Secciones

Bioquímico de la PUCV recibe medalla Hermann Niemeyer

valparaíso. Sebastián Riquelme destaca por investigaciones en el combate de enfermedades autoinmunes.
E-mail Compartir

A los 28 años, su trabajo sobre las enfermedades autoinmunes le otorgaron a bioquímico de la Universidad Católica de Valparaíso, Sebastián Riquelme el Premio Medalla Hermann Niemeyer, de la Sociedad de Bioquímica y Biología Molecular de Chile.

Este galardón, también le fue entregado por su excelencia académica, calidad de sus publicaciones, colaboración con otros científicos y la transferencia de tecnologías y aprendizajes a la sociedad.

El joven investigador indaga una enzima llamada Hemo- oxigenasa-1 (HO-1), que podría evitar el daño en el organismo, provocado por algunas enfermedades autoinmunes y bacterias.

Al respecto, el bioquímico -quien actualmente se encuentra en Nantes, Francia, realizando una pasantía-, se mostró muy satisfecho. "A nivel personal, es un gran reconocimiento a un trabajo que se realiza con pasión y dedicación, aun cuando puedan existir frustraciones en el camino. Y en lo profesional, se demuestra la valoración del entorno científico y de que los hallazgos son relevantes para la sociedad, todo lo cual, constituye un incentivo para seguir avanzando", dijo.

A futuro, también considera la utilización de la enzima, o el monóxido de carbono en bajas dosis, incluso para tratar episodios como apendicitis, en que la persona experimenta un estado altamente inflamatorio debido a la liberación de bacterias desde el intestino a tejidos estériles.

Actualmente, para estos pacientes la única alternativa terapéutica es la cirugía abdominal en que se extirpa el apéndice, pues de lo contrario, el cuadro puede pasar a una peritonitis. Sin embargo, Riquelme señala que dicho panorama, ayudado por la enzima HO-1, podría evitar la intervención. Asimismo, se espera ésta tendría un efecto benéfico en otras afecciones que derivan en urgencias hospitalarias.

"Pasa permanentemente que nos quedamos sin insumos, sin alimentos"

E-mail Compartir

Un déficit de 15 millones de pesos mensuales genera el Sanatorio Marítimo San Juan de Dios, lo que le produce una deuda anual en torno a los 200 millones.

Así lo confirmó el gerente del establecimiento, Andrés Pinto, quien dijo que producto de la deuda, incluso, hay ocasiones en que los proveedores deben dejar de entregarles los productos que requieren.

Un hecho preocupante, por ejemplo, cuando los elementos restringidos son leche o pañales.

"recapturar" socios

Por esta misma razón, es que ven con buenos ojos la decisión de la Corte Suprema que, indirectamente, autorizó la construcción del hotel Hyatt en los terrenos del antiguo Sanatorio de avenida San Martín con 14 Norte después de un largo proceso judicial. Esto, porque el proyecto inmobiliario plantea construir una capilla que administrará la Orden y con la cual buscarán volver a lograr la "visibilidad" que perdieron cuando se trasladaron a sus nuevas instalaciones de Gómez Carreño y, de paso, la cifra de socios que tenían antes.

Durante una visita que hicieron al Sanatorio las candidatas a reina del Derby, ocasión en que compartieron con los niños y un payaso, el gerente ahondó en estas materias.

- ¿En qué situación está hoy el Sanatorio Marítimo?

- Actualmente hay 52 niños que vienen derivados de la red Sename. Esta atención es gratuita y nos financiamos con subvenciones que recibimos del Estado. Alcanzamos a financiar cerca del 65% del presupuesto, el resto tenemos que ir buscándolo a través de donaciones. Y, lógicamente, siempre es una actividad compleja ya que hay muchas organizaciones pidiendo donaciones y nos tenemos que ir sumando en este mercado de la ayuda.

- ¿Y cómo fue el 2013?

- Ha sido positivo, no obstante, las necesidades en salud siempre van en incremento. Manejamos dos opciones de presupuesto: lo que somos capaces de reunir y otorgar, y toda la serie de falencias que tenemos de medicamentos, insumos, horas profesionales que, finalmente, no las podemos dar porque no nos alcanza el presupuesto. Por lo tanto, la ayuda de Viña del Mar y las empresas es súper importante.

- ¿Al no estar tan "visibles", como cuando estaban ubicados en avenida San Martín, tienen menos socios?

- Sí. Hay una opción donde ya no está la misma gente... Pero así como hay que hacer el llamado a que nos sigan colaborando, sí hay que resaltar a todos quienes nos dieron ayuda y visitaron este año.

- ¿Cuánto tendrían que lograr para funcionar de modo óptimo?

- El presupuesto mensual del Sanatorio llega a 75 millones, entre subvenciones y donaciones, y necesitamos cerca de 90 millones de pesos para completar una actividad con todas sus expectativas. Entonces, lo que hacemos es que nos vamos endeudando con los proveedores, pero eso tiene un límite. Y ellos, después de unos tres meses, nos paran los despachos y empezamos a quedar sin insumos, sin alimentos, nos pasa permanentemente. Por ejemplo, en "Ensure" (leche) son dos millones de pesos mensuales y en pañales son dos millones y medio. Con esos productos, que son los más relevantes, tenemos que usar harto la imaginación para que no nos falten nunca.

- En otra materia, ¿cómo han visto la decisión de la Corte Suprema, que posibilita la construcción del hotel Hyatt, en un caso judicial en que ustedes participaron?

- La verdad es que nos causó bastante alegría que se haya destrabado, porque el proyecto incluye una capilla que nos permite hacer la labor evangélica que realiza el Sanatorio. De hecho, allí existió una capilla por casi 60 años. La vamos a administrar y también vamos a establecer algunas oficinas para tener conexión con las personas. Pero también creemos que es un proyecto valioso para la ciudad y el hotel generará un montón de oportunidades laborales. Se trabó el tema por algunos conflictos, pero hoy todo demuestra que el proyecto es viable y se debe materializar.

- ¿El funcionar con esa capilla les podría significar sumar nuevos recursos?

- Esa es la idea. Tenemos varias expectativas y 15 Norte, para nosotros, es un sector muy potente.