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"No hay tiempo para ser humanos"

"La hierba florece de noche", fue el sugerente nombre de la entrevista que Cristián Warnken le hizo al filósofo Gastón Soublette ayer en el Teatro Condell.
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Con lapidaria frase "no hay tiempo para ser humanos", el filósofo y "activista de la no violencia", Gastón Soublette condujo a los asistentes a su charla a explorar los signos y síntomas del nuevo orden del mundo. Un Teatro Condell a toda capcaidad lo escuchó en profundo silencio.

"El desierto avanza….ay! del que en su alma alberga desierto", sostuvo el poeta y conductor del programa "Una belleza nueva" (La Red), Cristián Warnken. Lo de desierto eran palabras de Nietzche: ¿qué hay de cierto hoy en esa frase?

"Existen demostraciones claras de que el desierto avanza. Y lo más grave es que lo que más avanza es el desierto y empobrecimiento del espíritu", afirmó el maestro, quien reflexionó sobre cómo actualmente nos hemos despojado de toda trascendencia. Hoy -a su juicio- las poblaciones son una masa sin identidad: "Hemos terminado siendo esclavos de la tecnología. Ese empobrecimiento atroz de la vida, nos ha llevado a ese desierto".

Soublette usa la tecnología lo menos posible. No tiene celular, computador, ni internet; y tampoco sabe conducir un auto. Su visión crítica apunta a reconocer que debemos servirnos de los avances tecnológicos de forma sensata, sin dejar que nos dominen y llama a liberarnos de ellos.

"Es abismante pensar que hoy, la calidad de pueblo ha sido tremendamente erosionada y todo se reduce a los negocios y a los temas tecnológicos, siendo esta tecnología la que viene a llenar el enorme vacío actual en la cultura y las relaciones humanas", sentenció.

La crisis del consumo

La crisis del consumo

Gastón Soublette es músico, experto en filosofía oriental, amante del conocimiento popular y estudioso de la cultura de los pueblos originarios, especialmente del mundo mapuche. Este saber lo plasmó en "Sabiduría chilena de tradición oral" (Ediciones UC, 2009) y en "Rostro de hombre" (Ediciones UC, 2007). A sus 86 años, dicta clases en la Pontificia Universidad Católica, porque -para él- los jóvenes de ahrora son una gran esperanza.

"El hombre no se puede divorciar de los ritmos naturales, no puede vivir solo en los tiempos del reloj", comentó. Su visión surgió a partir del Confucianismo y el Taoísmo. Usó como referencia el milenario libro "Tao Te King" de Lao-Tsé.

En esa línea describió el estado del mundo, "a un paso del colapso". Para él el sistema en el que vivimos nos propone una forma de vida que nos desvincula con la naturaleza. El pensamiento diario no se conecta con el sentido o con las intuiciones profundas, sino que con el consumo. "Si tú te acostumbras a vivir en ese plano de conciencia, vas a postergar la naturaleza más profunda. Y si lo haces toda una vida, ya a los 50 años quedarás atrapado en ese mundo de lo intrascendente. Te habrás convertido en un perfecto consumidor. Si no cultivas la luz de tu corazón se apagará", afirmó.

Si hay algo original en la doctrina Taoísta -sigue Soublette- es que es la única que ha puesto en duda el aporte de los genios y superdotados en un pueblo. "Nos han acostumbrado a que ser genio es la última cuota del género humano. Yo les pregunto: ¿Jesucristo era un genio? No sabía nada de matemáticas, era un hombre sencillo, un carpintero. ¡Cuidado con seguir admirando la genialidad del superdotado! Esa es la advertencia que nos hace el Taoísmo", sentenció .

Tao significa sentido. El sentido es preexistente al hombre y es por el sentido que nacimos como seres humanos. Si la sabiduría del ojo es el intelecto, la sabiduría del corazón, ve y siente. Evidentemente, hoy se privilegia el intelecto, lo que ha ido atrofiando la sabiduría del corazón. "El corazón no miente a nadie, es el núcleo de lo que llamamos conciencia", apuntó el académico.

Oriundo de Antofagasta y amigo y discípulo de Violeta Parra, admite que fue ella quien le enseñó a conocer la sabiduría más ancestral. En su análisis sobre qué elementos conforman la cultura tradicional, sostuvo que esto incluye todo: las formas de vida, creencias, mitos, narraciones, formas de celebrar la vida, de festejar, la concepción del mundo, la cosmovisión, la concepción del más allá.

Esa sabiduría para Soublette es un conocimiento vivencial, no teórico, que le permite al hombre conocer el sentido de la vida. No es posible ignorar la sabiduría.

¿Todo tiempo pasado fue mejor? Según su visión, en el Chile de ayer, la sabiduría, la virtud y la creatividad eran los valores predominantes. Para él, hoy prima el consumo. La creatividad, que se manifiesta en el arte, literatura y en la ciencia, no es excluyente de estas expresiones, hay personas que tienen creatividad sin haber escrito un libro.

Según el filósofo "el pueblo chileno" ha perdido esta creatividad. Vivimos apremiados por necesidades que impone el sistema. Nos rige el materialismo y la pobreza espiritual". Para cambiar de ruta, Soublette convocó a los presentes a re-vincularse con la naturaleza y con la esencia de lo auténtico. Invitó a recomponer "el sentido trascendente de la vida".

"El hombre no se puede divorciar de los ritmos naturales, no puede vivir solo en los tiempos del reloj", fue uno de los mensajes de Soublette.