Desde hace tres años, los accidentes cerebrovasculares (ACV) se han transformado en la primera causa de muerte natural (sin contar accidentes) en nuestro país, superando a los infartos al miocardio. Y la Región de Valparaíso, en particular, tiene una de las tasas más altas del país, algo que los especialistas en salud pública atribuyen a una población que envejece aceleradamente y que además está altamente expuesta a factores de riesgo como hipertensión, diabetes, tabaquismo y colesterol alto.
"Para combatir esta patología es fundamental la prevención: tanto primaria, lo que supone principalmente dejar de fumar, controlar el peso corporal y mantener un estilo de vida saludable, como la secundaria, que consiste en un tratamiento con medicamentos específicos que se aplica a las personas que ya han tenido un episodio de ACV, y que por lo tanto enfrentan mayor riesgo de repetirlo", explica la doctora Lilian Acevedo, médico del Servicio de Neurología del Hospital Carlos van Buren y profesora asociada de la Escuela de Medicina de la Universidad de Valparaíso. Pero cuando esto no basta, y el accidente ocurre, es posible recurrir a un tratamiento denominado trombolisis endovenosa. Éste se aplica en los accidentes de tipo isquémico, que corresponden al 80 por ciento de los casos y que son causados por un coágulo que interrumpe el flujo de sangre a un área determinada del cerebro, provocando una muerte rápida y masiva de las neuronas.
Emergencia
La terapia consiste en la aplicación de un medicamento que disuelve el coágulo, permitiendo la circulación sanguínea y restaurando la irrigación de la zona afectada. Claro que este tratamiento es útil solo bajo ciertas condiciones: la más importante es que, para aplicarlo, hay una ventana de tiempo de apenas cuatro horas y media desde que se inician los síntomas del ACV, y de allí la importancia de la consulta y atención oportuna (ver recuadro).
"Los pacientes que pueden recibir el tratamiento son personas de entre 18 y 80 años, con lesiones que no sean extensas, lo que se determina mediante un escáner, y que no presenten caídas o golpes en los días previos, ni presión arterial descontrolada. Tampoco quienes estén con tratamiento anticoagulante, ni cirugías. Es una larga lista de exclusiones que obliga a evaluar exhaustivamente a cada paciente, pero lo más importante es la ventana de tiempo: en realidad se debe considerar un tiempo máximo de tres horas, porque se necesita a lo menos una hora y media de tiempo para completar los exámenes y determinar la llegada del neurólogo, en caso que este esté disponible, o la derivación a un centro externo que sea capaz de aplicar el tratamiento", señala la neuróloga Anita Olivos, profesora asociada de la Escuela de Medicina de la UV y que comanda un equipo de profesionales y técnicos del Hospital Carlos van Buren que ha logrado implementar la trombolisis de manera pionera en el sistema público de la Región de Valparaíso, pese a la falta de una unidad de tratamiento de ataque cerebrovascular (UTAC) -o "unidad de stroke"- propiamente tal, como las que existen en establecimientos privados de la zona o en algunos hospitales públicos de Santiago y Temuco, y que es una de las necesidades apremiantes del sistema público local.
Proyecto
A comienzos de año, explica la especialista, se elaboró un proyecto denominado "clave stroke", que ha permitido diagnosticar oportunamente estas emergencias y derivar a los pacientes a centros privados donde pudieron recibir la terapia endovenosa en el periodo adecuado. Para ello se ha contado con la colaboración de los equipos de urgencias, laboratorio clínico, esc áner y de otros neurólogos que han ayudado en la evaluación de los pacientes. La primera trombolisis en el propio hospital, en tanto, se realizó el 23 de agosto, en un hombre de 49 años que consultó dos horas después de la aparición de los síntomas, y que se recuperó rápidamente después de la terapia.
Unidad especializada
Por ahora, la posibilidad de aplicar la trombolisis está sujeta la posibilidad de los médicos del Servicio de Neurología de cubrir horarios dentro de sus actividades cotidianas, la disponibilidad de camas de emergencia, y a la sensibilidad y profesionalismo que han mostrado los equipos que trabajan en urgencia, desde médicos hasta personal del SAMU y auxiliares paramédicos. Sin embargo, resulta fundamental la implementación de una unidad especializada, que permita asegurar la disponibilidad permanente de una cama especializada y de un neurólogo de turno durante las 24 horas
"Esperamos poder disponer pronto de condiciones para ampliar la cobertura de acción, pero por ahora estos protocolos son de tipo piloto. Sólo tenemos un neurólogo disponible de lunes a viernes en horario hábil y tampoco tenemos camas aseguradas, por lo que dependemos de los traslados a otros centros en los horarios no hábiles, con el riesgo de no poder cumplir con los tiempos y que se pierda el momento de actuar efectivamente", advierte la doctora Olivos, explicando que la implementación de una unidad de stroke no solo tendría impacto en los pacientes que necesitan este tipo de terapia de emergencia, sino que beneficiaría también a aquellos casos de ACV que no pueden recibir trombolisis o que sufren un ACV de tipo hemorrágico.
Atención de urgencia
Las señales más evidentes de la ocurrencia de un ACV son síntomas de debilidad de un hemisferio o mitad del cuerpo, dificultad para hablar o asimetría facial. Quienes padecen alguno o todos estos síntomas deben consultar cuanto antes en un servicio de urgencia (SAPU) o en la unidad de emergencia adultos, ya sea en forma directa o bien telefónicamente al 131 (SAMU), donde lo interrogarán sobre el momento en que comenzaron sus síntomas. Si se encuentra dentro de las primeras cuatro horas y media desde el inicio se le dará prioridad para trasladarlo a la Unidad de Emergencia Adultos, donde será evaluado y, si procede, se activará el alerta de stroke. "Estos síntomas se manifiestan siempre de manera brusca o repentina, y que suelen focalizarse en una zona específica o en una mitad del cuerpo. No es una enfermedad que se vaya a manifestar lentamente", señala el doctor Irving Santos, del Servicio de Neurología del Hospital Carlos van Buren y académico de la Escuela de Medicina de la UV.
"Cuando se presentan los síntomas de un ACV se debe consultar a un SAPU o a la unidad de urgencias, pues hay una ventana de 4 horas y media para actuar efectivamente".
Dra. Anita Olivos,
académica UV.