Un gran golpe recibió el mundo actoral chileno, tras saberse la noticia que ayer el hombre de teatro, cine y televisión, Pablo Krögh, había perdido la batalla contra el cáncer de lengua que le fue detectado el año pasado. Los lamentos por su pérdida no se hicieron esperar y varios de sus colegas reaccionaron a través de mensajes publicados en Twitter.
El que tampoco estuvo ausente de los homenajes fue el ministro de Cultura, Roberto Ampuero, quien dijo que "es muy triste enterarse del fallecimiento de este talentoso artista. Pablo Krögh fue un gran actor que participó en importantes películas chilenas. Abrazamos a su familia y a la comunidad de actores que lo acompañarán en su despedida".
Estas muestras de cariño y reconocimiento se debe a que el intérprete se supo ganar el aprecio de sus compañeros por su rigor y entrega, tal como destacaron quienes trabajaron con él en las más diversas producciones audiovisuales, aunque su nombre para el público masivo nunca fue tan conocido. ¿La razón? Fue lo que los especialistas llaman el actor secundario clásico, es decir, el aporta la solidez interpretativa en el cual se basa el buen desempeño del resto del elenco.
Larga carrera
Nacido el 21 de febrero de 1963 en Santiago, Pablo Krögh primero estudió comunicación audiovisual, luego fotografía hasta que llegó a la Academia de Fernando González para aprender teatro. De allí egresó en 1986 para integrarse a producciones de televisión como "La Quintrala" y "Villa Nápolis" realizando pequeños papeles. Estuvo cerca de una década en esta labor, salvo una pequeña incursión en la cinta "Sussi".
En 1997 entraría de lleno al mundo del teatro con "Crónica de una muerte anunciada" y "La casa de Bernarda Alba", entre otras. En 2002 creó la compañía de teatro El Lunar donde dirigió y/o actuó en montajes como "Oficio de tinieblas" de Jorge Díaz, "Falso remake" de Benjamín Galemiri, "Extinción" de Íñigo Ramírez de Haro y "Sobremesa" de Sandra Cepeda.
En 2006 estrenó "El Quijote no existe", puesta en escena que le valió el reconocimiento de sus pares al llevarse el Altazor como mejor actor en teatro.
En paralelo tuvo una carrera en el cine, participando con personajes pequeños en películas como "Coronación", "Machuca", "Rojo la película", "El brindis", "Joven y alocada", "El circuito de Román" y "No", por nombrar algunas. Su primer protagónico, en todo caso, fue en 2008 cuando participó en "El cielo, la tierra y la lluvia", de José Luis Torres Leiva.
El ámbito de la televisión tampoco le fue ajeno, participando en teleseries como "Feroz" y "La doña", y en series como "Gen mishima", "Vida por vida" y "Prófugos".
Su gran año
Sin embargo, hubo un año especial en la carrera de Krögh. Fue el 2009, cuando tres de sus trabajos coincidieron en su estreno: la obra "El avión rojo", donde interpretaba a Marmaduke Grove, fundador del Partido Socialista; el telefilme "Monvoisin", en la que encarnaba al pintor francés radicado en Chile; y la película "Dawson, isla 10", donde personificó a José Tohá.
Este último fue un personaje importante para el actor, ya que según comentó a este Diario, "para mí él es un ser muy especial, porque es una persona a la cual yo admiro y me causa muchas sensaciones especiales interpretarlo".
Sobre la explosión mediática que tuvo en ese año, Pablo Krögh dijo en una entrevista a "La Tercera" que "no creo que sea el actor del momento. Lo que sí es que se trata de mi momento", asegurando de paso que esto era el resultado de que "he tenido la suerte de que mi trabajo ha gustado. Pero más allá de las modas, lo que más me reconforta es el reconocimiento de mis pares". Fueron precisamente sus colegas los que admiraron el trabajo realizado en el filme de Miguel Littin sobre los presos políticos en la isla magallánica, y que le volvieron a otorgar el Altazor a mejor actor de cine.
Las últimas apariciones del actor fue en la película "Gloria" y la serie "Bim Bam Bum", en la que personificaba a un coreógrafo, aunque tendrá dos debuts póstumos: las películas "Patagonia de los sueños" (Jorge López) y "Cirqo" de Orlando Lübbert.
Sus últimos meses
Si bien fue incansable en su trabajo, Pablo Krögh tuvo que parar todo el año pasado cuando se le detectó un cáncer a lengua y por el que fue operado en noviembre, cuando se le extirpó una parte del órgano. En diciembre de ese mismo año, sus amigos hicieron un acto a beneficio para así costear los 17 millones que costó la cirugía.
En los últimos 10 meses junto con someterse a rehabilitación, tuvo que enfrentar otras tres operaciones, y hasta ayer se mantenía estable recibiendo alimento por medio de una sonda estomacal. Esto le impedía trabajar y costear el tratamiento, por lo que sus amigos nuevamente se reunieron para hacer otro evento el que se desarrollará hoy en el Teatro Cariola. Los organizadores del mismo indicaron que de todas maneras se realizará: "Todo lo que se junte va a ir en beneficio de la familia y de los gastos fúnebres de Pablo", comentó Sandra Solimano, añadiendo que "ya no será una fonda, será un homenaje, pero lo despediremos como a él le hubiese gustado".
Sus restos están siendo velados en su domicilio y al cierre de esta edición se desconocían los detalles sobre su funeral.