Diez años de la Reforma Procesal Penal
El próximo 16 de diciembre se conmemora el décimo aniversario de la Reforma Procesal Penal en la Región de Valparaíso. Hace diez años, mientras se realizaba la ceremonia de inauguración en el Muelle Barón, se tomaron ocho audiencias en las distintas jurisdicciones.
Quienes participamos en esas audiencias estábamos expectantes. Por primera vez seríamos protagonistas de un cambio histórico en la administración de justicia en nuestro país. Por primera vez pasaríamos de la teoría a la práctica, después de una capacitación que se extendió tres meses en Santiago. Teníamos la fuerza de los pioneros que comienzan una aventura que les marcará sus vidas.
En este aniversario, expreso al equipo de defensores, funcionarios y asistentes de la Defensoría Penal Pública, mi profundo reconocimiento por su aporte a nuestra institución. Hago extensivo este saludo a los demás actores de la Reforma Procesal Penal, en especial a los señores ministros de la Ilustrísima Corte de Apelaciones de Valparaíso, los señores jueces y fiscales del Ministerio Público. En la actualidad, hay 62 defensores en nuestra región, y desde el 16 de diciembre de 2003 a la fecha, han representado a doscientos ochenta mil personas. Hemos visto las dos caras de la moneda. Nos ha tocado sufrir con las altas condenas y también hemos sentido alegría y satisfacción cuando nuestros representados son absueltos por los tribunales.
En diez años, nuestra institución se ha posicionado y ganado el respeto no solo de los demás intervinientes, sino también de la ciudadanía, pero los desafíos no han terminado y se verán acrecentados en el futuro. En este sentido, es necesario analizar cómo podemos mejorar nuestro rol de defensores y cómo nuestra institución se proyecta hacia la próxima década.
Creo que el Proyecto Inocentes de la Defensoría Penal Pública junto con llamar la atención sobre el sufrimiento de las personas injustamente encarceladas, va en la vía de responder estas inquietudes. Los defensores son los primeros llamados a identificar y reconocer las fallas más comunes para ayudar a promover coordinaciones y cambios que permitan que el sistema se equivoque menos y, en consecuencia, menos inocentes sean privados de su libertad.
A diario los defensores cautelan que las exigencias mínimas del sistema procesal penal se cumplan y siempre se respete el principio de inocencia. El Proyecto Inocentes es un desafío para seguir mejorando nuestro trabajo y contribuir a elevar los estándares de calidad del sistema, a creer que cientos de personas recuperan su dignidad cuando somos capaces de luchar por su inocencia. El defensor es un freno para evitar abusos en el sistema de administración de justicia y su rol permite velar por el respeto a los derechos de todos y también representa el necesario equilibrio en el sistema penal.
Claudio Pérez García
Defensor regional de Valparaíso