"Se ha creado un círculo perverso en mi contra"
Solo una semana le duró la ilusión de recuperar su libertad al exrector de la Universidad del Mar, Héctor Zúñiga. El 8° Juzgado de Garantía de Santiago había revocado el 5 de noviembre el arresto domiciliario total que cumplía desde febrero. Sin embargo, el miércoles pasado tal resolución fue anulada por la Corte de Apelaciones de Santiago, por lo que el imputado deberá mantenerse recluido en su hogar de Reñaca mientras se desarrolla la investigación en su contra.
El caso se abrió por las presuntas irregularidades en el proceso de acreditación que incluiría pagos por validar a la casa de estudios. Así, la Fiscalía lo acusa por los delitos de soborno, lavado de activos, cohecho, negociación incompatible y revelación de secreto.
Manteniendo la elocuencia que ha demostrado durante el proceso, Zúñiga respondió a las preguntas de "El Mercurio de Valparaíso".
- ¿Qué piensa acerca de la decisión de la Corte de mantenerlo con arresto domiciliario?
- No me voy a referir específicamente a la decisión de la Corte de Apelaciones que solo corresponde acatar, pero sí expresar mi impotencia frente al sistema de procesamiento penal en su conjunto, que en mi caso particular ha redundado en una falta de tratamiento igualitario frente a la ley.
Nadie puede entender que por una parte desde hace seis meses al rector de la otra universidad formalizada y desde hace tres semanas a don Eugenio Díaz, se les haya levantado a ambos el arresto domiciliario y yo tenga que permanecer en arresto, aun cuando formalmente pesan menos cargos y existen antecedentes menos verosímiles en mi situación investigativa.
A mi parecer, esto obedece a que se ha creado un círculo perverso en mi contra. Partiendo de acusaciones irresponsables se crea un ambiente desfavorable y la Fiscalía inicia su tarea con un antecedente mediático negativo potente. Luego los medios menos serios y las redes sociales hacen escarnio público, mezclando situaciones y abordándolas con evidentes prejuicios y desconocimiento. Nadie explica que estoy procesado solo por ser "sospechoso" de supuesto soborno y lavado de activos, ambos cargos fundados en el mismo único hecho: haber firmado un contrato de asesoría que iba en beneficio de los alumnos pues pretendía mejorar las carreras y las condiciones acreditables facilitándoles el acceso al crédito CAE. Nadie se imagina que el supuesto delito de lavado de activos solo se sustenta en haber contratado y pagado a la empresa de Díaz el servicio prestado y no haberlo hecho directamente a él, modalidad que, según consta en los antecedentes ejecutaron, también otras tres universidades que no están aún formalizadas (lo habrían hecho). Frente a la confusión que se produce con la mención de lavado de dinero y de monsergas y eslóganes de quienes se esperaría prudencia, los estudiantes y otras personas afectadas por el cierre de ella imaginan que se trata de mal uso de dinero de la universidad y, por tanto, mi persona pasa a ser para ellos la causante de su desgracia, no obstante que todo el tema del cierre me es totalmente ajeno y es posterior a mi rectoría. Sus juicios en las redes sociales y el circo mediático que se produce generan a su vez una presión colectiva ante la justicia y se termina conectando la tragedia de 18 mil estudiantes con el análisis procesal del exrector como si el supuesto soborno fuera la causal de la desdicha de tantos estudiantes.
- ¿De qué manera impacta concretamente el que se mantenga en arresto domiciliario y no poder salir de su hogar?
- Imagínese que he cumplido prácticamente un año privado de libertad, con todo lo que ello significa, desatendiendo mis asuntos personales, impidiéndome acceder a ganarme el sustento con tres hijos estudiando, postergando atención de tratamiento odontológico y de salud a los 72 años. Todo ello por ser solamente sospechoso porque aún no se inicia el juicio.
Por otra parte, quedarme preso en esta casa es facilitar el trabajo de quienes nos asaltan y dañan la casa sin que la Fiscalía actúe con el mismo empeño.
- ¿Qué tan afectado se siente?
- En verdad, tengo mucha paz interna y eso me permite soportar esto. La incomprensión pública a uno lo fortalece. En todo caso, siempre Dios da la oportunidad de encontrarse también con hechos que lo reconfortan. Fíjese que en estos cinco días de libertad una madre se me acercó para agradecerme porque su hija médico de la Universidad del Mar estaba especializándose en pediatría y su hijo también médico trabajaba en el hospital de la Universidad de Chile y se iba a especializar en cardiología. Recordaba con mucho cariño cómo la habíamos ayudado económicamente para que se recibieran sus hijos y cómo nos habíamos esforzado para sortear los problemas de discriminación de nuestros alumnos para acceder a los campos clínicos del servicio público. Me dijo: "Mi hijo me reconoció que la Universidad del Mar era una buena universidad".
"Los medios menos serios y las redes sociales hacen escarnio público, mezclando situaciones y abordándolas con evidentes prejuicios y desconocimiento"
"Quedarme preso en esta casa es facilitar el trabajo de quienes nos asaltan y dañan la casa sin que la Fiscalía actúe con el mismo empeño"