Padre alertó a piloto de la falla que causó la muerte de sus hijos
accidente. José Solís vio que la avioneta en que volaban estaba lanzando humo. El piloto Juan Carlos Cornejo le contestó y cuando regresaba a la pista, la nave cayó.
Ayer terminaron por identificarse las cuatro personas que murieron al anochecer del sábado, cuando la avioneta Cessna-183 en que paseaban capotó a o poco de iniciado su vuelo desde el aeródromo La Victoria de Chacabuco, en la comuna de Colina, Región Metropolitana.
Sus ocupantes eran el piloto Juan Carlos Cornejo, de 53 años, los hermanos Sebastián (19) y Francisca Solís (16), y el pololo de esta última, Jaime Farías, de 19 años.
Testigos del siniestro informaron que la avioneta había iniciado su viaje de paseo a una altura en que habría rozado algunos eucaliptos. Tras ello, habría comenzado a emanar humo desde la nave.
El padre de los hermanos fallecidos, José Solís, se encontraba el sábado en el aeródromo, pues él también es piloto y estaba disfrutando de un asado familiar en el Club Universitario de Aviación.
Cornejo, quien tenía más de dos décadas de experiencia como piloto, había aterrizado luego de darle un paseo a algunos de los participantes de la celebración. Apenas estos se bajaron, se subieron los jóvenes.
Alejandro González contó ayer en el Servicio Médico Legal que su amigo José Solís le relató que él estaba en la pista cuando vio despegar la Cessna y su posterior emanación de humo.
Ante esto, lo llamó por teléfono para advertirle lo que ocurría. Cornejo incluso le habría atendido el teléfono, comenzó a girar presuntamente para regresar a la pista, pero la nave se vino abajo y cayó sobre unas viñas. Sus ocupantes habrían muerto ahí mismo.
A lugar llegaron Bomberos, Carabineros y equipos de atención médica, que poco pudieron hacer, pues la aeronave se incendió, según informaron testigos del siniestro.
"La vimos despegar y a los 200 metros se estoleó hacia la izquierda y la vimos caer derecho al suelo (...) Uno no se podía acercar porque la temperatura era muy alta", relató uno de los testigos, Jorge Boher.
"Sus padres están desechos. La Pancha y Sebastián eran sus únicos hijos", dijo Alejandro González acongojado a la salida del SML.
INDAGATORIA
INDAGATORIA
Al sitio del capotaje también arribó en la madrugada de ayer el fiscal Rodrigo Ríos, quien ordenó al Laboratorio de Carabineros (Labocar) y a la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) que efectuaran las pericias para esclarecer las causas del accidente.
"Estos son vuelos recreativos bastante comunes en esta zona", comentó el persecutor.
En la noche del sábado y durante la jornada de ayer se sometieron a pericias el motor de la aeronave y se tomaron declaraciones a los testigos.
El presidente del Club Universitario de Aviación, Patricio Cook, contó a los medios que Juan Carlos Cornejo tenía más de 20 años en el pilotaje: "Era muy experimentado".
El dirigente explicó que anualmente realizan una celebración con las familias de los socios. "Por eso estaban todos, padres, hijos. Este era un vuelo muy cortito, un circuito de tránsito, de unas 30 millas", añadió.
La avioneta estaba en regla
El vicepresidente del Club Universitario de Aviación, Carlos Johnson, aseguró que el avioneta tenía "todos sus papeles en orden". "El piloto era un piloto con mucha experiencia. No sabemos qué pasó", comentó. En el lugar, el jefe de la Zona Santiago Oeste de Carabineros, general Ricardo Solar, comentó que "hay indicios de que la aeronave habría tenido una falla preliminar al accidente, pero eso es aventurar antecedentes que tenemos que confirmar mediante el proceso investigativo". Los bomberos contaron que cuando llegaron la Cessna ya estaba totalmente prendida y ellos sólo pudieron evitar que el fuego se expandiera,