Un año se cumplió ayer desde que Ivo Basay se hizo cargo de Santiago Wanderers en lugar de Arturo Salah, quien días antes había sido desafectado por sus malos resultados al frente del Decano. El tiempo pasó rápido y el trabajo del exdelantero como DT en el Puerto ha pasado por etapas: Desde la euforia tras haber evitado el descenso al final de la temporada 2012, hasta la dolorosa eliminación de Copa Chile y las consecutivas derrotas en el Clásico Porteño.
Hoy el entrenador vive un momento que podría calificarse como de transición. Y es que el arranque en el Apertura pareció volver a entusiasmar, pero la caída ante Cobreloa en Antofagasta y el mal comportamiento de sus dirigidos, con constantes expulsiones durante la segunda parte de este año, dejan en claro que el trabajo que resta aún es inmenso.
NI TAN BUENO NI TAN MALO
Los números de Ivo Basay desde su arribo a Santiago Wanderers no son tan malos como los de Arturo Salah. Sin embargo, están lejos de lo que se esperaba por parte de la dirigencia y los hinchas del verde.
Vale recordar que en el Clausura 2012, Basay llegó para "apagar el incendio". Y cumplió, logrando sacar adelante a un camarín que estaba sumamente golpeado por los malos resultados y nada menos que 15 partidos oficiales consecutivos sin saber de victorias.
Los números del "Hueso" en esa campaña fueron de 10 partidos jugados, cuatro triunfos, tres empates e igual cantidad de derrotas: 50% de rendimiento (15 puntos sobre 30 posibles). También tuvo su paso por Copa Chile, donde apenas sumó un triunfo y un empate en cinco compromisos (26,7% de rendimiento).
De todas formas, la recta final del Clausura 2012 dio para ilusionarse con el futuro.
Lamentablemente para las pretensiones del Decano, el Transición 2013 fue frustrante. Cuando más expectativas se tenían, especialmente por la forma en que se había terminado jugando el torneo anterior, Santiago Wanderers apenas alcanzó el noveno puesto en la tabla, con 23 puntos y un registro de 7 triunfos, dos empates y ocho caídas, acumulando un pobre 45,1% de rendimiento.
quiebre
Más allá de los números, la recta final del Transición quedó marcada por el primer gran quiebre de la relación entre Ivo Basay y los hinchas: la forma en que los verdes cayeron ante Everton en Quillota, por un apabullante tres a cero, y que dolió en lo más profundo del orgullo caturro.
Desde ese 27 de abril la convivencia entre el DT y los aficionados no ha sido sencilla, más aún tras concretarse la eliminación en la Copa Chile 2013-2014, incluidas otras dos nuevas derrotas ante los viñamarinos. Con 10 unidades, el Decano no superó la fase de grupos del certamen con un 55,56% de rendimiento.
Hoy, los verdes se encuentran nuevamente en competencia y transcurridas las primeras cuatro fechas del Apertura, registran un triunfo, dos empates y una dolorosa derrota ante Cobreloa, instalándose en la medianía de la tabla y en vísperas del encuentro de este sábado ante O"Higgins, desde las 15.30 horas en La Calera.
El desafío de Ivo Basay al frente de Wanderers es enorme. Incluso, en los últimos compromisos se sumó una nueva tarea: mejorar el comportamiento de sus jugadores, quienes en este segundo semestre ya acumulan diez tarjetas rojas en igual número de partidos jugados (4 en Copa Chile y 6 en el Apertura), teniendo en cuenta que en la suma del todo el Clausura 2012 y el Transición 2013 acumularon solo seis.
La tarea con los jóvenes
Uno de los pilares del trabajo de la S.A. en Wanderers es la formación de jugadores. Algo que bien sabe Basay, quien ha sumado varios jóvenes al plantel y permitido su debut (aunque sin continuidad), como los casos de Kevin Valenzuela, Roberto Saldías y Jimmy Cisterna (en la Copa Chile 2012), Diego Bórquez al finalizar la temporada pasada, José Lafrentz, Sebastián Reyes, Samuel Mendoza y Brayams Viveros en el 2013.