Tres muertos y 315 heridos dejó ayer el choque entre dos trenes en la localidad de Castelar, en los suburbios al oeste de Buenos Aires, Argentina. Es la segunda tragedia ferroviaria que se produce durante el actual Gobierno de la Presidenta Cristina Fernández.
Los heridos, varios de ellos en estado grave, fueron trasladados a distintos hospitales de la zona. Bomberos, policías y personal de Defensa Civil trabajaron unas dos horas para rescatar a los pasajeros que habían quedado atrapados entre los hierros de los vagones.
La colisión se produjo a las 7.07 horas (10.07 GMT) entre dos formaciones que circulaban en la misma dirección a metros de la estación de Castelar.
Un tren embistió por atrás a otra formación que se encontraba detenida, informó la línea Sarmiento en un comunicado oficial. El primer vagón del tren en movimiento se incrustó en el último del que estaba detenido. También chocaron entre sí varios vagones por efecto de la fuerte colisión.
Una joven que viajaba en el tren aseguró que al momento del choque se escuchó "un estruendo". "Se oyó un ruido muy fuerte y todos se empezaron a caer, y otra gente estaba conmocionada y llorando", relató. Otro pasajero precisó que "los trenes quedaron aplastados como una latita de gaseosa".
El dirigente ferroviario Rubén Sobrero advirtió que el tren de doble piso que embistió al otro ferrocarril tenía problemas de frenos. "Siempre tuvo problemas. Lo veníamos denunciando desde hace bastante tiempo", afirmó.
El choque se produjo en la misma línea ferroviaria en la que el 22 de febrero de 2012, un tren chocó contra el paragolpes de la terminal del barrio porteño de Once, en la que murieron 51 personas y más de 700 sufrieron heridas.