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"Espero estar ya en enero de pie y caminando"

Quilpué. César Barriga, el séptimo sobreviviente al virus de la rabia en los últimos 20 años en el mundo, retornó a su hogar tras casi cuatro meses hospitalizado. Precisó que siempre se mantuvo positivo.
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"Me han dicho que después de seis meses voy a estar en mi ciento por ciento, pero espero estar en enero de pie y caminando". Con este optimismo, el mismo que le permitió luchar por su vida durante casi cuatro meses, el joven César Barriga (25), quien el 17 de julio fue mordido por tres perros en la Plaza Vieja de Quilpué mientras esperaba en un disco pare en su moto y que terminó contagiado con el virus de la rabia, contó ayer su experiencia tras ser dado de alta en el hospital Gustavo Fricke de Viña del Mar y reflexionó sobre lo vivido.

Del día que fue atacado por los perros precisó que los había visto antes en la plaza. "Hay dos discos pare, yo siempre frenaba y avanzaba en la motocicleta y los perros me ladraban en el segundo disco y después se iban, pero estos perros, que nunca había visto, se quedaron. Uno me mordió una pierna, el otro la otra pierna y el tercero saltó y me mordió la chaqueta".

Y agregó que sintió un poco de miedo cuando las piernas le comenzaron a arder. "Le pedí a mi mamá que me llevara a la clínica para que me revisaran, se dieron cuenta que en la pierna derecha entró el colmillo (del perro). De hecho, me quedó una marquita de recuerdo...".

PACIENTE Y LUCHADOR

Tras recibir la primera dosis de vacuna antirrábica en la Clínica Los Carrera se le indicó que debía continuar el tratamiento (5 dosis en total) en el consultorio más cercano, donde le dijeron que de acuerdo con el protocolo que regía en aquel entonces, su caso no aplicaba porque se consideraba que había provocado a los perros con el ruido de la moto.

Luego de ello, dijo, "me fui a dormir a mi casa y después desperté en el hospital sin mover nada, excepto los ojos, sin saber lo que había pasado después de dos meses y me dijeron: tuviste rabia y fuiste uno de los pocos sobrevivientes".

Tras el impacto de la noticia, César -quien nunca había estado enfermo ni internado-contó que luego de que los médicos le explicaron la situación "me fui tranquilizando y poniendo las cosas en orden; sabía que tenía que poner de mi parte para salir adelante. Traté de orientarme en el espacio-tiempo y siempre pedía que me dijeran la hora y pedía un calendario".

"Siempre he tenido un buen espíritu de lucha y pensaba que tenía que estar caminando antes de enero. Ese era mi pensamiento y lo sigue siendo. Además, me comentaron que la rabia tenía dos opciones: o sobrevivir o morir y al sobrevivir sabía que lo más peligroso ya había pasado y que más que nada me quedaban las secuelas de los medicamentos, escaras, mi falta de musculatura, pero con harta energía, positivismo y fuerza".

César se emocionó al relatar que el hecho de aferrarse y pensar en su familia le dio fuerzas durante su hospitalización. "Para mí la familia es muy importante y me cayeron mis lágrimas cuando los vi al despertar (del coma). Si hasta la misma palabra familia la tengo tatuada y mi mamá fue súper importante".

SU FUTURO

"Ahora -acotó el joven- estoy feliz de poder saber que me voy a mi casa después de casi cuatro meses; esperando, aunque suene ilógico, ir a ver a mis perros, mi moto, mi casa y mi ciudad".

Sobre su visión de la vida tras este episodio, el joven sostuvo que "siempre he valorado mi vida y he sido positivo, ver el vaso siempre medio lleno y no medio vacío, para poder tener más energía".

No obstante ello, estaba consciente de la gravedad de su caso. "Pensé que tuve un alto porcentaje de muerte, pero sobreviví gracias a la ayuda de los doctores, del personal del hospital, de los medicamentos, de mi familia y uno que te ayuda de otro lado...".

En cuanto a su condición actual, César detalló que recuperó la fuerza y el movimiento de sus brazos, el control del tronco y que "las piernas, desde la rodilla hasta el tobillo, las siento táctilmente, me falta recuperar la movilidad de los dedos de los pies".

Sobre el impacto que su caso causó a nivel mundial, por ser el séptimo sobreviviente al virus de la rabia en los últimos 20 años en el mundo, el joven comentó con humor que "al principio me impresioné mucho cuando un amigo me dijo que faltaba que apareciera en Wikipedia. Incluso gente de México me mandó saludos, fuerza y oraciones".

En tal sentido, relató que muchas personas, a través de las redes sociales, veían su caso como un milagro de Dios. "Yo no era ciento por ciento creyente, pero con esto he pensado que la ayuda de arriba viene igual, no puedo quedarme a ojos cerrados y decir que no, pero también soy bien científico para mis cosas y sé que la ayuda de los doctores, del hospital, de los medicamente, de los que vinieron de afuera (doctor Rodney Willoughby de Estados Unidos) fueron un aporte".

"MUCHA FE EN DIOS"

Y aunque vivió un proceso duro tras ver el deterioro de su hijo tras verificarse el contagio con la rabia, la madre de César, Claudia Torrejón afirmó que ella sabía que su hijo era un luchador y que se aferró a su fe católica. "Con fe, mucha fe en Dios", dijo, enfrentó el desalentador diagnóstico.

"Le pedí mucho a Dios que guiara a César, para que siguiera adelante. Nunca perdí la esperanza. Fui bien firme desde el principio. Algunos lloraban a mi alrededor porque me habían dicho que iba a ser letal (la enfermedad), pero yo dije no: a mi hijo lo tengo que acompañar y darle fuerzas internas. Creo en esa fuerza que uno tiene como mamá para transmitirla en el momento preciso y creo que inconscientemente se lo hice saber a mi hijo, que tenía que luchar".

Para Claudia Torrejón, la recuperación de su hijo es un milagro, "pero un milagro se produce cuando va a las manos, en este caso, de las personas más cercanas, como son los médicos para poder ayudarlo. Es todo un conjunto, porque si solo fuera un milagro y no actuara la gente, a lo mejor César podría haber muerto", sentenció y agradeció toda la ayuda del hospital.

"Estoy feliz, porque mi hijo podrá seguir luchando para poder caminar solito y reactivar su vida y terminar sus estudios. Como familia siempre hemos sido unidos".

Sacrificio de perros para análisis

Tras confirmarse el caso de rabia, la autoridad sanitaria analizó muestras de una veintena de perros para pesquisar el virus. Al repecto, César Barriga manifestó su pena, y en ese sentido comentó que "si una persona va a tener perros tiene que cuidarlos, porque lo típico es decir: "hay qué lindo cuando son cachorros", pero después cuando crecen y tienen más necesidades, cuando son mas viejitos, no hay que botarlos. Tampoco uno le puede decir a la gente que no los alimenten en la calle, es algo que a la gente le aparece del corazón, aunque no debería ser así, pero realmente no sé lo que se podría hacer (por el tema de los perros en la calle)". precisó.

"Siempre he tenido un buen espíritu de lucha y pensaba que tenía que estar caminando antes de enero"

César Barriga

"Le pedí mucho a Dios que guiara a César, para que siguiera adelante. Nunca perdí la esperanza. Fui bien firme desde el principio"

Claudia Torrejón

Madre de César