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Histórica sede evertoniana de Viana fue entregada a sus nuevos dueños

deportes. A fines de julio la Corporación deportiva oro y cielo abandonó el inmueble que en mayo de 2012 fue rematado, debido a una deuda con la Sociedad Anónima propietaria del club.
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El 30 de mayo del año pasado la tradicional sede de Everton ubicada en Viana 161 fue rematada en el Juzgado Civil de Viña del Mar por un monto de 670 millones de pesos. La sociedad anónima que adquirió el club oro y cielo a fines de 2006, se cobraba así de la deuda que había reconocido la Corporación deportiva, cuyo monto ascendía a 564 millones de pesos.

La empresa que se adjudicó la casona fue la inmobiliaria Il Domani, tras lo cual se sucedieron una serie de polémicas: amenazas de demandas contra el directorio de la Corporación que en su momento había asumido el monto que exigía la S.A. y disputas internas sobre la legitimidad que tenían las directivas que vinieron después.

Esto fue aplazando el final del inmueble como sede de la entidad fundadora del equipo oro y cielo, pero en ningún caso lo pudo modificar. A fines de julio de este año los nuevos propietarios exigieron su entrega definitiva.

"Llegó una orden de desalojo que incluso incluyó la presencia de Carabineros, el lanzamiento era un hecho y fue entonces cuando hablé con el dueño de la inmobiliaria que compró la casa para pedirle que nos diera tiempo de sacar todas las cosas para no dejarlas en la calle", relata el actual presidente de la Corporación Everton, Carlos Salazar.

mudanza obligada

La respuesta fue positiva, y el dirigente se encargó de retirar los muebles, cuadros y trofeos que la institución se fue ganando durante su centenaria historia. "Tanto las copas como otros recuerdos quedaron muy bien resguardados", comenta Salazar, junto con admitir que debido a que son muchas copas, tuvieron que dejarlas en diferentes lugares. La idea es que cuando al fin pueda ser reinaugurado el estadio Sausalito, estos elementos sean parte importante del museo que se pretende instalar en el remozado recinto deportivo.

Sin embargo, legalmente los trofeos no pertenecen ni a la Corporación ni a la sociedad anónima, esto debido a que a comienzos de la década del "90 y frente a la amenaza de un embargo, el abogado Francisco Brain realizó una "tercería" de estos artículos (asegurar y demostrar que eran de su propiedad), para evitar que se perdieran.

Se descarta, en todo caso, que en el futuro exista algún inconveniente para que las copas puedan volver a estar todas juntas, ya que fue la propia Corporación la que se encargó de distribuirlas en lugares seguros.

Uno de ellos es la actual sede a la que se trasladó la entidad que lidera Salazar, una propiedad ubicada en calle Uno Norte 1555, que fue cedida por la sociedad anónima evertoniana en un suerte de convenio que también implica otros proyectos.

Y es que con el excedente del pago que se hizo de la deuda con la S.A., la Corporación planea construir un gimnasio para el funcionamiento de sus ramas deportivas en los terrenos municipales que tiene en concesión (todavía por 22 años más) y que se conocen como el complejo "Óscar Marín Socías".

"Claro que fue doloroso desprendernos de la sede de Viana 161, pero esto se resolvió en el 2008, cuando se reconoció la deuda, después de eso era muy poco lo que podía hacer", comenta Salazar, mientras que el abogado Alejandro Chaparro, asesor de la Corporación, coincide al sostener que "ese tema ya estaba oleado y sacramentado en un juicio ejecutivo, y cuando llegó la orden de desalojo también se buscó la mejor solución".

"En estos momentos estamos en Uno Norte, junto a la Mutual de exjugadores oro y cielo, no quisimos dejar la sede de Viana hasta que fuera necesario", complementa el timonel de la Corporación.

Óscar Padró, exdirigente evertoniano, también lamenta la pérdida de la sede, sobre todo porque él realizó numerosas gestiones para evitar su remate. Sin embargo, coincide en que el reconocimiento de la deuda por parte de directivas anteriores selló la suerte de la casona.

Además, reconoce la "tercería" que se realizó para salvar los muebles y copas, porque de lo contrario ni siquiera eso le quedaría a la historia de Everton. "Todo esto es muy lamentable, porque al final el club se quedó sin nada", afirma Padró.

Mientras, Salazar insiste en su lucha por volver a dotar de fuerza a la entidad que dirige, mejorar las instalaciones en Reñaca Alto y establecer convenios con Everton SAD.

La historia de la casona oro y cielo

La casona de Viana 161 fue la cuarta sede que tuvo Everton desde su fundación en el cerro Alegre de Valparaíso, en 1909. Cuando se instalaron en Viña del Mar se utilizó una vivienda ubicada en Dos Norte (entre Dos y Tres Poniente), para luego trasladarse a Etchevers 138. Desde ahí se cambiaron a una vivienda de la calle Valparaíso y en 1946 fue adquirida finalmente la casa que ahora pertenece a privados. Esta propiedad pertenecía al entonces director de El Mercurio de Valparaíso, Joaquín Lepeley, y fue comprada luego de una campaña en las que muchos socios colaboraron comprando bonos.

Carlos Salazar

Presidente Corporación Everton