Cartas al Director
Vieja política
Muchos despertaron siendo noveles diputados, nada más y nada menos que gracias a la "ayudita" que les brindo la "vieja política", a la que hace un tiempo desde las calles le daban "como bombo en fiesta", pero como es natural, todo favor concedido exige pagar las respectivas mandas. Muchachos, ¡bienvenidos a la vieja política! De seguro ya se dieron cuenta que en el fondo no es tan inoperante, ¿no es cierto?
Luis Enrique Soler Milla
Camino
El Presidente Sebastián Piñera al poco tiempo de asumir como primer Mandatario cometió su primer grave error, saltarse la institucionalidad al impedir en forma arbitraria y caprichosa que siguiera adelante la central a carbón de Barrancones. La izquierda se dio cuenta que lo podía triturar con marchas en la calle. Los caprichos siguieron, una reforma tributaria absolutamente innecesaria desancló peligrosamente el impuesto de primera categoría, extendió el post natal a 6 meses afectando a la mujer, entregó innecesarios y populistas bonos, etc.
Se critica justificadamente el gasto y el populismo del programa de Bachelet, pero fueron los políticos de nuestro sector los que les mostraron el camino e iniciaron ese peligroso juego que pone en riesgo lo que tanto nos ha costado construir.
Que no se quejen ahora. Trabajen en ofrecer una alternativa que logre reencantar a la sociedad, un programa de gobierno que defienda lo que tan bien nos ha funcionado, la libertad y el libre mercado.
Ricardo López Bisquertt
Horvath
Considerando los 10 puntos logrados por la candidatura de Franco Parisi, parece lo más cuerdo que el comando de Evelyn Matthei convenga pronto con el senador Antonio Horvath su incorporación a éste.
Miguel Huerta Marín
Segunda vuelta
¿Qué tan "mayoría-mayoría" ha obtenido esta "Concertación+PC" comparada con la conformación congresal habida durante el gobierno de Bachelet, como para lograr ahora, en una eventual repetición de plato en La Moneda de doña Michelle, lo que antes no, tanto en el plano político, económico y social?
Tras el pronunciamiento de la mitad de la muy heterogénea familia de la señora Juanita -padrón electoral 2013: 13.573.143, votamos 6.691.840 (49,30%) y se abstuvieron 6.881.303 (50,69%)-, no va resultar "fácil y bonito" a quien corresponda dirigir nuestro destino en los próximos cuatro años, sea Bachelet o Matthei.
En los próximos días deberíamos ver y escuchar de cada una las verdaderas propuestas de gobierno -"mejoradas" por las circunstancias- y la respuesta a la pregunta: ¿Qué habría hecho y qué haría en caso de?, que no se dio en los pasados debates. ¿Descalificaciones? Mal camino.
Jorge Saavedra Moena
Sociedad de deberes
Los movimientos sociales han puesto en evidencia la necesidad de construir nuevas estructuras políticas, económicas y jurídicas en torno a educación, vivienda, salud, trabajo y previsión.
Estos aspectos, que serán debatidos en el Congreso Nacional a partir de 2014, requieren por otro lado una reflexión ciudadana y social que en conjunto nos lleven al desarrollo de una sociedad de derechos y deberes.
Sin embargo, en lo que respecta a los deberes, la sociedad nacional actual muestra signos de debilidad. Por ejemplo, y en la medida de darse una educación pública, gratuita y de calidad, es imperioso construir la dinámica clásica de que para acceder a ella se deban tener requisitos mínimos, tales como el respeto por el docente y la disciplina académica, sin necesidad de caer en los autoritarismos tan fuertemente criticados a partir de los años sesenta por una cierta filosofía de la autonomía.
German Soto Droguett
Descontento y abstención
El ganador de la elección del año 2013 fue la abstención. Por ello los políticos de diferentes tiendas no debieran celebrar, pues se ha señalado indiscutiblemente un rechazo contundente a su accionar.
Hay descontento. Fuera del incumplimiento de promesas, existe nepotismo en la inclusión de candidatos, cuyo único mérito es el parentesco. Asimismo, existe un gran número de parlamentarios representando regiones donde nunca han residido y poco deben conocer de sus problemas o aspiraciones.
En consecuencia, existe la impresión que en Chile existen las siguientes clases sociales a saber: la clase política; la clase alta, la clase media acomodada; la clase media y los pobres.
Si se pretende obtener una mayor aprobación de la ciudadanía se deben ofrecer soluciones reales a los problemas de ella, terminar con los ataques y descalificaciones y, a lo menos, mejorar el acceso a la salud y educación de la masa más desposeída.
Jorge Costa Colom