Hace seis meses, la argentina Orden del Instituto del Verbo Encarnado, a la cual pertenece el sacerdote quilpueíno Rodrigo Miranda Cabrera, le ofreció retornar a Chile. La comunicación fue justo antes que estallaran los conflictos más violentos en Siria, que ya le han cobrado la vida a 110 mil personas desde 2011. Sin embargo, el religioso, fiel a su estilo, optó por continuar auxiliando a los heridos y entregando ayuda espiritual a sus fieles.
Así lo confirmó el diácono de la misma congregación fundada en 1984 en San Rafael, Pablo Pérez, quien dijo que el egresado del Seminario San Rafael fue destinado a Aleppo "donde está trabajando en plena guerra, en un sector que todavía lo mantiene el Gobierno, pero con ataques constantes de insurgentes, rebeldes".
Sobre la posibilidad de retorno, detalló que junto al sacerdote argentino David Fernández, con quien se encuentra Miranda, "se les ofreció hace un tiempo, cuando la guerra ya era inminente, cuando empezó el problema con los rebeldes, que decidieran ellos si seguían ahí o salían del país, y decidieron quedarse".
El motivo para mantenerse que en dicha ocasión entregó Miranda fue el poder seguir atendiendo a la gente que se iba a quedar. "Es una de las cosas que más les ha agradecido la gente del lugar".
Sobre la rutina del religioso, Pérez explicó que se aloja en el Obispado y atiende un hogar de ancianos ubicado al lado de la iglesia. Al mismo tiempo, realiza misas en la parroquia "y ahora están atendiendo a la gente que ha quedado herida con la guerra".
parroquia con daños
Incluso, comentó el diácono trasandino que la misma parroquia resultó con daños producto de una bomba que detonó en una plaza ubicada al frente del templo.
"(El templo) quedó muy destruido. No me acuerdo exactamente, pero esto fue hace un mes y medio o dos meses aproximadamente".
Fue en ese mismo ataque, continuó, que resultaron heridos parroquianos que habitualmente asisten a las misas que realiza Miranda.
Interrogado respecto de cuando el sacerdote debiera retornar a Chile, explicó Pérez que se trata de una decisión personal.
sigue en el destino
"En principio, los sacerdotes misioneros vuelven cada dos años por un mes para ver a la familia. Pero él tiene por destino Siria y, mientras no le cambien el destino, lo cual no está previsto por ahora, va a permanecer ahí", dijo y acotó que es el quilpueíno quien debe informar si desea volver por motivos de seguridad. "A ellos no se les obliga", prosiguió.
El diácono también comentó que su caso generó la preocupación de las autoridades nacionales, lo que se tradujo en que "hace dos días llamó (a la Orden) el embajador de Chile en Siria pidiendo el número de contacto con él".