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La Región de Valparaíso lidera nuevo plan de competitividad impulsado por el Gobierno

productividad. Que tengan un impacto significativo y sean de rápida solución son los parámetros para estas medidas que estudia el Ministerio de Economía.
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"La comunicación y el diálogo con los gremios nos permitió llegar a un resultado. Logramos sacar las medidas y lo hicimos de una forma que fueron positivas tanto para el Gobierno como para los propios gremios". Así recuerda Esteban Carrasco, actual director de la Oficina de la Competitividad, lo que fue el proceso que enfrentó en un momento al Gobierno, específicamente al ministerio de Economía, con los estamentos marítimo-portuarios de Valparaíso en el marco de la Agenda de Impulso Competitivo.

Ya superado ese capítulo (ver recuadro) se trabaja en una nueva tarea que también tiene como propósito el aumentar la competitividad del país aunque, a diferencia de la primera, se trata de situaciones que suponen una solución mucho más expedita. Para ello se dividió el país en macrozonas y la Región de Valparaíso está inserta en la Central junto a las regiones Metropolitana, Sexta, Séptima y Octava.

ELEMENTOS EN COMÚN

"Estas regiones tienen muchos elementos en común desde el punto de vista productivo, de servicios y desde el punto de vista turístico, entonces la idea de las macrozonas es que podamos elaborar proyectos que sean interregionales para que tengan impacto en todo ese territorio", recalca el seremi de Economía, Mauricio Silva, quien advierte la posibilidad de que estas zonas trabajen temas en común que impacten sobre actividades afines como la agricultura o el turismo.

"Las regiones presentan ciertas características disímiles, tanto las del norte como las del sur, pero las del centro probablemente tienen muchos elementos en común. Entonces tenemos que ver como aumentamos la competitividad y en ese marco encontrar las soluciones más rápidas y con un efecto positivo para dicho territorio y el país", agrega Silva.

Lo que se busca en esta nueva agenda es que la región sea capaz de impulsar su competitividad y desarrollo buscando cuáles son las trabas que tiene y despejarlas.

Esto se refiere a los obstáculos que, para su eliminación, no requieren la elaboración de leyes sino que se pueden hacer a través de simples procedimientos administrativos o de gestión. Una tarea que en el papel aparece como mucho más tranquila que la experiencia del hace un par de años cuando fue presentada la AIC por el Ejecutivo.

SIN TRÁMITES

"Nuestra idea no es ponernos a trabajar en un informe para que después se pierda en un mueble del ministerio, sino que debemos presentar ideas concretas que podamos realmente implementar a breve plazo", advierte Carrasco.

Para el encargado de la competitividad del país, a diferencia de la Agenda de Impulso Competitivo original, ahora se busca entregar una mirada más local en base a lo que se denominan impulsos regionales.

"La oficina de la competitividad ha estado trabajando hace más de dos años en la implementación de ciertas medidas que buscan eliminar trabas al emprendimiento, a la productividad y a la competitividad. La primera versión de la agenda se hizo a nivel nacional en que partimos con mesas de trabajo con el sector público y el sector privado, y donde se articularon una serie de ministerios y servicios", recordó Carrasco, quien agrega que "ahora estamos en una segunda parte que apunta a una mirada regional y a tratar de hacer algo más específico en cada una de las regiones de tal manera que las ayuden a partir de su propia realidad".

La tarea a breve plazo será buscar los temas que se pueden desarrollar a nivel de esta macrozona.

"En este momento estamos en la tarea precisamente de definir cuáles son los temas que se van a tratar, pero a priori, aparecen muchos que tiene que ver con el comercio internacional, con transportes y una serie de actividades en las que vamos a tratar de apuntar a aquellas que pueden tener impacto significativo para la región y que se pueden resolver en el corto plazo", insiste Carrasco.

AGENDA Y GREMIOS

La implementación de la Agenda de Impulso Competitivo despertó la inquietud de los gremios de la zona por seis puntos relacionados con el desarrollo del comercio exterior. Algunos fueron resueltos, otro está en el Congreso Nacional en plena discusión (cabotaje) y uno definitivamente se postergó como fue el relacionado con el transporte multimodal.

"De los puntos que estuvieron en conflicto con los gremios de las ciudades portuarias se avanzó bastante y prácticamente se cumplieron todas las medidas. Sólo quedó una pendiente y donde no hay ninguna intención de avanzar sin antes conversar con los gremios", subrayó Carrasco que en esa época no era el titular de la oficina, cargo que ocupaba Joana Dadivovic.

El personero valoró el trabajo realizado en conjunto con los gremios por esos días. "La comunicación y el diálogo con ellos nos permitió llegar a un resultado. Logramos sacar las medidas y lo hicimos de una forma que fueron positivas tanto para el Gobierno como para los propios gremios", comentó.

Progreso de la Agenda

Cincuenta medidas fueron las medidas que presentó originalmente el año pasado el Ejecutivo. Posteriormente se ampliaron a sesenta y además esta iniciativa fue complementada con la agenda pro-inversión que son 20 medidas. "De las sesenta llevamos 51 y de las 20 de la agenda proinversión llevamos ocho. Hemos ido avanzando y ojalá podamos completarlas de acá a fin de año. Lo que si queremos destacar es que todas ellas se han implementado escuchando antes a los sectores involucrados", comentó el director de la Oficina de la Competitividad, Esteban Carrasco.

"Nuestra idea no es trabajar en un informe para que después se pierda... debemos presentar ideas concretas que podamos implementar

a breve plazo"

Esteban Carrasco

Director Oficina

de la Competitividad

"Tenemos que ver como aumentamos la competitividad y en ese marco encontrar las soluciones más rápidas y con un efecto positivo para la región y el país"

Mauricio Silva Seremi de Economía