaparecido.
"Lo han tenido que vender a un aficionado a los documentos raros e históricos", señaló Shushkévich a Efe.
Shushkévich se interesó por el paradero del original en bielorruso del documento cuando se disponía a escribir sus memorias, pero el Ministerio de Exteriores de Bielorrusia le respondió que ya no lo tenía en su poder.
"Yo quería el original, pero es que la versión en ruso también se ha esfumado. Después de estampar mi firma en el documento, éste fue entregado al encargado de protocolo de la Cancillería bielorrusa", dijo.
El expresidente del Parlamento bielorruso, que con la desintegración de la URSS se convirtió en el primer jefe de Estado bielorruso, recuerda que él mismo hizo varias copias y las repartió entre las principales estructuras de poder de la república.
La información también sorprendió al último jefe de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, Mijaíl Gorbachov, que el sábado cumplió 82 años.
"¿De verdad? Interesante. Pues, entonces hay que restablecer la URSS. Si los documentos del Acuerdo de Bielovézhskaya Puscha ya no existen de verdad y hay que restaurar lo que había, estoy dispuesto a regresar", bromeó.
El entonces viceprimer ministro y secretario de Estado ruso, Guennadi Burbulis, recuerda que la copia que correspondía a la parte rusa fue entregada al ministro de Exteriores, Alexandr Kózirev.
"Había tres ejemplares y cada uno tenía su variante en ruso, bielorruso y ucraniano. Espero que (la rusa) esté bien guardada en los archivos del Ministerio de Exteriores", dijo Burbulis, quien firmó el documento junto al presidente ruso, Borís Yeltsin.
Burbulis añadió que "el acuerdo fue ratificado por los Parlamentos de Rusia, Bielorrusia y Ucrania, y los documentos fueron presentados ante la ONU", que reconoció a Rusia como sucesor jurídico de la URSS.
"No hay motivos como para valorar la venta de uno de los ejemplares del documento como una amenaza a la legitimidad", subrayó, aduciendo que el reconocimiento de la comunidad internacional es suficiente garantía de su vigencia.
Burbulis fue quien propuso la frase que ha pasado a la historia en el texto: "La Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas ha dejado de existir como sujeto de derecho internacional".
El escritor y publicista Alexandr Projánov, reconocido nostálgico comunista, no descarta que existan fuerzas que aprovechen la desaparición del original del documento para intentar rescatar la URSS.
"El original es un documento marco. Si desaparece, da pie a especular con una conspiración. Digamos que existe un grupo de gente que quiere denunciar el acuerdo y hace desaparecer el original. La ausencia del documento les da derecho a proclamar que la URSS existe "de jure"", dijo.
Shushkévich insiste en que la defunción de la URSS "no fue una conspiración. De hecho, no teníamos pensado firmar un acuerdo. Simplemente, debíamos constatar en un documento quiénes éramos y cuál era la situación de la URSS en ese momento".
"Había que ser valientes. De lo contrario, podría haber estallado una guerra civil", comenta.
El bielorruso señala que nunca llegó a consultar con Gorbachov, que intentó conservar la mancomunidad eurasiática por todos los medios, incluida la creación de una Unión de Estados Soberanos.
"Gorbachov era primero comunista y solo después un demócrata", aseguró.
fin dEl régimen