Secciones

La amistosa rivalidad entre Subiela y Lecchi

Cine. Los directores argentinos se conocen desde hace años y ahora compiten por el Paoa a mejor largometraje latinoamericano.
E-mail Compartir

Apenas se ven, Eliseo Subiela y Alberto Lecchi se saludan afectuosamente. Los realizadores argentinos se conocen desde hace décadas, a pesar de los 10 años de vida que los separan, y eso ha forjado lazos importantes. "Él nunca lo dice, pero yo fui su asistente", comenta el realizador de "El juego de Arcibel", a lo que Subiela responde con un sorprendido "¿cuándo?". "En una publicidad", responde; a lo que su colega retruca con cierto alivio: "Ah en una publicidad, pensé que lo había olvidado", provocando la risa de ambos y la tónica que marca la conversación.

El encuentro entre ellos -que ya están convertidos en reconocidos directores latinos- se da en esta versión del Festival Internacional de Cine de Viña del Mar porque están participando en la categoría Latinoamericana de Largometrajes con los títulos "Paisajes devorados" (Subiela) y "Sola contigo" (Lecchi).

"Yo ni sabía que estaba en competencia. Me enteré cuando llegué acá", confiesa el director de "El hombre mirando al sudeste". Su compañero, en tanto, tampoco le da mucha importancia a la lucha por el Paoa, pues "si me dicen vamos a mostrar le película a Viña, digo "que bueno, voy a Viña". Pero es el afecto el que me hace venir, ya que si me dicen "ven a Viña, pero no compitas", vengo igual", aunque aclara que "por supuesto que uno quiere ganar, y si pierdo prefiero perder con este señor y no con otro". "Yo estoy de acuerdo. Así que desmiento la foto", bromea Subiela.

Una larga historia

Pero ¿a qué se debe el cariño que sienten por el certamen? Para ello hay que retroceder varios años, por lo menos en el caso de Eliseo Subiela, pues como él mismo dice, "yo soy parte de la prehistoria del Festival". Esto, porque en 1965 el director José Martínez Suárez trajo su corto "Un largo silencio" para que compitiera en el III Festival Internacional de Cine Aficionado, el que había filmado dos años antes con solo 19 años. "Yo no tenía idea de festivales ni de este festival", recuerda.

Sin embargo, esta participación lo marcó, ya que ganó el primer lugar de la competencia llevándose el Gran Paoa -que todavía conserva-, y US$ 200, que era el costo de la película. "Mi padre fue el que me prestó el dinero, entonces se lo pude devolver y decirle "ves que es negocio"", rememora con cierta ironía debido a las dificultades que tanto él como otros colegas tienen para conseguir recursos. Y no es el único momento clave, ya que también participó en la mítica edición de 1967, y en otros varios certámenes. Incluso en 2011 se le rindió un homenaje.

"Por eso me parecía natural que Viña invitara una película mía", reconoce, agregando que "suena un poco demagógico, pero el premio es que me inviten a la ciudad un ratito otra vez, porque me trae muchos recuerdos, muchos fantasmas, pero es un Festival muy querido e importante en mi vida y mi carrera".

La relación de Lecchi es más contemporánea, pues se inició en 2000, cuando compitió con "Nueces para el amor". "El Festival estaba muy fuerte todavía, porque después tuvo una época en que parece que cayó, y había películas muy importantes como la de Francisco Lombardi ("Pantaleón y las visitadoras"). Entonces yo no esperaba ganar y de golpe me llevé dos premios", rememora sobre los Paoa a mejor película y actriz protagónica para Ariadna Gil.

Esa película, que tuvo muy buena recepción en Chile, le permitió conseguir dos productores nacionales asociados para su filme "El juego de Arcibel" (Alex Doll y Edgardo Viereck); y volver a Viña en 2006 con "Una estrella y dos cafés", la cual también fue premiada. Dos años más tarde participó como jurado y fue el encargado de inaugurar el certamen con su obra "El frasco".

Por eso sostiene que aceptar las invitaciones a participar en el Festival están guiadas por el afecto . Lo que le parece importante de esta edición en particular es tener la posibilidad de mostrar no solo su producción, sino las que se están haciendo en Latinoamérica. "Qué bueno que está la película de Eliseo, qué bueno que hay películas buenas como para que el Festival siga teniendo fuerza. Latinoamérica cada vez está más caída a nivel cinematográfico, nos cuesta más mostrar nuestras películas y llevar gente a los cines. Entonces, al ver que un Festival se mantiene fuerte me parece que es algo que nos da la posibilidad de ver películas, de que la gente se entere de que hay otro cine", refiriéndose a la gran cantidad de producciones hollywoodenses que se toman las salas.

Sus propuestas

En cuanto a la competencia en sí, Subiela participa con un falso documental que muestra la historia de tres jóvenes que desarrollan una película sobre un presunto director de cine que reside a la sombra de un psiquiátrico de Buenos Aires, y que puede ser el mismo que desapareció después del caso no resuelto de una actriz asesinada en los 60.

"Yo he tenido, sobre todo en la últimas filmaciones, la fantasía de pensar cuándo el equipo se da cuenta que un director se volvió loco. Que no es un director raro o caprichoso, sino que simplemente te volviste loco. En base a eso, entre otras cosas, surgió la idea de hacer esta película", comenta el realizador que por primera vez en su trayectoria la grabó con una cámara fotográfica: una Cannon 5D.

"No tenía otra manera de filmar", confidencia. "La hice prácticamente sin dinero con un equipo integrado por estudiantes y egresados de mi escuela de cine. Fue una experiencia rejuvenecedora", manifiesta, agregando que no le importa qué deba hacer para rodar, porque "yo lo que no acepto es no filmar. Filmo con lo que sea, terminaré haciendo sombras chinas, no sé, pero nadie me para".

Lecchi asiente con la cabeza, porque para él estar haciendo cine también es una necesidad. Incluso dice que "yo hago bastante televisión, en general vivo de la tele, y me gasto la plata que gano haciendo películas", porque "uno tiene polenta para seguir porque es lo que nos gusta, hay que estar un poco loco para eso".

producción

Respecto a la producción que se presenta, dice que es "la historia de una mujer que aparenta ser fuerte, pero en realidad es muy vulnerable y está atravesando una crisis muy particular con las ganas de recuperar a sus hijas de las cuales ha perdido la tenencia. En el transcurso, recibe un mensaje que la amenaza de muerte, y esto me permite contar la historia desde un thriller donde se puede descubrir todo su pasado, su vida hasta un final que no lo vamos a decir, pero que me parece potente, llamativo".

En su elenco cuenta con una vieja conocida, como es Ariadna Gil, y el chileno Gonzalo Valenzuela, al que dirigió en televisión y que consideró que era el actor perfecto para el rol que le asignó. "La tele te da esa posibilidad de trabajar con muchísimos actores, ir conociéndolos y que ellos sepan tus histerias. Lo que me parece buenísimo, ya que no te miran tan mal cuando uno se vuelve loco, por lo que cuando vas a hacer la película y tienes que formar el elenco, los nombres se te vienen a la cabeza", sostiene.

De repente ambos, casi como si estuvieran solos, saltan a otro tema. "Ayer en una mesa, tú ya no estabas, contaba que hay tres escenas de películas argentinas que yo siempre las recuerdo, y digo "qué lindo sería que un día pudiese tener una escena como esa en una película mía". Una de ellas es una película tuya", le confiesa Lecchi a Subiela. "¿Cuál?", pregunta su interlocutor, "la de Leo (Sbaraglia) y Darío (Grandinetti) en el bar de Flores". "Uy "No te mueras sin decirme a dónde vas" acota Subiela, y siguen hablando dejando de manifiesto la gran admiración que siente el realizador de "Sola contigo". La razón es simple: "Él fue uno de mis maestros", concluye.

"Suena un poco demagógico, pero el premio es que me inviten a la ciudad un ratito otra vez, porque me trae muchos recuerdos"

Eliseo Subiela

"Por supuesto que uno quiere ganar, y si pierdo, prefiero perder con este señor y no con otro"

Alberto Lecchi

(Continúa en página 38)

Subiela

"Paisajes devorados" La película tiene como protagonista a Fernando Birri, un realizador y teórico argentino, conocido como el padre del Nuevo Cine Latinoamericano. Tiene 88 años y su última película es de 2011.

Lecchi

"Sola contigo" La cinta ya fue estrenada en España (en julio) y Argentina hace dos semanas. Junto a Valenzuela y Gil cuenta con las actuaciones de Leo Sbaraglia, Antonio Birabent y Sabrina Garciarena.