power trío
Cualquiera esperaría un mejor producto del power trío conformado por Robert de Niro, Susan Sarandon y Diane Keaton, pero lo único que logran en "El gran casamiento", es devenir en una sentimental terna senior que podría haber dado más lumbre si el guión de esta comedia no estuviera tan lleno de clichés y personajes delineados como maquetas. Lo cierto es que servirá de antecedente que un puñado de actores experimentados no hace una buena película, ni siquiera con Robin Williams haciendo de cura irlandés.
La trama se desenvuelve en la hermosa Connecticut, región de Nueva Inglaterra, una zona que Hollywood tiende a capturar por sus hermosas casas con lagos y cisnes blancos, por seguir con el cliché. Robert de Niro y Diane Keaton son Don y Ellie, una pareja que tras veinte años de matrimonio y tres hijos se separa y vuelve a reunirse diez años después, para el casamiento del menor de la familia, Alejandro, quien fue adoptado y se empeña en invitar a su beata madre colombiana para que bendiga su unión. El problema es que Don y Ellie deben fingir que siguen casados para no decepcionarla y en este entramado Bebe, la actual mujer de Don (Susan Sarandon), debe permanecer oculta.
El enredo se complica según aparecen los otros personajes y sus cuitas: el hermano virgen a los 30 años, la hermana abogado con el matrimonio trizado y una maternidad pospuesta, secretos de alcoba e infidelidades develadas, que empiezan a caer como piezas de dominó cambiando la realidad familiar.
Por un lado, la cinta parece un largo vistazo a lo que cualquier catálogo de revista de novios ofrece; por el otro, el humor es de pincelada gruesa: vómitos explosivos, tocaditas por debajo de la mesa, chapuzones al agua, solitarios y en grupo, amagos de sexo oral y golpes por doquier que son recibidos mayormente por un Robert de Niro al que es mejor recordar en "Taxi driver", que como este señor con alguna sensibilidad artística y taller de escultura que se quiere pasar de listo.