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Un año en la toma U. del Mar: pocas soluciones y baja moral viven los alumnos

educación. De los cerca de 400 estudiantes con los que partió el movimiento en Reñaca, hoy apenas queda una decena. Ya analizan si se "bajan" o no en 2014.
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Ayer se cumplió un año exacto desde que se inició la toma de la sede Reñaca de la Universidad del Mar, y ya nada es igual desde aquel 28 de diciembre del 2012 para los estudiantes y los libros de historia acerca de la educación chilena, que vio cómo un día los estudios de 18 mil alumnos quedaron congelados sin previo aviso ni un futuro cierto.

Esa jornada del año pasado un grupo de unos 400 alumnos, liderados por el entonces presidente de la Federación de la Universidad del Mar, Raúl Soto, se tomaron las dependencias que seguían funcionando en Reñaca como sede central de la institución, tras la denuncia que hizo el exrector Raúl Urrutia sobre preferencias en los pagos a las inmobiliarias versus el pago a los profesores, el 31 de mayo del 2012. Lo que vino después fue una avalancha imposible de controlar que terminó con las esperanzas de todos los estudiantes que pensaban que, pese a las duras acusaciones de lucro que caían sobre los controladores de la universidad, ésta podría salir a flote con la conformación de una nueva junta directiva que regiría una "nueva era" del plantel.

Sin embargo, la estabilización no ocurrió y el 26 de diciembre del 2012 el Consejo Nacional de Educación aceptó la solicitud de cierre que le hizo el Ministerio de Educación el 29 de octubre, y confirmó el cierre de la Universidad del Mar así como la revocación de la personalidad jurídica.

El día de la toma

Dos días después de este anuncio, unos 400 estudiantes indignados por la solución dada por la autoridad educacional, se tomaron la casa central del plantel y buscaron refundar la universidad bajo el concepto de un gobierno triestamental, es decir, que las decisiones se tomarían entre las autoridades de la universidad, los profesores y los estudiantes. Pero eso tampoco funcionó.

El día sábado 2 de febrero de este año, la Tesorería General de la República solicitó la quiebra para la universidad e instaló a una síndico que se encargaría de administrar los bienes del plantel hasta que cerrara sus puertas en febrero del 2015, pero tras movimientos judiciales de los profesores y de uno de los controladores del plantel, Sergio Vera, esa solicitud fue anulada. Sin embargo, los alumnos se molestaron con las autoridades de la institución por lo que llamaron una complicidad entre el Ministerio de Educación y la rectoría nacional.

Lo que siguió fueron los anuncios de convenios con otras universidades del país para administrar los estudios de los alumnos que siguieran en el plantel. Algunos de ellos se han concretado y otros no, como es el caso de las conversaciones que hay con la Universidad de Playa Ancha (Upla) para el caso de la Quinta Región. Esto, sumado a la solicitud de desalojo que hizo la aseguradora Vida Security al edificio en toma que mantienen los estudiantes, creó alta incertidumbre entre los estudiantes que mantienen el movimiento.

Notable disminución

De hecho, desde los inicios de la ocupación hasta ahora, el número de alumnos que habita diariamente el edificio reñaquino disminuyó de 400 a apenas 10.

Raúl Soto, expresidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad del Mar -ex porque la federación dejó de existir - es uno de los que abandonó la toma hace unos dos meses, por motivos personales pero también por diferencias de opinión entre sus compañeros. Ya fuera de la toma, cuenta los principales objetivos de realizar la ocupación aquel 28 de diciembre pasado: "el primer objetivo era poder vincular el movimiento estudiantil del 2012 con el del 2013 y poder fortalecer efectivamente la organización triestamental. La idea era que pudiéramos dar una lucha unificada entre todos los actores damnificados por la crisis con una demanda común que era la estatización de la Universidad del Mar. Con el tiempo y la estrategia tanto del gobierno como de las autoridades mismas de la Universidad del Mar la fuerza se fue diluyendo por la acción de la señora María Loreto Ried (la síndico), por la quiebra de la Universidad del Mar solicitada por la Tesorería General de la República, por la asfixia económica que dividió a los estamentos".

Salida de Beyer

Dentro de esta disolución, acota, "fueron saliendo nuevos objetivos como actos políticos simbólicos de derrocar al ministro Harald Beyer, que era uno de los principales artífices de la afectación generalizada, del daño que se nos hizo con la decisión del cierre, pero siempre estuvimos conscientes que independientemente de que se cambie el ministro, es el sistema el que está viciado y que se hizo un daño estructural en la educación".

El exdirigente cree que, aunque concretamente no existe ninguna solución para los alumnos de la zona, "en términos de logros, la toma ha sido un tapabocas para las autoridades del Ministerio y gubernamentales que han mentido reiteradamente diciendo que hay soluciones, o que el problema está solucionado o resuelto, siendo que no es así. Inclusive quienes tienen los problemas resueltos han tenido que sufrir una precarización tanto económica como en términos de avance curricular".

"Para lo que ha servido la toma, ha sido para tres cosas fundamentales: primero demostrar que los problemas de las privadas tienen un eje político que se vincula directamente con las tradicionales como es el lucro en la educación. Segundo, es fundamental que exista la posibilidad de organización dentro de las universidades privadas y ojalá la democratización efectiva; y por último, de que la educación tiene que ser garantizada constitucionalmente".

Evalúan seguir el 2014

Fernando Ovando, extesorero de la Federación, es uno de los jóvenes que se mantiene en la toma hasta ahora y confiesa que están todos cansados y deprimidos, pero que han querido mantener el movimiento un año para no perder la cobertura mediática del tema y, por consiguiente, los ojos de las autoridades sobre lo que falta por hacer.

"Siento que todos los movimientos sociales funcionan y son exitosos cuando hay un respaldo de gente, de dirigentes, pero en este momento ese respaldo no está. De todas formas, sacamos algo positivo de la toma porque se pudo denunciar y mantener presente todo el año el problema de la Universidad del Mar, se mantuvo en los diarios, en la televisión, pero hay que ver qué pasa en la toma el 2014, tenemos que evaluar si seguimos el próximo año porque necesitamos un descanso sicológico y físico, además de trabajar y ver si podemos recuperarnos. Hay que hacer una evaluación grupal de los que estamos en la toma para ver qué se va a seguir haciendo, si se va a seguir estando acá, o se va a bajar. Además, el convenio con la Upla todavía no se firma, y está la denuncia de Sergio Vera para que se derroque el decreto de cierre... todavía faltan muchas cosas y estamos cansados", dijo.

Ovando explicó que la notable disminución de alumnos en la toma ocurrió "porque no habían resultados concretos, hubo diferencias de opiniones, a algunos no les pareció la organización, algunos se fueron y estuvieron el verano como por unas minivacaciones, y otros ya se fueron porque realmente estaban mal sicológicamente, porque si se quedaban les seguía dañando. De hecho, hace poco se fue una compañera que lloraba y estaba con depre, pero irse era lo mejor para su salud".

"No se me pasa la rabia"

"En general, los compañeros ya no tienen rabia u odio, como que ya han madurado y no hay pensamientos negativos, pero yo personalmente sí tengo rabia y no se me va a quitar con estas personas que nos dañaron. Creo que es un sentimiento que me va a acompañar por mucho tiempo porque no fue cualquier cosa lo que nos hicieron", confesó.

Pese a todas las dificultades, el exdirigente sigue teniendo esperanzas para el próximo año, pero afirmó que quiere fuera a las autoridades del plantel: "no sirven para hacer su pega, que se vayan, que si la universidad sigue, desde el rector nacional hacia abajo, exceptuando algunos profesores, que se vayan".

Marcha en el centro de Reñaca

Pese a la baja convocatoria que tuvo la murga y caminata que realizaron ayer por el centro de Reñaca los estudiantes de la Universidad del Mar que aún permanecen movilizados, Evelyn Sánchez, una de las voceras del grupo, afirmó que si bien "es complejo mantener la toma, considerando que estamos sin luz y sin agua, nos sentimos contentos porque estamos defendiendo nuestros derechos pero a la vez desilusionados por el poco apoyo que hemos recibido del movimiento estudiantil a nivel nacional". En total, una veintena de personas acompañó a los universitarios.