A principios de los años 90 nació en Santiago Balmaceda 1215, una corporación privada de derecho público que tenía como fin entregar herramientas reales para jóvenes de recursos limitados para desarrollar y potenciar sus talentos artísticos en diferentes disciplinas. Luego, cuando la institución comenzó a abrir sedes en otras ciudades del país, pasó a llamarse Balmaceda Arte Joven (BAJ). Una de estas se ubicó en Valparaíso, donde desde 2000 se comenzó a trabajar en su apertura que se concretó el 21 de noviembre del año siguiente.
Por eso la semana pasada el equipo celebró en grande estos 13 años, lo que coincidió con el Festival Volar, donde los alumnos de los talleres han estado estrenando los trabajos que han realizado en éstos. Pero también fue un periodo de reflexión acerca de lo que se ha hecho y lo que viene sobre el futuro, sobre todo porque "asumimos que después que han pasado todos estos años hay que darse el tiempo para pensar cuáles son de verdad nuestros grandes logros, que son los que permiten que la propia ciudadanía se dé cuenta que es importante", comenta Cristián Venegas, director regional del organismo desde 2011.
Ejes fundamentales
Una de las claves para este período de análisis fue entender que ya había toda una generación que había egresado del BAJ y que ahora trabajaba tanto en la región como en otras ciudades del país e incluso en el extranjero. "De alguna manera aquí se generan los contenidos que después la gente ve en la cartelera artística", sostiene Venegas, agregando que "para nosotros Balmaceda es un lugar donde se piensan y se diseñan las cosas que a futuro van a ocurrir en Valparaíso".
Es así como a través de talleres, seminarios y work shop, entre otras actividades, han ido entregando las herramientas a aquellos jóvenes que tienen una inquietud artística. Sin embargo, a lo largo de la historia de la corporación ha cambiado su objetivo: si en un principio se estaba preocupado en ser productores de eventos, ahora están más concentrados en los procesos.
"Pensando siempre en nuestro público objetivo, empezamos a leer de otra manera a los jóvenes, ya que ellos y sus necesidades son distintas que hace 10 años, entonces no podíamos seguir haciendo lo mismo con respecto a nuestra oferta para ellos", afirma el director regional.
Es así como cruzaron y potenciaron tres conceptos claves de lo que ahora es Balmaceda Arte Joven. Uno de ellos es la calidad de los talleres, que según su definición, dice relación con " alargar los procesos para que los chicos estén más tiempo adentro incubando sus proyectos y que los profesores tengan una cantidad de complementos para sus actividades".
A ello se agrega el hecho de mejorar como institución, ya que a veces en paralelo al crecimiento que esta tenga se empieza "a contraer un poco en ciertos procesos internos. Todas las instituciones tienen que hacer reingeniería, reformas, repensarse. Y eso es lo que hemos estado haciendo en los últimos años también", confiesa Cristián Venegas, haciendo de paso un mea culpa: "De alguna forma nosotros cumplimos un rol dentro de la escena artística de la región, pero muchas cosas no la hemos hecho bien, y obviamente queremos mejorar nuestros procesos internos para lograrlo".
inclusión
El segundo concepto tiene que ver con la inclusión. Balmaceda Arte Joven funciona en una casa fiscal ubicada en la calle Santa Isabel 739 del cerro Alegre, y desde la perspectiva del equipo del organismo es necesario abrirse a la comunidad para que más gente la conozca y ocupe. "Lo que uno no tienes que perder nunca es que debes cogestionar los espacios con las audiencias. Es lo que están haciendo en otros lugares, y yo siento que en esta ciudad falta por trabajarlo. No cuesta nada abrir más los espacios para que haya más participación de la gente", manifiesta.
En este sentido, por ejemplo, el lugar abrió su espacio para que lo ocuparan los festivales Ojo de Pescado y Tsonami, que la utilizaron como oficina de preproducción para desarrollar las versiones de este año.
El tercer concepto es la innovación. "Como trabajamos con jóvenes nosotros tenemos que de alguna manera estar un paso más adelante y a veces no lo estamos", reconoce el director regional, explicando que ahora no basta hacer un taller de teatro, sino que tiene que ser multidisciplinario porque hoy en día la tendencia es utilizar danza o audiovisual en los montajes. También hay que modernizar las temáticas, como por ejemplo, lo que han estado desarrollando este año sobre emprendimiento cultural. "Tenemos que proponer temas mucho más emergentes para nuestro público. No puede ser que terminemos haciendo talleres o actividades que ya pasaron de moda", añade.
Lo que se viene
A pesar de que Cristian Venegas siente que el organismo ha dado grandes pasos, sabe que aún les falta bastante. "Tenemos mucha tarea por delante, estamos recién partiendo con este desafío de reencatar a los jóvenes y a la región", dice.
Respecto al primer punto, Balmaceda también se ha visto afectado por la desconfianza de la juventud hacia las instituciones. "En los últimos dos o tres años, con los procesos que ha vivido este país, el joven está mucho más desafectado con lo que es la institucionalidad, de la cual ni la cultura se salva. Entonces, yo sentía que Balmaceda, si bien lo quieren, tenían un cierto prejuicio a raíz de que recibe platas públicas (tiene una asignación directa del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes), que se puede prestar para otro tipo de intereses, etc.", sostiene.
El otro tiene que ver con extenderse al interior de la región, porque si bien se realizan colaboraciones con Viña del Mar y Concón, falta mucho en ciudades como Putaendo o San Felipe. En este sentido, una de las proyecciones que tienen es abrir otra sede en la región "que nos permita ampliar un poco el trabajo que hemos hecho para potenciar los jóvenes del interior de la región, porque claramente no damos abasto con este espacio", dice Venegas.
A su vez, a modo personal, aclara que le gustaría contar con un espacio en el centro de Valparaíso, que fuera de fácil acceso, para tener más extensión. "La idea es tener un lugar donde podamos contar con una programación permanente y no solamente hacer el Festival Volar una vez al año, por ejemplo. Sabemos que los jóvenes emergentes necesitan el espacio todos los días, y ahí hay un desafío interesante", comenta.
Ello porque si bien está llegando mucha gente a la institución y están ocurriendo muchas cosas, después no hay dónde mostrar los trabajos debido a la escasez de espacios, porque "ya está todo copado con programaciones artísticas de las instituciones, o las que vienen de afuera", concluye el director regional.
"Para nosotros Balmaceda es un lugar donde se piensan y se diseñan las cosas que a futuro van a ocurrir en Valparaíso"
Cristián Venegas
Director regional de BAJ