Perros abandonados
Chile ha sido tomado por los perros abandonados, cuya sobrepoblación no se condice con los niveles de desarrollo que el país dice poseer. Es increíble que un joven pueda morir en el siglo XXI producto de la rabia y que la autoridad crea que se soluciona el problema vacunando a quien se le cruce por delante.
Un gran impedimento para acabar con este mal son los grupos defensores de los derechos de los animales. Sin embargo, parecieran olvidar que para el caso específicos de los perros, su naturaleza está estrechamente ligada al ser humano. Así surgió esta especie, en una relación de convivencia y beneficio mutuo con el hombre.
El perro que está abandonado sufre, pasa hambre, se enferma, queda expuesto a ser atropellado y, de paso, constituye un peligro para la sociedad porque pierde su carácter doméstico y pasa a transformarse en un animal salvaje. No basta con hacer cariño o alimentarlos de vez en cuando.
El que realmente quiere a los perros debe llevarlos a su casa, cuidarlos, alimentarlos todos los días, limpiar sus excrementos y darles una vida acorde a su naturaleza.
El riesgo de muerte de una persona producto de la rabia debe ser un llamado de atención para todos. Esto le puede suceder a cualquiera y la autoridad debe tomar cartas en el asunto. Hay que volver al sistema en que los perros que estén sueltos en la calle sean llevados a la perrera, y si no son reclamados dentro de un plazo razonable, ser sacrificados, por supuesto, de manera indolora y evitar el sufrimiento que significa para un perro estar abandonado.
Gonzalo Serrano del Pozo
Plaza Echaurren
El sector de la plaza Echaurren, en Valparaíso, inserto en el caso histórico de esta ciudad Patrimonio de la Humanidad, se ha convertido en el patio trasero (con letrina incluida) de la Plaza Sotomayor.
Usted en esta plaza puede defecar u orinar, comprar, revender y tomar alcohol; dormir la borrachera en las bancas de la plaza, en el suelo o en la acera; comprar droga y drogarse; comer sin pagar gracias a la asistencia de grupos religiosos; ver borrachos transformados en mendigos, asaltos y lanzazos cometidos a turistas que osan y se arriesgan a pasear por el sector. Puede también botar grandes bolsas de basura en las calles o en el basural que hay aledaño a la Iglesia La Matriz, todo a vista y paciencia de autoridades municipales y de Carabineros con retén móvil diurno incluido.
Duele el corazón ver el desastre social y urbano en que se ha convertido la plaza Echaurren. Señor alcalde, Jorge Castro, hasta pronto… me traslado a Viña del Mar.
Basilio Ávila Quitral
El matrimonio
Quienes de verdad se aman desean fervorosamente comprometerse a una vida entera juntos y así formar una familia con un compromiso formal. El amor es un extraño que irrumpe en nuestras vidas a veces sin esperarlo. Si lo desechamos, solo viviremos para recordarlo sin tener, tal vez, una segunda oportunidad para conocerlo.
Héctor Chiappini Chiarella Catequista
Fines y pactos
Ayer, para la izquierda criolla, de orientación marxista, "el fin justificaba los medios", para después sostener "democráticamente" que "no hay ningún medio que justifique ningún fin", aunque seguían practicando el principio rector. ¡Confesado está! Hoy, igual que ayer, "el fin justifica los medios", y si hay que pactar con quien sea, bienvenido sea el pacto.
Jorge Saavedra Moena
Ley 20.500
La Ley 20.500 sobre Asociaciones y Participación Ciudadana en la Gestión Pública ha tenido avances desde su implementación, pero su aplicación aún es mínima y su conocimiento dramáticamente desconocido.
Esta normativa crea órganos públicos nuevos, que dada la ignorancia de la ley, da pie para que autoridades no den aplicación de la norma. "Estamos capacitando", "se está entregando la información", son las frases que he tenido que escuchar ante mi pregunta sobre qué se está haciendo para difundir esta normativa.
En nuestra legislación contamos con esta herramienta que permite no solo constituir organizaciones de manera más expedita, sino que también nos da la oportunidad de participar, como por ejemplo, en consejos consultivos, donde el rol fiscalizador de la ciudadanía se hace presente, rol inconveniente para algunas autoridades que prefieren menos control y más pasividad ciudadana.
En nuestras manos esta empoderarnos y exigir el cumplimiento de nuestras leyes, más cuando nos benefician, evitando la corrupción de un sistema que aprovecha nuestra ignorancia.
Felipe Morales ONG Up Chile Consultores Sociales