Omar Labruna se mostró bastante conforme con el rendimiento mostrado por el equipo ante Cobreloa y por el hecho de haber logrado la primera victoria de Everton en Calama por torneos oficiales en Primera División. Sin embargo, el entrenador asegura que todavía hay bastante trabajo por hacer.

De hecho, el argentino sostiene que en estos momentos la prioridad es sumar el máximo de puntaje para no sufrir con el promedio de descenso el próximo año. Después de la pretemporada que se viene para el 10 de diciembre en Mantagua y del arribo de los cuatro refuerzos permitidos se podrá pensar en darle una fisonomía de juego definitiva al grupo.

"Creo que todavía estamos lejos de lo que uno pretende para el equipo, aunque estos resultados son importantes, luego de que hagamos un trabajo muy intenso y tengamos mayores variantes en ofensiva podríamos ver otros resultados", comenta, junto con advertir que el resultado ante los loínos fue justo.

"Más allá de los goles que convertimos tuvimos dos o tres opciones más para haber marcado... lo que más me dejó conforme del partido del domingo fue el ordenamiento que tuvimos y que supimos, en el primer tiempo, achicar los espacios de Cobreloa, y en el segundo aprovechamos que ellos bajaron el ritmo", analizó el estratega que ya piensa en el duelo que se viene (domingo, 18:30 horas) en Chillán contra un Ñublense que goleó en La Cisterna a Palestino.

"Después del partido contra Católica tuvimos dos semanas para preparar muy bien el compromiso en Calama y se asimilaron varias ideas, ahora nos toca contra un equipo que también se ha visto muy bien desde que cambió de técnico", adelantó Labruna.

"Es un cuadro que de tres cuartos de cancha hacia adelante es bastante peligroso, pero esperamos sacar este desafío adelante... puede ser que el triunfo ante Cobreloa nos indique el camino de lo que resta de campeonato", afirma, reiterando que lo único importante es este final de torneo es sacar el máximo de puntaje posible.

optimista

El adiestrador es optimista, porque ante los naranjas vio que los ingresados Nicolás Freitas y Diego Barrios cumplieron una buena labor, considerando que eran dos de los elementos que venían saliendo de lesiones. Lo mismo que con el volante central Fernando Saavedra, titular ante los nortinos.

Además, sobre la conquista conseguida por el también retornado delantero Luis Alfredo Vila, el técnico se mostró conforme por la confianza que le dio al jugador, pero reiteró que la falta de finiquito fue uno de los factores que en este certamen conspiraron contra las pretensiones de los oro y cielo.

"Lo he visto muy bien (a Vila) y ojalá que este sea el envión anímico que varios jugadores más estaban esperando", desmenuzó el DT.

Finalmente, sobre el arribo de las incorporaciones, Labruna aseguró que ese tema está en manos de los dirigentes, pero insiste en la necesidad de contar con piezas "importantes".

"Esas cosas las está trabajando el presidente", dijo, sin esconder que hoy tiene un plantel muy corto, por lo que todavía no sabe cuántos jugadores dejarán el plantel al término del campeonato. "Eso se analizará más adelante, probablemente después del último partido contra Huachipato, todavía estamos evaluando", cerró.

"Lo que más me dejó conforme fue el ordenamiento que tuvimos y que supimos, en el primer tiempo, achicar los espacios de Cobreloa"

Omar Labruna

Técnico de Everton

¿Refuerzos?: los siguen esperando

Juan Pablo Salgado, presidente de Everton, hasta ayer no tenía novedades respecto del arribo de los refuerzos, ya que se sigue esperando que Lanús vise el préstamo de Leandro Nicolás Díaz. El directivo se reunía anoche con Labruna para comenzar a descartar opciones y ver quiénes son las cartas que tienen más a la mano. ¿Cuántos se van? Aparte de Juan Carlos Lescano, Salgado no lo tiene claro aún, ya que se espera un informe del entrenador cuando finalice el Apertura. Por ahora los únicos que terminan contrato son Rober Servín y Diego Barrios, aunque el ariete paraguayo podría ser renovado si así lo decide el DT.

Carlos Fernández Erices es especialista en pruebas de largo aliento. Y en cada aniversario de Gendarmería de Chile sorprende con alguna nueva travesía que parecería imposible para el común de los mortales. Hoy, cuando la institución en que trabaja se apresta a celebrar 83 años de existencia, el "Gendarme de Acero" iniciará el desafío de unir trotando las unidades penitenciarias de San Antonio y Valparaíso.

Serán 108 kilómetros los que deberá recorrer en una prueba que además tendrá la característica de ser nocturna. Comenzará a las 22 horas de hoy y se estima que finalizará pasadas las 10 horas de mañana miércoles.

"Lo más complicado será correr por carreteras inestables, donde hay pequeños obstáculos como piedras y vidrios que la oscuridad no permite esquivar", dice el deportista de 38 años de edad, aclarando que "además, el sueño, el frío y la deshidratación serán mis principales enemigos".

Como buen gendarme, Carlos Fernández Erices asume que correr de noche es como "trabajar en un turno donde no puedo quedarme dormido. El sueño es el peor bandido y tengo que estar siempre alerta. Será como volver en el tiempo cuando prestaba servicio en los hospitales".

El "Gendarme de Acero" largará de San Antonio a las 22 horas y en su recorrido pretende pasar por la Penitenciaría de Casablanca y el Complejo Penitenciario de Valparaíso. La carrera no terminará ahí, pues luego se dirigirá a la Corte de Apelaciones de Valparaíso, lugar donde está destinado actualmente. Ahí será recibido por las autoridades e incluso se espera que la Armada dispare un "cañonazo" en su honor en la plaza Sotomayor y los Bomberos enciendan sus sirenas.

La travesía además será grabada, pues se está filmando un documental institucional con la carrera deportiva de Fernández Erices.

Con la "sombra" de Bruno Bernal

El año pasado, Bruno Bernal acompañó a Carlos Fernández en una travesía que unió Quintero y el faro Punta de Ángeles de Valparaíso. Hoy, el veterano atleta volverá a acompañarlo, a bordo de un vehículo que escoltará sus pasos. "Él me motiva a hacer esas cosas, aunque al principio siempre me dice que no voy a poder, que estoy loco, pero al final siempre me termina apoyando y acompañando", cuenta el gendarme respecto a su relación con Bernal. "Me apoya porque lo que hago son metas que él no cumplió, entonces le gusta que alguien las haga", asegura.