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Tener una opinión objetiva de un amigo sería imposible

Percepción. Según un estudio, es difícil que una persona tenga una imagen negativa de alguien que le cae bien. No ocurre lo mismo con los extraños.
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Cuando alguien nos simpatiza, es "imposible" juzgarlo o evaluarlo de manera objetiva y es muy probable que tengamos una percepción positiva de esa persona incluso si ésta no se condice con la realidad. Esa fue la conclusión a la que llegó un estudio de la Universidad Tecnológica de Dresden, Alemania, que exploró cómo las personas evalúan el comportamiento de sí mismas, el de sus amistades y el de personas desconocidas.

El informe sugiere que juzgar con exactitud el comportamiento de los amigos es imposible porque las personas atribuyen cualidades positivas a la gente que les cae bien.

Según plantean los autores, la gente evalúa el comportamiento de sus amigos de manera más positiva que la forma en que lo hacen a personas extrañas, independientemente del desempeño real que tengan en diferentes situaciones.

"Al juzgar a las personas que ya conocemos, somos más o menos incapaces de ignorar las imágenes que de antemano tenemos de esas personas", señaló Daniel Leising, académico del plantel alemán, consignado por el diario británico "Daily Mail".

El nuevo estudio, publicado en Personality and Social Psychology Bulletin, examinó la forma en que las personas evalúan el comportamiento de sí mismas, el de sus amigos y el de personas desconocidas.

Leising resaltó que "éste es uno de los pocos estudios que han investigado la opinión en torno al comportamiento real de las personas".

Para desarrollar el estudio, Leising y sus colegas reclutaron a parejas de amigos, a los que pidieron describir sus personalidades, y varios días después los grabaron mientras participaban en situaciones desafiantes dentro del laboratorio. Las tareas solicitadas incluyeron preguntas de cultura general y un ejercicio de roles. Luego, los participantes, sus amigos y los extraños analizaron las grabaciones.

El informe destaca que la tendencia a idealizar a nuestros amigos podría actuar como un "adhesivo social" que incrementa la cohesión entre las personas.