Pareja playanchina da la receta para un feliz matrimonio de 72 años
playa ancha. Entregar cariño en su entorno y mantener amistades ha sido clave para longevo matrimonio porteño.
Nada menos que 72 años de matrimonio cumplió recientemente una pareja de ancianos afincados en Playa Ancha. Se trata de Héctor Luis Ramírez Rodríguez, de 97 años, y Marta María Arriagada Vera, de 92.
Y aunque ambos, radicados hace 50 años en Valparaíso, reconocen que los años "pesan", entregan detalles que les han permitido llevar juntos una larga convivencia y sentirse plenos a cada instante mientras repasan sus largas vidas, como, por ejemplo, entregar cariño a sus amigos y cercanos, lo cual ha sido recíproco.
Él, telégrafo en su época, y astrónomo "amateur", según reza la tapa del libro de una tesis en la cual ha estado trabajando. Ella, dueña de casa y fiel compañera. Son padres de Luis Ramírez Arriagada, de 61 años, y además tienen cuatro nietos, y siete bisnietos, quienes se reparten entre Holanda y las Islas Canarias (España), donde ya han "echado raíces", según cuentan.
Hoy, en la apacible vida que llevan en su casa ubicada en la avenida Playa Ancha -en la cual además arriendan piezas para estudiantes-, don Héctor Luis Ramírez cuenta detalles de la vida de ambos, mientras su esposa asiente de manera cómplice y sonriente ante sus comentarios.
clave de la felicidad
"Una de las claves para nosotros y nuestra felicidad, es que en la vida, en todas las partes que hemos estado, nos hemos preocupado de entregar mucho cariño a la gente... así también hemos recibido un gran cariño de las personas que hemos conocido, y a las cuales seguimos viendo hasta el día de hoy, incluso algunos por más de 60 años ya", explica.
"Siempre tratamos de estar en contacto, aunque algunos amigos han ido muriendo, pero sentir el cariño de ellos nos da gran satisfacción", continúa, haciendo hincapié en que sus amigos provienen de diversos círculos, como de la astrología, amigos católicos, o gente que conoció durante sus años de trabajo como telégrafo en Correos de Chile.
"Para Navidad nos alegra mucho que nos llegan cartas y saludos de todos los lugares donde hemos vivido", explica Héctor Ramírez, para luego cerrar levemente sus ojos y casi de memoria enumerar las ciudades donde trabajó antes de afincarse en el Puerto: "Santiago, Ancud, Traiguén, Los Ángeles, Linares, Rancagua, Valparaíso, Viña del Mar, Pichidangui y Pisagua".
Tras ello, Luis Ramírez hace un aro y recuerda que "llegamos a Valparaíso para el Mundial de Fútbol de Chile en 1962, y nunca más nos fuimos".
relación de pareja
La nonagenaria pareja reconoce que a veces los impedimentos físicos y otras limitaciones llevan al aburrimiento; sin embargo, para ellos siempre hay una solución.
"A mi señora una de las cosas que la entretiene es pasar en el patio desmalezando", señala el ex telégrafo, agregando que "otra diversión para ambos es jugar al dominó".
"Así matamos el aburrimiento, que a veces es normal para la gente de edad, pero nunca para nosotros va a ser algo como para discutir, pelear, o llegar a degollarse, jajá", continúa, y a su vez dice que "hoy no hay mucha paciencia en cosas del amor y las parejas no duran mucho".
"Cuando nosotros pololeamos ella tenía 14 años y yo 19... pero eran pololeos muy inocentes, ella caminaba por un lado y yo por el otro... éramos respetuosos, y hasta el día de hoy lo soy, lo que no significa que no le pueda hacer cariño o dar un beso a mi señora".
Por otra parte, don Luis hace críticas a la despreocupación que existe de parte de las autoridades hacia la gente de la tercera edad y los jubilados: "esto va desde Augusto Pinochet, Sebastián Piñera a Michelle Bachelet... no se han preocupado". Respecto a Valparaíso, dice tener un gran cariño por la ciudad y su equipo, Santiago Wanderers: "siempre apoyé al equipo de la ciudad donde viví".
"Ni Pinochet, ni Piñera, ni tampoco Bachelet cuando estuvo, se preocuparon de los más viejos... ¿acaso ellos creen que nunca se van a jubilar?"
Héctor Luis Ramírez
La celebración "triple"
Héctor Luis Ramírez se entusiasma el contar cómo hace para entretenerse y mantenerse activo a sus 97 años. Y reconoce que le gustan mucho las celebraciones, sobre todo una muy especial: la del 25 de agosto. ¿El motivo? Son nada menos que tres festejos ese día. "Este 25 cumplí 97 años, además el mismo día festejo nuestro aniversario de matrimonio... además es mi onomástico, pues me dicen Luis", cuenta con alegría, si bien reconoce que dichas celebraciones tienen sus límites pues "no por celebrar va a andar uno quedando botado en la calle, jajá".