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Los descuentos intentan mejorar las ventas en Portugal

herramienta. La crisis en el país luso hizo que las ofertas incentiven el consumo doméstico.
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Con los niveles de consumo por los suelos debido a la grave crisis económica, la moda de los descuentos y las promociones arrasa en los supermercados de Portugal y llevó a cambiar de política a empresas reacias a este tipo de recursos.

Talones, tarjetas de fidelización, rebajas del 50% o dos por el precio de uno. Las vitrinas de las principales cadenas de distribución están copadas desde hace meses por carteles con descuentos en un intento por seguir atrayendo clientes y no perder cuota de mercado.

En declaraciones a la agencia EFE, la directora general de la Asociación Portuguesa de Empresas de Distribución (APED), Ana Isabel Trigo Morais, confirmó esta tendencia y reconoció que por la recesión y el aumento del desempleo, a las compañías del sector "no les ha quedado otra opción" que sumarse para compensar el descenso del consumo.

Las compras de las familias se redujeron en el país más de 9% en los últimos cinco años -lo que equivale a cerca de 15.000 millones de euros-, muy por encima de la contracción de su economía, que fue del 5,7%. El consumo privado supone en Portugal el 67% de su PIB, según estadísticas oficiales, y es su principal componente. Ejemplo de este cambio "obligado" es la cadena Pingo Doce, que ofreció el 1 de mayo de 2012 una rebaja de 50% para todos los clientes con compras superiores a 100 euros.

El delicado equilibrio del consumo

El desplome del gasto de las familias lusas en comparación con la destrucción de su economía es superior al registrado en los otros dos países rescatados por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI): Irlanda y Grecia. En este contexto, "el precio se ha convertido en el criterio decisivo a la hora de realizar las compras, muy por encima del resto", según la representante de las empresas de distribución.